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REAL COMPAÑÍA DE LA HABANA

Presencia vasca. Los numerosos accionistas vascos que se interesaron por esta Compañía, se mantuvieron como tales hasta su extinción. Es de destacar además los legados de algunos hijos del País, de un importante número de acciones, para que con sus dividendos pudieran socorrerse algunas necesidades. El caso de Ignacio Francisco de Barrutia nos puede ilustrar en este aspecto. Para la iglesia de San Pedro de Bergara legó dos acciones; 24 destinaba al Colegio Seminario de niñas educantes, también de Bergara, así como otras 2 acciones para la fábrica de la Iglesia de Santa Marina, de la misma localidad. La presencia vasca en el equipo directivo no terminaría con la primera época de la Compañía. Aún, en el s. XIX, cuando en 1810 se reunía la Junta de Gobierno, formada por 4 vocales, secretario y contador, uno de los vocales era Santiago de Abarrategui, y José Echeverría y José de Garay actuaban como encargados de la secretaría y contaduría respectivamente. Al igual que ocurriera con otras dos importantes compañías comerciales por acciones, de la época -la de Caracas y la de Filipinas- la participación vasca en la RCH fue decisiva para su puesta en funcionamiento. Asimismo, esa participación se mantuvo a lo largo de la historia misma de la sociedad mercantil.

Montserrat GARATE OJANGUREN