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Trujal Medieval de Tudela

El trujal de aceite y linaza de Tudela figura en la documentación fiscal navarra de los siglos XIII-XIV como fuso o fusiello olei et linoso. Las versiones latinas de los documentos en romance se refieren al mismo como colpiesa olerii. Se trata de una de las instalaciones más singulares que el patrimonio regio poseía en todo el antiguo reino de Navarra. Cabe recordar el carácter deficitario de la producción oleoginosa navarra de aquella época. De hecho, el aceite era una de las mercancías que más entraba en las aduanas navarras del siglo XIV, tanto en la de Pamplona, donde llegaba a alcanzar un tercio de las anotaciones, hasta en la de la propia Tudela que en el año 1366, por ejemplo, registraba un tráfico considerable desde el vecino reino aragonés.

Se encontraba situado extramuros de la ciudad, seguramente cerca de la desembocadura del Queiles con el Ebro. Esta localización aguas abajo respondería a criterios de salubridad para alejar lo más posible los alpechines o residuos contaminantes que generaba. En concreto se ubicaba dentro del término de Vencerol. Aprovechaba de las aguas que desviaba un azud en dicho lugar. Pudieron existir más "molinos de aceite" en otros puntos de la villa, como el de la plaza de San Salvador, cerca del río Mediavilla al que suponemos vertería los residuos. No es seguro si se trata de instalaciones diferentes o complementarias a las de Vencerol. Cabe efectivamente la posibilidad de una confusión entre estos molinos y unas prensas de vino, como la llamada "de don Muza", que no distaba mucho de la plaza de San Salvador. En época contemporánea no estaría muy lejos, además, el trujal del Marqués de Montesa, que podía traer agua desde los pozos de la "plazuela de San Salvador" por permiso municipal de 1848.