HISTORIA.
Enclave natural de comunicaciones. Poblamiento muy antiguo, anterior a la fundación medieval, se articuló en torno a un nudo de comunicaciones que unía la Cuenca de Pamplona con los puertos pirenaicos, por Baztan a través del cauce del Ultzama y por Roncesvalles, a través del curso del Arga. El epicentro de este nudo sería el puente, citado en el s. XII como de Atarrabia, muy probablemente de construcción romana.
Casa de Atarrabia. En término de Villava poseyó la colegiata de Roncesvalles una importante encomienda, la Clavería de Atarrabia, nacida al socaire del Camino de Santiago. Citada documentalmente desde el s. XI, estaba formada por la casa-palacio prioral, la granja y la reserva señorial (molino, labrantíos, viñas). Residencia principal del prior desde el s. XVI en la capital del reino. Durante la Guerra de la Convención obligados prior y cabildo a abandonar Roncesvalles, se instalaron en la "Casa de Atarrabia"; durante la francesada fue hospital de guerra.
Fundación. Villava fue fundada, sobre población primitiva ("Vila Nova"), por Sancho el Sabio en 1184 (Monreal, 1 de mayo), otorgando a sus pobladores el fuero de Jaca, en la modalidad aplicada al burgo nuevo de San Nicolás de Pamplona. En 1253 Teobaldo I confirmará dichos fueros (Sangüesa, 11 de febrero).
Enclave Jacobeo. Constituyó paso obligado para los peregrinos de Santiago que provenientes de Roncesvalles habían de atravesar Pamplona. Desde allí divisaban la ciudad al fondo, y en primer término la catedral. Atravesando en línea recta la llanura que les separaba, cruzaban el Arga por el puente de la Magdalena, y entraban en la ciudad por el lado N. Cuando a fines del s. XVI se pensó en trasladar el hospital de Roncesvalles, uno de los lugares propuestos era Villava. "Más al fin, dice Huarte, consideradas bien las cosas en parte ninguna estaría con más comodidad y seguridad, como en la villa de Villava, a media legua de Pamplona". Hist., parte VI, cap. 20, fol. 73. [Ref. J. M. L.: Pere-grinaciones a Santiago, Madrid, 1949, t. II, p. 113].
Pleito con Arre. Los vecinos de Arre y los de Villava se vieron envueltos en una discusión, teniendo que intervenir el rey Carlos III en el año 1420, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, págs. 44-46]. La causa del litigio eran las tierras circundantes a la ermita de la Trinidad y la preeminencia dentro de ella. La ermita había sido levantada por los fundadores de Arre, pero los villaveses reclamaban derecho sobre ella, pues Villava había crecido hacia ese lado y sus casas llegaban hasta la Trinidad. En los pleitos ganaron los villaveses, pero los de Arre no cedieron, llegando a darse situaciones violentas.
Remisión de Censos. En 1462, Juan II condonó a perpetuo a Villava 13 libras, 19 sueldos y 8 dineros que pagaba de censo por las posesiones de la corona en la villa, exceptuándose los censos que pertenecían a Roncesvalles. Todo ello fue confirmado en 1467 por la princesa Leonor. También en 1462 Villava obtuvo el título de Buena Villa con derecho de asiento en Cortes.
Intento de recuperación del reino. El 16 de mayo de 1521 un ejército francés al mando de André de Foix, señor de Asparros, entra en la Alta Navarra con el fin de reconquistar el reino de Navarra para su Rey Enrique II de Albret. El 18 de mayo del mismo año el señor de Asparros llegó a Villava al frente de su ejército. El 19 de mayo recibió en Villava una diputación de notables de la ciudad de Pamplona, que se había levantado contra los castellanos. El señor de Asparros oyó y aceptó sus demandas. El mismo día, siguiendo la tradición, juro guardar y respetar los Fueros de Navarra y a continuación los diputados juraron fidelidad a Enrique II. Terminada la ceremonia abandonó el ejército el campo de Villava, dirigiéndose hacia la capital navarra a donde llegó el señor de Asparros al día siguiente.
Diferencias con Pamplona. Refiere también Idoate en Rincones... [t. III, págs. 415 y 417] que en el año 1556 Pamplona y Villava tuvieron un pleito ante las Cortes. Diez años antes Pamplona había obtenido un privilegio, mediante el cual nadie podía comprar ni vender nada en cuatro leguas a la redonda de la capital. Villava protestó contra esa medida y obtuvo la razón en las Cortes, por lo que el virrey decretó que los villaveses pudieran comprar lo que precisaran para suscasas en el mismo Villava, pero que no pudieran revenderlo.
Puesto en Cortes. En las Cortes de Navarra se sentaban los diputados de Villava, junto a los de Pamplona, Estella, Tudela, Sangüesa, Olite, Aoiz, Viana, Monreal, Tafalla, Aguilar, Cáseda, Huarte, Mendigorría, Torralba, Lesaka, Corella, Zuñiga y Lacuntza y junto a los representantes de los brazos militar y eclesiástico, según Idoate [Rincones..., págs. 51 y 52]. En algunas ocasiones las Cortes negaron su asiento a algunos abades y obispos, por su calidad de extranjeros. Tal fue el caso que ocurrió con el abad de Irache en el año 1546, en que no fue admitido, pese al deseo del rey Felipe II. En el año 1561 surgen disputas entre las ciudades y villas que tenían asiento en las Cortes de Navarra, sobre el orden de colocación, siéndole asignado a Villava un puesto detrás de Aibar y delante de Zúñiga, en virtud de su privilegio concedido en el año 1462.
El curandero Igúzquiza. Hubo en Villava a mediados del s. XVI un célebre curandero llamado Juan Périz de Igúzquiza, alias "El Indiano" [Idoate en Rincones..., t. I, pags. 82-83]. Los cirujanos y los médicos le tenían declarada la guerra, llegando a denunciarle a los inquisidores de Calahorra. Le imputaban que "andaba ordenando y curando llagas frescas y viejas, y dolores de todo género y calidad, y lo que es más, haciendo ensalmos y conjuros desde hacía cuatro años". Recibía a sus enfermos en el mesón y sus remedios eran, sobre todo, a base de aplicar paños de agua fría. A continuación leía los Evangelios, según su propia declaración. A tanto llegó la fobia de sus enemigos, que tuvo que pedir protección para él y su familia. Pese a las furibundas diatribas de los médicos y cirujanos, el hecho es que tuvo numerosa clientela. Hacia 1670 se estableció en Villava un tal Lucas de Ayerbe, procedente de Tolosa de Guipúzcoa, según refiere Idoate en Rincones... [t. I. págs. 89-91]. Era un personaje pintoresco, mezcla de conjurador, brujo, curandero y adivino, que vino en principio para trabajar de arquitecto (oficio equivalente en aquel tiempo a albañil o cantero). Su especialidad era sacar los demonios de las personas, a la vez que pretendía curar las dolencias. A sus pacientes les aplicaba unas fuertes palizas y de vez en cuando decía "Agora ha salido un demonio". Para sus curas empleaba emplastos a base de "ruda", aceite, agua bendita, lombrices en aceite, etc. Engañó a los de Burlada haciéndoles creer que había tesoros enterrados en unos huertos de la localidad. Puso fama de brujas a varias mujeres de Burlada, a las que debía tener alguna ojeriza. Estas andanzas acabaron de desprestigiarle y le detuvieron por engañar al pueblo. Cuando le mandaron leer el libro de conjuros que utilizaba, justamente deletreó algunas palabras, quedando ya totalmente desprestigiado.
Merindad de Sangüesa. Durante la Edad Media y hasta el s. XVII, Villava perteneció a la Merindad de Sangüesa. En la segunda mitad de ese siglo, figura en la Merindad de Pamplona o de las Montañas.
Francesada. El 24 de junio del año 1813, Villava fue saqueada cruelmente por tropas francesas. Este saqueo, así como otros muchos perpetrados por los franceses en Navarra ese mismo día, fue a causa de la derrota sufrida tres días antes por las tropas napoleónicas en Vitoria. En Villava el saqueo comenzó el día 23 por la tarde y terminó el 25 por la mañana. Los franceses robaron todas las casas, destrozaron la iglesia, despedazaron el sagrario y cometieron toda clase de horrores con la población, que, presa de consternación, huía por los campos y montes. Al final de la guerra había en Villava un hospital para el cuidado de los numerosos heridos de los ejércitos aliados y de los guerrilleros de la división de Espoz y Mina. Estuvo instalado en la casa de la Encomienda de Roncesvalles.
Desamortización. En cumplimiento de la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendió en esta localidad, en 1863, un terreno común. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].
Enclave natural de comunicaciones. Poblamiento muy antiguo, anterior a la fundación medieval, se articuló en torno a un nudo de comunicaciones que unía la Cuenca de Pamplona con los puertos pirenaicos, por Baztan a través del cauce del Ultzama y por Roncesvalles, a través del curso del Arga. El epicentro de este nudo sería el puente, citado en el s. XII como de Atarrabia, muy probablemente de construcción romana.
Casa de Atarrabia. En término de Villava poseyó la colegiata de Roncesvalles una importante encomienda, la Clavería de Atarrabia, nacida al socaire del Camino de Santiago. Citada documentalmente desde el s. XI, estaba formada por la casa-palacio prioral, la granja y la reserva señorial (molino, labrantíos, viñas). Residencia principal del prior desde el s. XVI en la capital del reino. Durante la Guerra de la Convención obligados prior y cabildo a abandonar Roncesvalles, se instalaron en la "Casa de Atarrabia"; durante la francesada fue hospital de guerra.
Fundación. Villava fue fundada, sobre población primitiva ("Vila Nova"), por Sancho el Sabio en 1184 (Monreal, 1 de mayo), otorgando a sus pobladores el fuero de Jaca, en la modalidad aplicada al burgo nuevo de San Nicolás de Pamplona. En 1253 Teobaldo I confirmará dichos fueros (Sangüesa, 11 de febrero).
Enclave Jacobeo. Constituyó paso obligado para los peregrinos de Santiago que provenientes de Roncesvalles habían de atravesar Pamplona. Desde allí divisaban la ciudad al fondo, y en primer término la catedral. Atravesando en línea recta la llanura que les separaba, cruzaban el Arga por el puente de la Magdalena, y entraban en la ciudad por el lado N. Cuando a fines del s. XVI se pensó en trasladar el hospital de Roncesvalles, uno de los lugares propuestos era Villava. "Más al fin, dice Huarte, consideradas bien las cosas en parte ninguna estaría con más comodidad y seguridad, como en la villa de Villava, a media legua de Pamplona". Hist., parte VI, cap. 20, fol. 73. [Ref. J. M. L.: Pere-grinaciones a Santiago, Madrid, 1949, t. II, p. 113].
Pleito con Arre. Los vecinos de Arre y los de Villava se vieron envueltos en una discusión, teniendo que intervenir el rey Carlos III en el año 1420, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, págs. 44-46]. La causa del litigio eran las tierras circundantes a la ermita de la Trinidad y la preeminencia dentro de ella. La ermita había sido levantada por los fundadores de Arre, pero los villaveses reclamaban derecho sobre ella, pues Villava había crecido hacia ese lado y sus casas llegaban hasta la Trinidad. En los pleitos ganaron los villaveses, pero los de Arre no cedieron, llegando a darse situaciones violentas.
Remisión de Censos. En 1462, Juan II condonó a perpetuo a Villava 13 libras, 19 sueldos y 8 dineros que pagaba de censo por las posesiones de la corona en la villa, exceptuándose los censos que pertenecían a Roncesvalles. Todo ello fue confirmado en 1467 por la princesa Leonor. También en 1462 Villava obtuvo el título de Buena Villa con derecho de asiento en Cortes.
Intento de recuperación del reino. El 16 de mayo de 1521 un ejército francés al mando de André de Foix, señor de Asparros, entra en la Alta Navarra con el fin de reconquistar el reino de Navarra para su Rey Enrique II de Albret. El 18 de mayo del mismo año el señor de Asparros llegó a Villava al frente de su ejército. El 19 de mayo recibió en Villava una diputación de notables de la ciudad de Pamplona, que se había levantado contra los castellanos. El señor de Asparros oyó y aceptó sus demandas. El mismo día, siguiendo la tradición, juro guardar y respetar los Fueros de Navarra y a continuación los diputados juraron fidelidad a Enrique II. Terminada la ceremonia abandonó el ejército el campo de Villava, dirigiéndose hacia la capital navarra a donde llegó el señor de Asparros al día siguiente.
Diferencias con Pamplona. Refiere también Idoate en Rincones... [t. III, págs. 415 y 417] que en el año 1556 Pamplona y Villava tuvieron un pleito ante las Cortes. Diez años antes Pamplona había obtenido un privilegio, mediante el cual nadie podía comprar ni vender nada en cuatro leguas a la redonda de la capital. Villava protestó contra esa medida y obtuvo la razón en las Cortes, por lo que el virrey decretó que los villaveses pudieran comprar lo que precisaran para suscasas en el mismo Villava, pero que no pudieran revenderlo.
Puesto en Cortes. En las Cortes de Navarra se sentaban los diputados de Villava, junto a los de Pamplona, Estella, Tudela, Sangüesa, Olite, Aoiz, Viana, Monreal, Tafalla, Aguilar, Cáseda, Huarte, Mendigorría, Torralba, Lesaka, Corella, Zuñiga y Lacuntza y junto a los representantes de los brazos militar y eclesiástico, según Idoate [Rincones..., págs. 51 y 52]. En algunas ocasiones las Cortes negaron su asiento a algunos abades y obispos, por su calidad de extranjeros. Tal fue el caso que ocurrió con el abad de Irache en el año 1546, en que no fue admitido, pese al deseo del rey Felipe II. En el año 1561 surgen disputas entre las ciudades y villas que tenían asiento en las Cortes de Navarra, sobre el orden de colocación, siéndole asignado a Villava un puesto detrás de Aibar y delante de Zúñiga, en virtud de su privilegio concedido en el año 1462.
El curandero Igúzquiza. Hubo en Villava a mediados del s. XVI un célebre curandero llamado Juan Périz de Igúzquiza, alias "El Indiano" [Idoate en Rincones..., t. I, pags. 82-83]. Los cirujanos y los médicos le tenían declarada la guerra, llegando a denunciarle a los inquisidores de Calahorra. Le imputaban que "andaba ordenando y curando llagas frescas y viejas, y dolores de todo género y calidad, y lo que es más, haciendo ensalmos y conjuros desde hacía cuatro años". Recibía a sus enfermos en el mesón y sus remedios eran, sobre todo, a base de aplicar paños de agua fría. A continuación leía los Evangelios, según su propia declaración. A tanto llegó la fobia de sus enemigos, que tuvo que pedir protección para él y su familia. Pese a las furibundas diatribas de los médicos y cirujanos, el hecho es que tuvo numerosa clientela. Hacia 1670 se estableció en Villava un tal Lucas de Ayerbe, procedente de Tolosa de Guipúzcoa, según refiere Idoate en Rincones... [t. I. págs. 89-91]. Era un personaje pintoresco, mezcla de conjurador, brujo, curandero y adivino, que vino en principio para trabajar de arquitecto (oficio equivalente en aquel tiempo a albañil o cantero). Su especialidad era sacar los demonios de las personas, a la vez que pretendía curar las dolencias. A sus pacientes les aplicaba unas fuertes palizas y de vez en cuando decía "Agora ha salido un demonio". Para sus curas empleaba emplastos a base de "ruda", aceite, agua bendita, lombrices en aceite, etc. Engañó a los de Burlada haciéndoles creer que había tesoros enterrados en unos huertos de la localidad. Puso fama de brujas a varias mujeres de Burlada, a las que debía tener alguna ojeriza. Estas andanzas acabaron de desprestigiarle y le detuvieron por engañar al pueblo. Cuando le mandaron leer el libro de conjuros que utilizaba, justamente deletreó algunas palabras, quedando ya totalmente desprestigiado.
Merindad de Sangüesa. Durante la Edad Media y hasta el s. XVII, Villava perteneció a la Merindad de Sangüesa. En la segunda mitad de ese siglo, figura en la Merindad de Pamplona o de las Montañas.
Francesada. El 24 de junio del año 1813, Villava fue saqueada cruelmente por tropas francesas. Este saqueo, así como otros muchos perpetrados por los franceses en Navarra ese mismo día, fue a causa de la derrota sufrida tres días antes por las tropas napoleónicas en Vitoria. En Villava el saqueo comenzó el día 23 por la tarde y terminó el 25 por la mañana. Los franceses robaron todas las casas, destrozaron la iglesia, despedazaron el sagrario y cometieron toda clase de horrores con la población, que, presa de consternación, huía por los campos y montes. Al final de la guerra había en Villava un hospital para el cuidado de los numerosos heridos de los ejércitos aliados y de los guerrilleros de la división de Espoz y Mina. Estuvo instalado en la casa de la Encomienda de Roncesvalles.
Desamortización. En cumplimiento de la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendió en esta localidad, en 1863, un terreno común. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].