La industria siderúrgica tiene por objeto el tratamiento y transformación del hierro en acero y ferroaleaciones. El hierro es un componente básico de los productos siderúrgicos al que se añaden otros metales y no metales secundarios, que aleados con el hierro, dan lugar a diferentes tipos de aceros y otras aleaciones. El proceso de producción cuenta con las siguientes fases: preparación de las materias primas; obtención del coque; producción de arrabio; producción de acero; laminación y acabado. Todo este proceso productivo tiene lugar en las plantas de siderurgia integral.
Las principales materias primas, además del hierro y otros metales y metaloides, son el carbón y la caliza. A través de la destilación de la hulla en hornos especiales se obtiene el coque, principal fuente de energía para los altos hornos. El siguiente paso es la transformación del mineral de hierro en lingote de hierro o arrabio. A continuación, en el horno de acero, se separa el carbono del arrabio con lo que se obtiene el acero. Posteriormente, el acero bruto pasa a los trenes de laminación, donde se transforma en chapa y estructuras metálicas. El último paso sería adecuar el producto a la demanda del mercado.
El sector siderúrgico necesita grandes volúmenes de inversión para la instalación de las plantas y hacer frente a la competencia con la continua renovación de los procesos y de las instalaciones. De este modo, la concentración empresarial, la estatalización y la integración supraestatal son las soluciones que se han aplicado para mantener la solvencia de este sector.