Udalak

Mañeru

Carnaval en Mañeru. El domingo de Quincuagésima daba comienzo el Carnaval. Este día por la mañana, los mozos desayunaban en sus casas y asistían a la misa mayor. La fiesta del martes de Carnaval principiaba por la tarde, cuando salían a la vía pública las mozas, los jóvenes y algunos casados, disfrazados y con máscara. Todos éstos eran los "carátulas", que cuidaban en no ser reconocidos. Los "carátulas" paseaban por todo el pueblo, con un palo o una escoba en la mano, y eran asimismo varios los que llevaban una linterna de asa, con una bujía encendida. Estos tipos carnavalescos, a la luz mortecina de sus faroles, presentaban una estampa algo triste en la noche desapacible de invierno. El entretenimiento principal de los "carátulas" solía ser el de no dejar en paz a los espectadores no disfrazados, a quienes hostigaban hasta el pajar de alguna casa. Durante estos días de Carnaval, en las familias de Mañeru no faltaban, tanto al mediodía como a la noche, las consabidas patas y orejas de cerdo rebozadas, y las ensalmadas o "tortas de chanchigor" elaboradas con manteca de cerdo, canela y azúcar. Después de la cena de nuevo en ronda por la calle, entre salto y salto los "carátulas" sustraían de los balcones a su alcance las viandas que las amas de casa dejaban a la fresca. Las horas corrían y la fiesta proseguía; pero la algarabía callejera daba paso al sereno y sosegado canto de la aurora, a las seis de la mañana. Los "auroros" de Mañeru recorrían el pueblo. Uno de ellos era el campanero o campanillero, y con tres toques de campanilla iniciaban el canto y con otros tres lo concluían. Los "auroros" salían todas las mañanas, desde la festividad de San Miguel -el 29 de septiembre- hasta el domingo de Pascua de Resurrección. En el resto del año lo hacían únicamente los domingos y en las jornadas festivas, así como en los tres días de las anteriores a la Ascensión. El canto de la aurora quebraba el silencio de la calle; el miércoles de Ceniza el "aurora" llamaba a los vecinos en reposo: Despierta hombre, despierta, despierta para tomar la ceniza en la cabeza, y allá podrás contemplar que al cabo de poco tiempo en el polvo has de parar entre la podre y gusano hasta el Juicio Universal. No desprecies este aviso que el Señor te viene a dar, despierta como te digo vamos a misa a rezar. [Ref. Juan Garmendia Larrañaga: El Carnaval en Navarra].

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