Villes

Bilbao. Historia

Ante la carencia de fuentes para este período, resultan significativas las aportaciones de la arqueología, que han sacado a la luz A. Zubizarreta, I. Martín, J. Gorrochategui y M. J. Yarritu, entre otros.

Por su parte, I. García Camino (1996) ha presentado las últimas propuestas interpretativas sobre los orígenes de Bilbao y su evolución hasta la fundación como villa. Parte de dos premisas: la existencia de un territorio organizado en torno al bajo Nervión-Ibaizabal con anterioridad al nacimiento de Bilbao (XII-XIII) y la falta de continuidad entre el Bilbao medieval y el mundo que le precede.

Los vestigios prehistóricos más antiguos se localizan en las montañas de Artxanda y Pagasarri. En Artxanda, entre los montes Ganguren y Abril, se conocen cinco dólmenes. Dos de ellos, muy próximos, han sido excavados y estudiados, Hirumugarrieta 1 y 2, que formarían parte de una misma necrópolis, pero habrían sido levantados en épocas distintas. En las cercanías, ha aparecido material lítico en diversos puntos, testimonio de que el lugar era frecuentado o de la existencia de talleres y poblados (García Camino 1996, 76-77).

En la margen contraria de la ría, en el monte Pagasarri, sólo se conocen algunos restos líticos. Tras las investigaciones realizadas, se puede formular la hipótesis de que el origen del megalitismo habría que situarlo a finales del neolítico y que la ocupación de estos espacios de montaña se relaciona con una fase de crecimiento demográfico y expansión productiva que conllevaría la ocupación de las zonas montañosas y, posteriormente, la construcción de tumbas.