Udalak

OLITE

Historia, II.
Conquista castellana. A principios de agosto de 1512, junto con otras plazas navarras y siguiendo el ejemplo de Pamplona, Olite capitula ante el ejército castellano del duque de Alba. El 21 de septiembre del mismo año los delegados de Olite van a Logroño para reconocer a Fernando como rey y prometerle fidelidad. Por su parte Fernando, siguiendo la costumbre, concedió fueros a Olite y a otras localidades navarras. A partir de finales de octubre de 1512 Fernando el Católico mandó fortificar Olite y otras ciudades con el objeto de prevenir un nuevo intento de la dinastía de Albret apoyada por Francia. Se colocó además en Olite una guarnición de 100 hombres. A principios de 1516 los muros de la ciudad fueron derruidos por los castellanos, dentro de su política de eliminar peligros en el caso de un nuevo intento de reconquista del reino. El 16 de mayo de 1521 un ejército navarro, al mando de André de Foix, señor de Asparros, entra en la Alta Navarra por Roncesvalles con este fin. Casi toda Navarra se levantó contra los castellanos. En Olite es recibido triunfalmente Pedro de Navarra, hijo del mariscal de Navarra. A lo largo del siglo XVI, los pueblos navarros se quejaron repetidas veces de tener que alojar a las tropas procedentes de Castilla, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, págs. 104-108]. En el año 1575 el vecindario de Olite se negó unánimemente a seguir asistiendo tropas. Estas hicieron causa común con los vecinos, quedando la ciudad sin autoridades. Todo el regimiento fue encarcelado por rebeldía. Contribuyó a irritar más a los vecinos un comisario enviado para hacer averiguaciones y a quien tuvo que pagar el vecindario.

Asiento en Cortes. En las Cortes de Navarra los diputados de Olite se sentaban junto a los de Pamplona, Estella, Tudela, Sangüesa, Aoiz, Viana, Monreal, Tafalla, Aguilar, Cáseda, Huarte, Villava, Mendigorría, Torralba, Lesaca, Corella, Zúñiga y Lacunza y junto a los representantes de los brazos eclesiástico y militar, según refiere Idoate en Rincones..., [t. II, págs. 51 y 52]. En algunas ocasiones las Cortes negaron su asiento a algunos abades y obispos, por su calidad de extranjeros. Tal fue el caso que ocurrió en el año 1546 con el abad de Irache, que no fue admitido, pese al deseo del rey Felipe II. En el año 1561 surgirán disputas entre los pueblos y ciudades que tenían asiento en las Cortes de Navarra, sobre el orden de colocación, siéndole asignado a Olite un puesto detrás de Tudela y delante de Sangüesa.

Tensiones sociales. En Olite había a mediados del siglo XVI una serie de discusiones entre las familias hidalgas por la categoría de sus linajes. Uno de los que más se destacó por sus intentos de que se le reconociera una cierta preeminencia fue Pedro de Ezpeleta, quien hacia 1558 protagonizó algunos espectáculos un tanto ridículos por este motivo, según refiere Idoate en Rincones..., [t. I, págs. 69-72].

Conflicto con Tafalla. Según reseña Idoate en Rincones..., [t. III, págs. 387 y 388], en el año 1560 Tafalla y Olite se enzarzaron en un pleito sobre jurisdicción. Tafalla tenía una justicia, creado en el año 1479 por privilegio de los reyes don Juan de Albret y doña Catalina, que se encargaba de evitar y castigar las alteraciones al orden público, así como de vigilar los pesos y medidas. Esta justicia cobraba un impuesto sobre todas las mercancías que entraban en la villa. Pero el teniente de merino de Olite, un tal Cegama, se presentó en Tafalla, requiriendo para sí tales derechos. El tribunal emitió sentencia en marzo de 1567, prohibiendo al merino de Olite ejercer sus funciones en Tafalla y entrar con la vara, símbolo de autoridad, "sino fuere de paso en execución de su oficio y autos tocantes a él".

Título de ciudad. Olite obtuvo el título de ciudad en 1630, por lo que tuvo que aportar a la corona 15.500 ducados de plata doble.

Lucha contra los lobos. Según refiere Idoate en Rincones..., [t. II, págs. 450-453], en el año 1652, ante la gran cantidad de lobos que había en Navarra, las Cortes decidieron tomar medidas drásticas para extirpar la plaga. Se decidió que los propietarios de ganado pagasen tarja y media por cada cabeza de ganado mayor y la misma cantidad por cada veinte de ganado menor o diez de porcino. Con estos fondos se pagaría a los loberos, a razón de seis ducados por cada animal grande cazado y dos por cada cría. La mayoría de las ciudades, villas y lugares del reino protestaron contra esta ley, incluyendo Olite. Uno de los argumentos aducidos en contra fue la lejanía de la capital para ir a cobrar la recompensa. Se resolvió que además de en la capital los loberos pudiesen cobrar en algunas ciudades, entre ellas en Olite. La ley se mantuvo en práctica, pese a las protestas, y fue corroborada en las Cortes de 1662.

Contribución a la guerra de Cataluña. En el año 1677 Navarra ofreció un tercio de 600 hombres durante 6 meses para luchar en Cataluña contra los franceses, según refiere Idoate en Rincones..., [t. I, págs. 113-115]. Olite contribuyó con 64 hombres. Este tercio se congregó en Cortes de Navarra, de donde se dirigió a Gerona; sufrió un grave revés en la acción junto al río Orlina, siendo licenciado al cumplirse los seis meses estipulados.

Plaga de langosta. En el año 1687 una aterradora plaga de langosta invadió Pamplona, afectando también a Olite y causando graves daños, según señala Idoate en Rincones..., [t. I, pág. 416]. Se ordenó a todos los párrocos hacer rogativas y, a petición de los pueblos, la cabeza de San Gregorio Ostiense fue llevada por el Reino.

Proteccionismo económico. Cuenta Idoate en Rincones..., [t. III, págs. 607-609], que Olite, junto con Estella, Tudela, Tafalla, Viana y Cascante, elevó un memorial a las Cortes del reino en el año 1688, exponiendo los motivos por los que se debía tomar normas prohibitorias para la importación de aceite en Navarra. Alegaban que el aceite era una de sus principales fuentes de ingresos y que su producción abastecía todo el reino e incluso sobraba una buena cantidad para exportar. Por su parte los pueblos de la Montaña eran partidarios de la libre importación, pues era más barato y favorecía el intercambio de otros productos de Navarra. Finalmente fue desestimada la petición de las ciudades mencionadas.

Guerra de Sucesión española. Durante la guerra de Sucesión española, Navarra se mantuvo fiel a Felipe V. Sin embargo, las tropas del pretendido archiduque Carlos ocuparon en el año 1710 parte del reino y Olite también se vio amenazada, [Idoate: Rincones..., t. I, pág. 124]. El 28 de septiembre del citado año Olite solicita socorro a la diputación, ante la proximidad de las fuerzas enemigas. A finales del mismo año el conde de Melún expulsa con sus tropas a las del pretendiente, quedando definitivamente toda Navarra a favor del rey Felipe V.

Francesada. A comienzos del verano de 1810 la partida de guerrilleros de Francisco Espoz y Mina atacó y derrotó en las inmediaciones de Olite a 140 coraceros franceses. El 3 de noviembre del año 1810, la partida de Espoz y Mina atacó en Olite a un contingente de tropas francesas. En febrero del año 1813, Espoz y Mina mandó destruir el palacio y un convento de Olite, para que los franceses no pudieran hacerse fuertes en estos edificios. Poco antes el guerrillero había tomado y destruido las fortificaciones de Tafalla.

Abolición de privilegios. En virtud de lo decretado en el año 1811 por las Cortes de Cádiz, respecto a la abolición de los "privilegios de señorío", en Olite unos militares obraron en consecuencia, al menos así lo creían, según refiere Idoate en Rincones..., [t. II, págs. 106-107]. Destruyeron la horca sin consultar con nadie, lo que no gustó al ayuntamiento, por no haber sido informado. Así mismo quitaron las argollas al "rollo" o "picota" que había en la plaza.

Trienio liberal. En el año 1822, mientras las ideas de la Constitución hacían furor, también los realistas pretendían hacerse notar, como se desprende del hecho acaecido en Olite en junio del mismo año y que refiere Idoate en Rincones..., [t. II, págs. 112 y 113]. Sucedió que la plaza de la Constitución apareció una mañana embadurnada con barro. Se reunió el ayuntamiento y se procedió a la limpieza de la plaza, que quedó perfectamente. Se intentó dar con el autor del atentado, pero sin resultado positivo. El alcalde se tuvo que conformar con dar parte a la Superioridad.

Supresión de conventos. El decreto del conde Toreno de 3 de septiembre de 1835 afectó en Olite a los conventos de los Recoletos Franciscanos y al de las Claras Franciscanas que fueron suprimidos y el primero de ellos dedicado a casa de benitables.

Desamortización Madoz. En cumplimiento de la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1863, molinos de aceite y harina, una casa posada de la plaza y una tejería de las eras. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].

Cólera en 1885. El 26 de agosto Olite celebra Romería a la Virgen, llamada "del Cólera"; celebrada desde 1885, año en que se establece la fiesta tras una epidemia de cólera morbo.

Guerra de 1936-1939. Como consecuencia de la represión fueron asesinadas 49 personas de esta localidad: Pedro Ansa Induráin, Luis Ardanaz Valencia, Román Arizmendi Yabar, Gregorio Arizmendi Yabar, Cesáreo Azcárate Domínguez, Julián Azcárate Domínguez, Rufino Azcárate Izurriaga, Antonio Azcárate Izurriaga, Lucio Bacaicoa Sola, Juan Barasoain Armendáriz, Juan Casanova Pérez, Agustín Chivite Fernández, Román Díaz Iriarte, Victorio Elrío Olcoz, Salvador Eraso Azcárate, Constancio Eraso Martínez, Julio Erredón Mangado, Carlos Escudero Cerdán, Lucio Gabari Espinal, Francisco Gabari Viela, Benito García Lacalle, Félix García Resano, Félix Garde Moreno, Lorenzo García Otazu, Angel Gurrea de Carlos, Sebastián Izurriaga Baigorri, José Jaime Sola, Casian Medrano Leoz, Adolfo Ochoa Gorri, Esteban Pérez Coello, Julio Pérez García, Fermín Remírez Chivite, Angel Remírez Chivite, Ignacio Rodeles Berruezo, Angel Rodríguez Jiménez, Constancio Ruiz Cerdán, Vicente Salmerón Suescun, Gregorio Sembroiz Armendariz, José Sembroiz Armendariz, Lucio Sembroiz Armendáriz, Anastasio Sesma Lator, Pablo Simonena Gabari, Teófilo Solanilla Romeo, Félix Tanco Suescun, Juan Cruz Valencia Armendáriz, Nicasio Viescas Mangado, Jesús Zabalza Sarria y Félix Zulaica Vélez. (Ref. NGI).