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Bizkaia. Geografía

La situación geográfica de la provincia de Bizkaia así como su clima van a determinar en gran medida su paisaje vegetal y la fauna asociada a éste. Presenta pues un relieve montañoso especialmente en el sur y en el este de la provincia aunque se dan, en general, formas suaves y poco abruptas. Destacando elevaciones próximas o superiores a los 1.000 metros como es el caso de Peña Gorbea (1.475 m.), Zalama (1.363 m.) y Anboto (1.268 m.). Respecto al clima, el territorio de Bizkaia está encuadrado dentro del clima oceánico templado caracterizado éste por unas temperaturas suaves sin bruscas variaciones debido a su cercanía a la costa. Se encuentra, por tanto, bajo el influjo termorregulador que ejerce el mar con lo cual su temperatura media anual de 14 º C. y las precipitaciones, originadas por los vientos del oeste y noroeste, tendrán una media anual superior a los 1.100 mm. Se trata pues de un clima de tendencia húmeda y nubosa, que va a imponer la vegetación de la zona.

El bosque potencial de Bizkaia, bosque caducifolio, estaría compuesto sobre todo por especies frondosas como el haya (Fagus sylvatica) a partir de los 600 metros, y el roble pedunculado (Quercus robur), el roble albar (Q. petraea) y el roble negro (Q. pyrenaica) en el piso inmediatamente inferior. Otras especies complementarias que aparecen son los castaños (Castanea sativa); además de fresnos (Fraxinus excelsior), abedules (Betula celtiberica), arces (Acer campestre), olmos (Ulmus minor), tejos (Taxus baccata), y acebos (Ilex aquifolium) entre otros. Sin embargo, la fuerte presión antrópica (presión demográfica, plantaciones masivas de resinosas y mirtáceas caso del eucalipto, la especialización ganadera, la ocupación urbana industrial y viaria, etc. ) ha propiciado la paulatina degradación del bosque atlántico. De tal forma que las manchas forestales supervivientes presentan, en gran medida, un aspecto muy degradado, siendo fáciles de identificar las etapas de sustitución. Así, conforme nos alejamos del óptimo, se genera una secuencia regresiva de mantos y orlas espinosas, landas acidófilas de helechos (Pteridium aquilinum), brezos y brecinas (Erica vagans y E. cinerea) y argomas (Ulex europaeus y U. gallii) al final de la serie, en los lugares donde exista labor de mantenimiento, prados de siega.

El haya -Pagoa- (Fagus sylvatica) es un árbol de montaña que ocupa el piso montano (altura superior a los 600 metros). Sin embargo, debido a las condiciones climáticas que se dan en Bizkaia, el límite inferior puede descender mucho hasta llegar casi al nivel del mar, aunque es en torno a los 500 m. donde se sitúa su límite inferior medio. El sotobosque del hayedo acidófilo presenta una menor diversidad vegetal debido a la escasa luz que lo traspasa y la pobreza de suelo, encontrándose algún arbusto como el acebo (Ilex aquifolium) y matas de brezo (Erica arborea), y plantas de porte herbáceo como la oreja de monte (Saxifraga hirsuta) y la verónica (Veronica officinalis), asimismo helechos como el Oreopteris limbosperma y el Blechum spicant. Como casi todas las frondosas, también, ha sufrido una tala abusiva ocupando en la actualidad una extensión mucho menor, aunque gracias a que su hábitat se sitúa a mayor altura (piso montano) su recuperación ha sido más rápida.

Ocupando el piso inmediatamente inferior (piso colino) se encuentra el roble pedunculado -Aritza- (Quercus robur) árbol muy característico y que se encuentra intimamente relacionado con la simbología mística del País Vasco. Con el roble se han mezclado otros árboles secundarios de crecimiento más rápido y que se van a instalar en los claros que deja el robledal, éste es el caso del abedul (Betula alba) y el castaño -Gaztaina- (Castanea sativa), especie ésta, hasta hace unos años, en franca regresión debido sobre todo a la enfermedad fúngica del castaño europeo causada por el hongo Phitophtora cambivora (enfermedad de la tinta). El sotobosque del robledal acidófilo, presenta igualmente una variedad vegetal en la que se van a encontrar arbustos como el acebo (Ilex aquifolium), sauce (Salix atrocinerea) y el arraclán (Frangula alnus). Igualmente, aparecen una serie de plantas acidófilas como el caso de la betónica (Stachys officinalis), la escorodonia (Teucrium scorodina) y helechos como el (Pteridium aquilinum). La tala del robledal, al igual que ocurre con la del hayedo da lugar a la landa acidófila compuesta por tres especies características tales como la argoma (Ulex europaeus), el brezo (Erica vagans) y el helecho (Pteridiun aquilinum). Otros tipos de robles presentes en Bizkaia son el marojo (Quercus pyrenaica) árbol que desplaza al roble pedunculado en terrenos más arenosos y sueltos. El roble albar (Q. petraea) que prefiere suelos más sueltos y aireados en montañas de altitud media, así, forma bosques en las laderas del macizo de Zalama y Gorbea; y el alcornoque (Q. suber) que se encuentra salpicando las colinas del litoral como es el caso de Armintza.

Allí donde de forma permanente el agua dulce empapa los suelos se van a crear unas condiciones de vida en el subsuelo a la que se adaptan mejor unas plantas que otras, ese es el caso de comunidades vegetales como las alisedas -Haltza- (Alnus glutinosa) acompañados a menudo por otros árboles como el fresno -Lizar arruntza- (Fraxinus excelsior), y el sauce (Salix alba). En el estrato arbustivo se encuentran especies como el avellano -Urritza- (Corylus avellana), el cornejo (Cornus sanguinea); pero es en el estrato herbáceo en el que se van a dar cita numerosas especies que viven en las orillas de arroyos y cauces fluviales, ese es el caso del botón de oro (Ranunculus repens), la jabonera blanca (Silene dioica), el Chaerophyllum hirsutum, y la Scrophularia auriculata. Además de plantas trepadoras como la hiedra -Huntza- (Hedera helix), el lúpulo (Humulus lupulus), etc. Por lo general, estos bosques de ribera han sido sustituidos en su mayor parte por plantaciones de plátanos de sombra (Platanus hispanica) o chopos (Populus nigra).

Hoy en día la repoblación de especies alóctonas llevada a cabo en detrimento de las especies autóctonas hace que la extensión ocupada por las coníferas, como el caso del pino insigne -Intsinis pinua- (Pinus radiata), sea muy elevada. Debido en gran parte a su rápido crecimiento y su adaptabilidad al terreno. Tras la destrucción del bosque caducifolio, y en relación con una fuerte lixiviación y acidificación del suelo, aparece la landa acidófila que constituye la unidad de matorral dentro de la vertiente atlántica del País Vasco, y que como se comentó con anterioridad, está integrada principalmente por tres especies: la argoma -Ote zuria- (Ulex europaeus), el brezo -Ainarra burusoila- (Erica vagans) y el helecho -garoa- (Pteridium aquilinum). En Bizkaia destacan las landas del Monte Oiz y Carranza. Y en aquellos lugares donde se ha destruido la landa aparece el siguiente estado en la regresión, los prados y pastizales aprovechados por el ganado. Finalmente ya la campiña, ese entorno humanizado, está ocupada por prados de siega y diente así como cultivos de forrajeras como la alfalfa, el trebol, etc. para la alimentación del ganado, coexistiendo con otros cultivos como el de las hortalizas, maíz, y árboles frutales como el manzano.

Aunque la fauna no constituye un elemento tan importante del paisaje como la vegetación, es de sumo interés reseñar aisladamente las especies o grupos más significativos de la zona de Bizkaia encuadrada dentro del área cantábrica. La costa vasca está ocupada, aproximadamente, en un 90% por acantilados y el resto por playas y formaciones arenosas. En la provincia de Bizkaia destacan sobre todo el acantilado vertical del Cabo de Ogoño, formado por moles de calizas que actúan como barrera de protección del puerto de Elantxobe, y la vecina isla de Izaro perteneciente ésta a Bermeo. En el mismo Cabo de Ogoño y en la isla de Izaro se va a encontrar una de las más importantes colonias de cría de aves marinas caso del cormorán moñudo -ubarroi bolborin- (Palacrocorax aristotelis), la gaviota argéntea -kaio- (Larus argentatus), gaviota ésta más común de Bizkaia y la gaviota sombría -Kaio illun- (Larus fucus). Tanto la gaviota árgentea como la sombría son aves muy voraces; igualmente, aparecen numerosos grupos de especies migradoras como es el caso de la espátula -mokozabal- (Platalea leucorodia).

Allí donde las aguas del mar se unen con los aportes de agua dulce proveniente de los ríos, se va a originar uno de los ecosistemas más ricos y diversos: los estuarios. Son zonas de aguas poco profundas pero con ecosistemas de un elevado interés ecológico, éste es el caso de la ría de Gernika. Jalonada por el puerto de Mundaka y las playas de Laida y Laga, el estuario de la ría de Gernika forma un espectacular paisaje. Este espacio va a servir a docenas de especies de aves que lo utilizan como lugar de paso, descanso, invernada y cría. Especies como el correlimos común -txirri- (Calidris alpina), ave ésta muy sociable, el ostrero -itxas mika- (Haematopus ostralegus), hábil pescador que se agrupa en grandes bandas, el arisco zarapito real -kurlinka errege- (Numenius arquata), garza real -koartza lepo-zuri- (Ardea cinerea) el ave zancuda que mejor pesca, la garceta (Ergetta garcetta) y el cormorán; filtradoras como la avoceta -zankaluze mokogora- (Recuvirostra avosseta) cuyo aspecto recuerda al de un ejemplar pequeño de flamenco; anátidas como el ansar común -Antzara- (Anser anser), el ánade real (Anas plathrynchos) representante más típico de las anátidas de superficie, y el pato cuchara -Ate mukozabal- (Anas clypeata) característico por su inconfundible y desmesurado pico en forma de espátula.

De otra manera, ya en la zona continental del territorio, hay que destacar los cortados rocosos de las montañas asociadas a menudo a cumbres y crestas de montaña donde muchas especies de aves buscarán lugares de cría y reposo, es por ello que poseen un alto valor ornístico. En ellas se observan rapaces como el escasísimo alimoche -sai zuri- (Neophron percnopterus) y otro miembro de la familia accipitridae como el buitre leonado -sai arre- (Gyps fulvus), como los que aparecen en el Parque Natural de Urkiola y otras aves como la chova piquigualda y piquirroja (Pyrrhocorax graculus y P. pyrrhocorax).

Por debajo de los 600 metros, los pequeños rodales (pequeños bosques aislados de roble pedunculado y castaño), vestigios de los antiguos bosques, que ocupaban la zona por debajo del piso montano. En las laderas del Gorbea es donde se va a presentar una elevada variedad faunística debido a un sotobosque rico en especies vegetales. Ese es el caso del herrerillo común -amilotxa- (Parus caeruleus) que habita preferentemente en los huecos existentes en los viejos robledales; el zorzal común -birigarro- (Turdus philomelos), zorzal más habitual en todo el territorio vasco; el cuco -kuku- (Cuculus canorus) con su típico canto anunciador del principio de la primavera. Entre las rapaces más comunes tenemos al gavilán -gabirai- (Accipiter nissus), el águila culebrera -suge arrano- (Circaetus gallicus), el ratonero común -zapelaitz- (Buteo buteo). Dentro de los mamíferos podemos encontrarnos con el ciervo (Cerus eleaphus), reintroducido recientemente en el macizo del Gorbea; la marta común (Martes martes), animal perteneciente a la familia de los mustélidos.

El pino insigne (Pinus radiata) es la principal variedad de conífera que se ha utilizado en la repoblación de numerosas zonas de la geografía de Bizkaia, debido principalmente a su adaptación al terreno y su rápido crecimiento, en detrimento de las frondosas, hasta el punto, de que sus plantaciones ocupan casi el 50% de la superficie del Territorio Histórico. Pese a ello, en estas plantaciones de coníferas también se va a generar un ecosistema joven dominado por especies colonizadoras, así, en el caso de los anfibios tenemos al sapo común (bufo bufo), habitante de las riberas secas, mientras que entre los reptiles destaca el lución (Anguis fragilis). En cuanto a las aves más comunes en este tipo de ecosistema destacan el petirrojo -txantxangorri- (Erithacus rubecula), ave sedentaria que además se encontrará en setos, huertos y jardines; el carbonero común -kaske beltza- (Parus major), ave también ubicuista que se encuentra por lo general en zonas arboladas. Dentro de los mamíferos está la ardilla (Esciurus vulgaris), roedor de costumbres diurnas habitante habitual de los bosques de coníferas.

Las landas, por su parte, también van a albergar un variado número de especies, muy numerosas en el caso de los reptiles, caso del lagarto verde (Lacerta viridis), la lagartija de turbera (Lacerta vivipara), ambas especies diurnas habitantes de zonas húmedas y de matorral bajo; la culebra de collar (Natrix natrix) especie de gran tamaño, un metro de longitud aproximadamente, también afín a lugares húmedos, y por último la víbora cantábrica (Vipera seoani) especie muy territorial y de hábitos diurnos.

Finalmente, si nos adentramos en los dominios de la campiña, también vamos a encontrar en su paisaje una alta diversidad faunística, además de anfibios como el sapo común (Bufo bufo), y reptiles como el lagarto y la víbora cantábrica, éste es el territorio de mamíferos como el topo común (Talpa europaea), animal éste que tras la progresiva tala de los bosques fue trasladándose e invadiendo los campos, el ratón de campo (Apodemus sylvaticus), el erizo (Erinaceus europaeus), la musaraña común (Crocidura russula), etc. Las aves también tienen representantes en este paisaje de campiña, así, el mirlo común -zoroa- (Turdus merula), el jilguero (Carduelis carduelis), y claro está el conocido gorrión común -txolarre- (Paser domesticus) y entre las rapaces el ratonero común -zapelaitza- (Buteo buteo).

Debido a que el País Vasco cuenta aproximadamente con unas 90 especies de aves ligadas al medio fluvial y palustre de las que aproximadamente 35 se reproducen en Euskadi, no podemos obviar, claro está, a algunos de los habitantes de los cursos fluviales que serpentean por el territorio vizcaino. Va a ser el tramo alto de los ríos el que mejor ha conservado su comunidad ornítica, debido sobre todo a la escasa contaminación que afecta a ese tramo. Aún así, la pobreza de nutrientes acompañadas de unas condiciones de vida difíciles hacen que este tramo de los ríos sea pobre en cuanto a presencia de aves se refiere, de tal forma, que las condiciones fisico-químicas y biológicas van a condicionar las características de la comunidad. Así, las tres especies más características de estos tramos altos serán: el martín pescador (Alcedo attis), el mirlo acuático (Cinclus cindus) y la lavandera cascadeña (Motacilla cinerea).

  • Grandes mamíferos.

No podemos olvidarnos, claro está, de los grandes mamíferos teniendo en cuenta que, en general, la fauna del territorio vasco es una sombra de lo que antaño fue. De esta forma, aparecen representaciones de numerosos animales, incluso bisontes, en las pinturas rupestres descubiertas en las cuevas cercanas al valle de Carranza. Todo ello, da cuenta de la amplia representación de grandes mamíferos (osos, lobos, linces...) que poblaban antaño dicho territorio. Hoy en día, únicamente nos encontramos con el ciervo (Cervus elaphus), que como se comentó anteriormente, ha sido reintroducido en las estribaciones del Macizo del Gorbea; igualmente, nos podemos encontrar con algunas poblaciones de corzo (Capreolus capreolus), especie ésta que se distingue del ciervo por su pequeña alzada (60-70 cms. ) y su diminuto rabo, habitante sobre todo de los pastos altos de las zonas de montaña. Otro huésped de gran tamaño, presente también en algunas zonas del Territorio de Bizkaia, es el jabalí (Sus scrofa); aunque se trata de una especie típicamente forestal que frecuenta también la alta montaña. Teniendo en cuenta lo comentado con anterioridad, hay que destacar la importancia de la conservación de toda la franja territorial limítrofe entre el País Vasco y la provincia de Burgos, para de esta forma garantizar unos mínimos aportes faunísticos hacia el interior de la Comunidad Autónoma Vasca. De esta forma el propuesto Parque Natural de Ordunte-Alto Nerbion Gibijo pretende ese objetivo. Así, se propone abarcar, dominando el Valle de Carranza, la vertiente vasca de la Sierra de Ordunte de prevista protección también en el sector burgalés (Monte Zalama, Alto de Escaletas), de forma que distintas especies de animales, caso de los lobos (Canis lupus) procedentes de los páramos burgaleses y que continuamente acceden al territorio vizcaino, de la misma manera que los ciervos, jabalíes y corzos, sigan una vía de penetración.

MSH