Noticias medievales. El rey Carlos II de Navarra le concedió en 1365 el mismo privilegio que tenía la villa de Echarri, y que tuviese alcalde y almirat (almirante) puestos por el rey a propuesta del concejo. En el mismo privilegio libertó el rey a Lacunza, a perpetuo, de las 18 libras, 14 sueldos y 10 dineros y un cahiz de trigo y 5 de avena, que pagaba de pecha por el lugar de Aldaba, reservándose el rey el pedido, monedaje, diezmos y demás derechos reales, y las 20 libras de carlines blancos que pagaba por el molino y el horno. La mitad de este pueblo, con su iglesia, ornamentos y campanas, fue incendiado por los años 1411; el rey le concedió para su reedificación las medias primicias por diez años. En 1412 donó el rey el patronato de la iglesia de Lacunza y sus diezmos a la catedral de Pamplona. En 1506 el pueblo de Lacunza, estando en posesión de disfrutar del pasto de los montes de Andía, Encia, Urbasa y Aralar, sin pagar quinta, fue inquietado por el procurador patrimonial del rey, pero, seguido el pleito, se declaró en favor del pueblo.