Udalak

LAKUNTZA


Urbanismo y construcciones civiles

Se ubica en zona llana, en una zona de paso desde la antigüedad, como demuestran desde las cercanas estaciones dolménicas hasta las actuales infraestructuras viarias, sin olvidar los sangrientos conflictos fronterizos que desde el año 1200 hubo con las vecinas localidades guipuzcoanas. Su núcleo urbano sigue los planos de las bastidas del sur de Francia, con plazas amplias y espacios libres. Es, según Caro Baroja, un "pueblo-plaza", con una plaza alargada y dispuesta en una orientación Norte-Sur. Esta calle-plaza, ligeramente en cuesta, tiene en su parte más alta la iglesia, como corresponde a la lógica de la época, mientras que hacia el otro extremo el caserío se difumina paulatinamente. De este modo el núcleo quedaba dividido en dos partes diferenciadas, que se articulaban mediante alguna calle paralela y varias belenas transversales, completando la retícula. Con el paso de los siglos, no obstante, la presencia del antiguo camino real y de la posterior carretera creó en la práctica un segundo eje, de orientación Este-Oeste, que confluía con el primitivo en el punto donde se levanta la picota. En la actualidad Lakuntza se encuentra en una fase de clara expansión, que se está realizando sobre todo en este segundo eje, en la salida hacia Pamplona, toda vez que en el extremo opuesto se encuentra el polígono industrial.

En lo alto de la Herriko Plaza, a la izquierda de la iglesia, se levantan dos casas con tres alturas, fachadas de sillar bien escuadrado y una cornisa moldurada que las une demostrando cierta contemporaneidad. La más próxima al templo ha sido los últimos tiempos casa parroquial, y muestra puerta de medio punto en la que se ha recortado un arco rebajado, flanqueada por tres ventanas, segundo piso con dos balcones y dos ventanas, y ático con cuatro ventanitas iguales que llevan antepechos moldurados, bajo un potente alero. La casa contigua (nº 11), con muy similar concepción y disposición, tiene sus elementos algo más ordenados. Se abre mediante arco rebajado moldurado y con cajeamientos y orejetas, flanqueado por dos ventanas. Sobre la puerta, subrayando el eje central, un hermoso balcón sobre ménsulas labradas, con volutas sobre las que se han tallado toscas figuritas humanas. Sobre el dintel de este balcón reza inscripción: 1837/ DE PEDRO FLORES. El tercer nivel lleva cuatro ventanas y, marcando la axialidad, un balconcito central sin vuelo. Otra casita, de menores pretensiones, muestra fachada de sillar, arco de medio punto en el que se ha recortado uno escarzano, balconada corrida en el segundo piso y ventanitas en el ático. En el extremo de esta acera se encuentra la sede del consistorio, que se ubica en un caserón dieciochesco que consta de un bloque cúbico con tejado a cuatro vertientes, fachada enlucida con cadenas de sillar, puertas de medio punto en dos de sus hastiales y vanos cuadrangulares, con balconadas en sus frentes. Entre las casas que conforman el frente contrario de la plaza, destacamos otro caserón de similar formato, así como una casa con tejado a dos aguas, fachada de sillar salvo el ático, que va enlucido, con acceso de medio punto moldurado y balcón centrado. Sobre el dintel de este último, se lee: ESTA CASA LO/ HIZO JORGE HIJURRA EL AÑO DE/ 1790.

En la plaza se distingue también la picota, destinada a la ejecución de castigos públicos, obra del siglo XVI. Se trata de un elemento relativamente frecuente en Castilla, pero excepcional en Navarra. No queda constancia documental alguna de su uso. Se levanta sobre un pequeño estereóbato conformado por cuatro gradas, con pilar de sección cuadrada, en uno de cuyos frentes, el que mira a la iglesia, se ha labrado el escudo de la villa. Encima, sobre un cimacio moldurado, cuatro agresivos leones, uno por lado, muy naturalistas y que parecen inspirados en gárgolas. Remata una cúspide de piedra moldurada y una cruz de hierro. Junto a la picota, rodeada de una pequeña verja de hierro forjado, la fuente de Santa Rita, con alta pila cuadrada, pilar central de sección cuadrada y con remate moldurado que culmina con un jarrón de piedra. Lleva dos fechas, 1884 y 1970, e inscripción: FUENTE DE SANTA RITA.

La antigua calle Mayor, hoy calle de Mikel Arregi Marín, es el otro eje de expansión urbano, como se ha señalado antes. Destaca en ella la llamada "Casa Sarrajero", barroca del siglo XVIII. Lleva una fachada en sillar bien escuadrado, cuyos sillares esquineros van en almohadillado. Va en tres niveles, y con tres vanos por nivel. La puerta es adintelada, con ménsulas decorativas decoradas con volutas y decoración vegetal, y le flanquean dos ventanas con orejetas. El segundo piso está ocupado por tres balcones iguales, sobre ménsulas que sostienen el vuelo, y con abundante decoración en base a motivos vegetales, mascarones, leones muy esquemáticos de perfil etc. En el tercer piso, el balcón central repite a grandes rasgos el esquema de los vanos ahora descritos, y va flanqueado por dos balconcitos sin vuelo, más simples y sobrios, que se acercan a la decoración de las ventanas del primer nivel. Es, en suma, una fachada sobria, elegante y perfectamente jerarquizada. En el piso noble, además, se ve un reloj de sol que incorpora una fecha, 1840, y todo se cobija con un hermoso alero con perrotes labrados. Más adelante vemos varias casas enlucidas y con cadenas de sillar, muy sencillas y sobrias en sus elementos. Una de ellas, llamada "Amionekua", marcada con el número 10, lleva un interesante elemento decorativo en su puerta, realizado con una técnica muy popular y que representa al parecer la matanza del cerdo, con dos personas de largas melenas que sujetan un animal. Hace referencia al oficio que desempeñaban sus poseedores hace ya varias generaciones. Otra casa, con el número 36, constituye un caserón con tejado a dos aguas, puerta con arco de medio punto, vanos cuadrangulares y muros enlucidos con cadenas de sillar. Es un modelo muy repetido en los pueblos de Sakana.

En la calle Estafeta hay también algunas interesantes fachadas, que en general van en tres alturas y con buena sillería. Hay varias puertas con arcos rebajados y algunas fachadas lucen largas balconadas. Alguna repite el esquema de las más nobles casas citadas en la Herriko Plaza. En la parte alta de la calle se observa uno de los hastiales de la casa parroquial, a la que ya antes hemos hecho alusión. Va con tres alturas más ático, mampostería hoy sin enlucido, y cadenas de sillar en esquinas y en los enmarques de los vanos. Se abre mediante arco de medio punto, siendo el resto de vanos, ventanas y balcones, de formato cuadrangular. Culmina un tejado a dos vertientes sobre ático en entramado de madera y enlucido.

Ermitas

La documentación cita las de San Antonio Abad, la de los Santos Emeterio y Celedonio, la de San Sebastián, San Julián de Arozpide y la de Santa María Magdalena de Zabadarte. Santa María Magdalena, que al parecer se utilizó como leprosería, existía ya en 1563, y en 1797 estaba en precario estado de conservación. Se abandonó en torno a 1920, y sus piedras fueron expoliadas. San Julián, antigua iglesia del desolado medieval de Arozpide, fue desmontada en el siglo XVII, y con sus piedras se llevaron a Lakuntza para construir el crucero de la iglesia.

La ermita de San Antonio Abad es en la actualidad capilla cementerial. Debe encontrarse en el punto en el que se alzaba la primitiva Lakuntza, antes de la repoblación en el actual emplazamiento, ocurrido en 1356. Su planta, muy sencilla, consta de una única nave rectangular terminada en testero recto. Los muros van enlucidos y con cadenas de sillar en esquinas y vanos, y van interiormente articulados por pilares que dividen la fábrica en cuatro tramos. Un total de siete ventanas, pequeñas y de formato rectangular, iluminan el interior, mientras que el acceso, con arco de medio punto, se abre en el lado de la Epístola. La cubierta es de madera, con un tejado a dos vertientes. En su interior, además de la imagen titular, de un barroco popular, que representa a San Antonio Abad, se custodian también las dos tallas de San Emeterio y San Celedonio, procedentes de la desaparecida ermita situada en el antiguo despoblado medieval de Ilarrazu, que aparece en la documentación desde 1294 hasta finales del siglo XIV.

En cuanto a la ermita de San Sebastián, se levanta a media hora camino de Arruazu, al pie de la sierra de Aralar. Fue iglesia del antiguo despoblado medieval de Aldaba, que se abandonó cuando sus habitantes fueron obligados a repoblar Lakuntza y Etxarri-Aranatz, en el siglo XIV. En su actual configuración, no obstante, la ermita puede datar del siglo XVI. Tiene planta rectangular con cabecera rematada en testero recto. Lleva adosada al muro de los pies otra estancia más estrecha. Los muros son de sillarejo, que al exterior van enlucidos, y llevan al interior una serie de seis pilares de sección cuadrada, que dividen la nave en cuatro tramos. No lleva sino dos ventanas, que dan una precaria iluminación al interior. El acceso se ubica en el lado de la Epístola, buscando la mejor orientación meridional, y consiste en una puerta con arco de medio punto con la rosca moldurada, datable como del siglo XVI. A los pies de la nave se alza un coro alto moderno de madera. La cubierta lleva un cielo raso en el primer tramo, siguen dos tramos de bóvedas de lunetos, y la cabecera va con cañón rebajado. Los tramos se separan por arcos fajones de medio punto. La imagen titular se encuentra hoy en la casa parroquial de Lakuntza.

Parroquia de San Salvador

Los elementos más antiguos de esta iglesia debieron ser edificados en el siglo XV, aunque en su aspecto actual responde más a un impulso de la segunda mitad del siglo XVI, aún en estilo gótico, a manos de los canteros Juan de Villarreal y Juan de Bulano, sucediéndose varios pleitos al efecto, pues los canteros y sus herederos reclamaban los pagos y, por otra parte, hubo que realizar serias reparaciones por los "vicios" de la obra. En el siglo XVIII se acometieron nuevas obras, especialmente en cabecera, transepto y sacristía.

La planta consta de una única nave, dividida en tres tramos más la cabecera, más corta y rematada en testero recto. Dos capillas se abren a modo de transepto, además de la sacristía, que tiene planta en "L" y se abre en la cabecera, por el lado de la Epístola. También por ese lado se abre la capilla de la Dolorosa, que se organiza en dos tramos.

Los muros son de sillar al exterior, mientras que al interior van con un enlucido que imita el despiece de sillares. El coro se levanta a los pies del templo, con un arco de embocadura escarzano que lleva decoración de bolas. Todos los vanos se abren por el lado de la Epístola, y son todos rectos a excepción de una ventana, abierta en la cabecera, de medio punto.

Los tres tramos de la nave se cubren con bóvedas de crucería con nervios de tracerías estrelladas, que apean sobre ménsulas labradas. Las capillas laterales y la cabecera, construidas en el siglo XVIII, van con bóvedas de lunetos de raigambre barroca, mientras que la capilla de la Dolorosa, del siglo XVII, lleva bóvedas de arista. El sotocoro se cubre con un tramo de bóveda de crucería sobre columnas adosadas al muro.

Al exterior, por el lado del Evangelio, llama la atención el pórtico moderno, adintelado y sobre columnas de orden toscano. Cobija la portada, medieval del siglo XV, que consiste en un arco apuntado, abocinado y con seis arquivoltas que apean sobre columnitas con capiteles muy esquemáticos. En cuanto a la torre, se adosa al muro de los pies, y es obra del siglo XVI. Es de gran porte, y consta de un alto fuste prismático, con tres cuerpos separados por impostas más el cuerpo de campanas rematado en pirámides y bolas del tipo escurialense.

El retablo mayor es de estilo romanista, de hacia 1640. La mazonería es obra de Francisco de Olmos, mientras que la escultura fue realizada por el artista afincado en Sangüesa Gaspar de Ramos. Tiene una traza recta compuesta por banco, dos cuerpos de tres calles, articulados por columnas de orden compuesto y ático que fue remozado en el siglo XVIII. En cuanto a la imaginería, en el banco hay relieves con los Padres de la Iglesia y los Evangelistas. En el primer cuerpo los relieves figuran la Oración en el Huerto y el Prendimiento, y las tallas de bulto San Pedro y San Pablo. En el segundo cuerpo la Flagelación, talla de San Sebastián, la Ascensión, San Miguel y Cristo con la Cruz a cuestas. En el ático la escultura, toda de bulto, con San Cristóbal, el Calvario y San Esteban, más otros dos santos con hábitos religiosos.

En el lado del Evangelio se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario, rococó de la segunda mitad del siglo XVIII. Es de traza ochavada, que consta de banco, un cuerpo y ático. La talla titular es romanista del siglo XVII, y le acompañan otras tallas barrocas de San José con el Niño, San Saturnino y San Fermín.

Su retablo simétrico, en el lado de la Epístola, dedicado a Santa Catalina, es romanista de hacia 1640. Se compone de banco, cuerpo y ático, y la escultura tiene una calidad inferior a la del retablo mayor. Como es habitual, en la sacristía y en la casa parroquial se guardan otras obras de orfebrería, así como otras tallas de diferentes épocas.

Joseba ASIRON SAEZ (2006)