San Blas es patrón de cardadores de lana, picapedreros y yeseros. Se le pide ante los peligros de vientos huracanados, lobos, y males de garganta. Es protector de los animales, "en competencia con San Antón".
Es abogado de los ahogados, o como dicen en Navarra: "abogáu de los ahogáus".
Porque curó a un niño agonizante por culpa de una espina clavada en la traquea, es patrón de los otorrinolaringólogos y protector contra las afecciones de la garganta. Es conocido el refrán castellano: "Dice San Blas a la espina: vete de la garganta, o sube o baja". Asimismo, a quien se atraganta se le propinan unos golpecitos en la espalda mientras se invoca: "San Blas, adelante o atrás", y en euskara:
- San Blas, bedeinkatutako haria saman ipini eta, eztulak blast!
- San Blas, doministikuka ito behar naz!
- San Blas, ito arte arnas!
- San Blas, itoko al haz!
- San Blas, ona bahaz biziko al haz; txarra bahaz, tragauko al haz!
- Idiek eztula eta San Blas; aitonak eztula eta, itoko al haz!
Todos parecen relacionados con la función respiratoria-digestiva, en concreto, con ahogarse y atragantarse.
Otros refranes castellanos eran:
- San Blas, aboga ésta y ven por más.
- Mira con cara risueña por San Blas a la cigüeña.
- Por San Blas, la cigüeña verás, y si no la vieres, mal año esperes.
- Por San Blas, besugos atrás.
Existía también la adivinanza: Candelaria a dos, San Blas a tres, adivina qué mes es (febrero).
Es curioso el dato que nos aporta Jimeno Jurio, cuando dice que Aniceto Goñi, terminaba el rosario de la aurora de Lerate rezando: "a San Blas pa que nos guarde el respiro del cuerpo".