Dimensión étnica del nacionalismo vasco. La recurrencia a determinados elementos étnicos es una constante en el nacionalismo vasco, sea éste del signo que sea, ya sea antiguo o moderno. Lo que se opera a lo largo de la historia es una diferente acentuación de unos u otros elementos, de acuerdo con los cambios políticos, económicos, sociales y culturales que ocurren en el País Vasco. Aquí nos limitaremos a señalar algunos de los elementos etnoantropológicos que se hallan en el pensamiento sabiniano, en los materiales de las charlas doctrinales del grupo EKIN y en el Proyecto de Manifiesto Vasco de ETA PM, los «polimilis», de comienzos de los setenta. Para Sabino Arana los vascos son los descendientes de una raza que en los tiempos prehistóricos forjó una cultura y una lengua que todavía se conservan en los «apartados caseríos» y en la sangre y en el corazón de los buenos euskerianos. La descendencia racial es el elemento fundamental sobre el cual Sabino Arana hace girar el resto de los elementos socioculturales. Para él es la raza la que ha dado origen a todas las formas de vida sociocultural y a la ciudadanía vasca. Sólo la desnaturalización podría borrar este hecho; algo, por otra parte, imposible de realizar si no es a través de la muerte. «Soy bizkaino -escribe en uno de sus primeros escritos- y (...) no puedo dejar de serlo hasta que Dios me lleve de este mundo». Lo vasco es un hecho natural que existe independientemente de la voluntad de los individuos. Tan importante es la raza para Arana que, extinguida ésta, queda extinguida su sociedad para ser reemplazada por otra. «Si desapareciera nuestra raza de estas montañas, escribe, y en éstas y con el nombre de Euskeria se constituyera la confederación de sus seis estados parciales, y cada uno de éstos se estableciese con la respectiva tradición de nuestra raza, con nuestra lengua y hasta con nuestras costumbres y carácter, esta Euskeria no sería nuestra Patria, sino otra Euskeria diferente: extinguidos los miembros de una familia, extinguida queda la familia misma». En los materiales de las charlas del grupo EKIN, fundador de ETA, el elemento étnico fundamental es el euskara. Del mismo modo que Arana hace girar la nación y la patria, la vida sociocultural y la lengua, en torno a la raza, los nuevos teóricos del nacionalismo invierten los términos haciendo girar el conjunto en torno a la lengua, el euskara. «Para un vasco que merezca tal nombre, leemos, el problema de la supervivencia o desaparición de la única lengua nacional vasca debe ser un problema vital (...). Un vasco para el cual el problema del euskera no sea decisivo es un traidor». Para éstos, «la realización más característica de un pueblo» es el idioma. La importancia otorgada al euskera es tal que el autor o los autores del escrito no dudan en afirmar que «el día en que al norte del Pirineo se hable sólo francés, y al sur sólo español, Euskadi habrá desaparecido». En el Proyecto de Manifiesto Vasco de ETA PM la importancia otorgada al euskara se convierte en elemento estratégico de la lucha por la liberación nacional. Del peligro de extranjerización e invasión aranista y de la recuperación de todos aquellos elementos históricos y folklóricos que aún perviven en la sociedad tradicional, se pasa a una visión de la dominación y opresión que sufre particularmente el pueblo trabajador vasco y a la puesta en práctica de diversas estrategias liberadoras. El euskara es una de ellas al constituir éste uno de los elementos básicos de la identidad vasca constantemente negada por el imperialismo y sociedad de consumo españoles. Para el nacionalismo, la pervivencia de una raza y de una lengua son, pues, algunos de los elementos constitutivos del derecho a formar una nación, un pueblo o una comunidad diferenciada con respecto a los otros y homogénea en relación a sus propios miembros. La idea subyacente es que raza, lengua y cultura forman el sustrato de los pueblos y de las naciones; en este caso del pueblo vasco y de la nación vasca. Pueblo y nación poseen una realidad cuasimetafísica o, dicho con un término utilizado frecuentemente como antagónico pero con la misma significación, natural.