A lo largo del siglo XIII las rutas costeras vuelven a ser utilizadas acrecentándose además la llegada de peregrinos por vía marítima. A Oiartzun (Gipuzkoa) llegan los romeros procedentes de Saintes, Bayona, San Juan de Luz (Lapurdi), Hondarribia, algunos desde la lejana Bretaña (Mont-Saint-Michel, Rennes).
Desde Oiartzun solían adoptarse dos posibles rutas:
a) Alza, Pasai San Pedro, Donostia-San Sebastián, Orio, Zarautz, Getaria, Zumaia, Itziar todos ellos en Gipuzkoa; Zenarruza, Gernika, Morga, Larrabezua, Lezama, Begoña, Bilbao, en Bizkaia, Castro Urdiales y resto de la costa hasta Galicia. Una variante pasaba por Zalla y Balmaseda.
b) También solían encaminarse los peregrinos por Santiagomendi, Hernani, Villabona, Tolosa, Alegia, Ordizia, Beasain, en Gipuzkoa, Etxegarate, Alsasua (Navarra), Zegama (túnel de San Adrián), Vitoria, Armentia, Treviño Puebla de Arganzón (Álava) y por la Bureba desembocaban en el camino francés ya descrito.
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