Lexikoa

LIBERALISMO

La aclimatación del liberalismo en Euskalerría. Identificado desde sus comienzos como el enemigo de la religión y de la foralidad, las ideas liberales tropezaron con la hostilidad encarnizada del clero ( bai, pekatua da liberalkeriya, reza el título de un célebre folleto decimonónico) y de la grey católica. El partido liberal fusionista y el partido liberal conservador, pudieron, apuntalados desde el poder, establecer una limitada clientela de notables que les permitió, en ocasiones, representar en Cortes a distritos tales como Vitoria (1891, 1901) o Estella (1919 y 1923) en Álava y Navarra. Los conservadores consiguieron asimismo hacerse con la mayoría en San Sebastián -alternando con los fusionistas- y en Zumaya. En cuanto al caso de Vizcaya, no puede hablarse en esta provincia de liberales propiamente dichos hasta los umbrales de 1910, ya que se denominó indistintamente "liberal" tanto al seguidor de Sagasta, Moret y Canalejas como a los componentes de la Unión Liberal adscrita al P. Conservador de Cánovas, Maura o Dato. Ninguno de estos dos grupos dispuso en Euskalerría ni de un aparato ni de militancia política limitándose a ser dos grupos de notables adinerados u hombres de negocios avezados en la compra de votos y práctica de maniobras ilegales. Lo mismo puede decirse del Norte del País Vasco donde el clientelismo, la instauración del sistema republicano francés y la consolidación del nuevo modo laico de vida ocupó el último tercio del s. XIX y buena parte del actual. La desilusión de un liberal autonomista, José de Orueta, respecto a su propio partido queda patente en este párrafo de su Ante el problema regionalista ( 1906): "Siendo un partido de orden y progreso, su apatía e inacción han traído graves daños al país. Procede, pues, su pronta reorganización pues hace gran falta como extrema derecha de una firme agrupación liberal y con los dos partidos anteriores (republicano y socialista). Aun en el resto de España, el partido liberal es hoy defensor de la descentralización y de la autonomía, cuanto más no deben serlo los liberales vascongados, y a ellos alcanza, y con más fuerza aún, por tratarse de clases más educadas, cuanto se ha dicho respecto al particular para sus afines el republicano y el socialista". También se hace eco de una nueva corriente liberal: "Recientemente hay liberales demócratas en Bilbao, y que, como en Madrid, por tener algún punto de diferenciación con los liberales, son o aparentan ser centralistas: poca vida tiene en este país un partido que predique el centralismo, que pugna no sólo con el progreso de los tiempos...". En cuanto a la otra rama de la familia liberal vasca, los componentes de la Sociedad Euskalerría, también ellos tuvieron que luchar contra la incomprensión, esta vez desde las filas del partido de Sabino Arana que consideraba templados y "españolistas" a los foralistas vascos. El odio de Arana llegó hasta el extremo de hacer de los euskalerriacos el blanco favorito de sus iras y dedicarles frases como ésta: "tienen alma de mercaderes envilecida por la fiebre del comercio y de la industria y están totalmente desprovistos de nociones religiosas, morales y espirituales" (Bizkaitarra n.° 31, julio 1895). Sin embargo esta asociación que puede decirse que para su época fue bastante numerosa (llegó a reunir 600 asociados en 1896 ante el árbol de Gernika), proclamaba que su objetivo era obtener "el mayor grado posible de independencia para Euskeria" (reunión citada) propósito idéntico al manifestado por Arana en 1902 poco antes de su muerte. En este año, los euskalerriacos, tras haber sido el nervio de la reivindicación foral (sanrocada, gamazada, agosto de 1893), declaraban disuelta su asociación ingresando la mayoría de sus miembros en el P. Nacionalista Vasco. 27 años de batallar arrojaban un indudable saldo positivo de reafirmación nacional; su ingreso en el único partido nacional de aquel entonces supuso una auténtica inyección de laicismo y de tolerancia no sólo en el PNV sino -y tras el rebrote clerical de 1903, consecuencia de la reacción del clero ante las medidas laicistas de Canalejas- en la vida política del país en su conjunto.