Comédies musicales

Baile

El vasco, como se ha dicho, ha poseído tradicionalmente una especial sensibilidad para la estética del baile y ha percibido inmediatamente matices y variantes, estilos y modalidades que le remueven el alma. El mutildantza baztanés, por ejemplo, es un deleite coreográfico para la gente euskaldun que lo baila o presencia y una sosada inexpresiva y aburrida, para la mayoría de la gente erdaldun, vasca o no. Y, aparte de esa sensibilidad estética circunscrita al arte de bailar, existe el entrecruzado fuego ambiental de todo lo social como ya lo insinúa la letra de una danza cantada:

Dantzan ikasi nai duen orrek
nere zangoari begira.
¿Zertan ari aiz bakar dantzatzen,
agertzen gorputz-erdia?

"Quien quiera saber cómo ha de bailar,
debe contemplar mis piernas.
¿En qué andas, en singular danza,
mostrando tu gentil cuerpo?"

Otras veces hay en el canto coreado por la multitud tiradillas muy a menudo para los que bailan:

San Pedro, zeruetako giltzaren yaubea,
zeurea txalopea, neurea sarea.

"A San Pedro, dueño de las llaves del cielo,
tuya la lancha, mía la red".

El entusiasmo se desborda en otras ocasiones en las que ya el pueblo casi grita:

Antonek badaki, txairo ta galanki,
emoten bostekoa. ¡Ori dok, Anton txokoa!
Anton Tambolin, Peru Atabal,
egik emen brinkoa: eztok ori lenengoa.

"Antón ya sabe, gentil y galante,
dar un apretón de manos. ¡Ala, pues, Antón zaguero!
Antón Txistulari, Peru tamborilero,
da buen brinco: no tienes igual.

Las reflexiones sobre la danza, los muchachos y muchachas, al final de la fiesta, todo se corea en este otro baile:

Oraingo mutil txurrak -zer duten merezi: urean beratuta -lexiban egosi.
Eperrak kantatzen du - goizean intzean: - eztaileke fiatu - mutil itzean.
Sagarra lore lore - denbora denan; - gazteak ankak arin - soñua denean.
Artojorrara noa - lurberri berrira; - belarra jorratuta - artoa sasira.
Egin dut eginala - ezin dut geiago - asteaz artajorran: - nekaturik nago.

"Lo que merecen los muchachos cicateros de ahora: ser remojados en agua, cocidos en lejia."
"La perdiz canta a la mañana, al rocío: no puede fiarse en palabra de muchachos".
"El manzano florece cuando llega su tiempo: los jóvenes, pies ligeros cuando suena la música."
"Voy a escardar maíz a la artiga; escardo hierba; el maíz, al zarzal".
"He hecho cuanto he podido, no puedo más, durante la semana escardando maíz: estoy fatigado".

Ante esta belleza social los opositores al baile, carentes en absoluto de sensibilidad adecuada, no vieron en ese encuentro juvenil sino una simple aproximación de hombre y mujer. Se encontraban con un problema de suyo complejo y equívoco y optaron por la represión y no por la solución que es la norma, lo que hace normal a hombres e instituciones. Estos contrastes se ofrecen también en la historia entre hebreos y romanos. Aquéllos bailaban y danzaban por cualquier cosa, incluido el atrio y el interior de los templos en las fiestas de los Tabernáculos, en contraste con los romanos que tuvieron el baile y las danzas en poca estima. En el interior de Euskalerria el pueblo estaba representado por la actitud del P. Larramendi y otros religiosos de su misma escuela, que es la que salió triunfante.

Ver Ingurutxo, Aurresku, Karrika-Dantza y Arin-Arin.

WIZ