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FILIPINAS

EXPEDICIÓN DE MIGUEL LÓPEZ DE LEGAZPI. A la desastrosa tentativa de Loayza en 1525 le suceden las de Alvaro de Saavedra, que parte del puerto mejicano de Siguantejo en 1527; la de Hernando Grijalva en 1535 que, de vuelta del Perú, llega hasta las Papuas (Nueva Guinea), y la de Ruy López de Villalobos, que partiendo de Navidad, Méjico, arriba a Mindanao, Sarangani y Leyte y les da el nombre de Filipinas en honor del príncipe heredero. Estas navegaciones y la de Magallanes terminada con éxito por Elcano, son las precursoras de la más satisfactoria de Legazpi con el establecimiento de la ruta definitiva entre la nueva España y Filipinas por Andrés de Urdaneta. El objetivo de la expedición de Legazpi era fundamentalmente la toma de posesión del archipiélago filipino y asegurar una ruta permanente entre el Extremo Oriente y las costas de Nueva España. Legazpi había nacido en Zumárraga entre 1503 y 1505. La expedición la componían dos naos y dos pataches. La persona más relevante era Fray Andrés de Urdaneta, navegante experimentado y uno de los mejores cosmógrafos de su tiempo. La nao capitana llamada "San Pedro", desplazaba quinientas toneladas y la nao almirante, "San Pablo", sobrepasaba las trescientas. El patache "San Juan de Letrán", ochenta toneladas y el "San Lucas" de cuarenta. "A popa de la "San Pedro" iba un ligero bergantinejo de remos, muy propio para transmitir órdenes de uno a otro navío". El personal alcanzaba a los trescientos ochenta hombres. El piloto mayor de la "San Pedro" era Esteban Rodríguez, su segundo el vasco-norteño Pierre Plin, maestre el bilbaíno Martín de Ibarra y contramaestre Francisco de Astigarribia. Mateo del Saz, capitán de la "San Pablo", era a la vez maestre de campo, o sea segundo jefe de la expedición. El patache "San Juan de Letrán" llevaba por capitán a Juan de la Isla, posiblemente vizcaíno, y a su hermano Rodrigo como piloto. El otro patache, que pronto desertaría, estaba mandado por Alonso de Arellano. Los mandos y puestos claves estaban distribuidos así: Mateo del Saz, con mando sobre todas las fuerzas, segundo jefe de la expedición; Andrés de Ibarra, alférez mayor; Luis de Haya, sargento mayor; Martín de Goiti, capitán de artillería. Los cargos de oficiales reales recaían en Guido de Labezaris o Labezarri, vizcaíno, que sucedería a Legazpi; Andrés de Mirandaola, factor de la real hacienda; Andrés de Cauchela, contador, cuyo apellido puede ser una mala transcripción de Carchela, topónimo roncalés-suletino. Como capitán de su guardia personal, llevaba Legazpi a su nieto Felipe de Salcedo Legazpi. Los religiosos de la expedición, con Andrés de Urdaneta como superior, eran: Andrés de Aguirre, vizcaíno, Pedro de Gamboa, Martín de Rada, navarros y Diego de Herrera. Urdaneta y Rada eran cosmógrafos, hombres claves. El primero conocedor ya del derrotero por haber participado en el viaje de Loayza y Elcano, sobreviviendo incluso a Carquizano y haber navegado durante once años por los mares de Oriente. El segundo, el navarro Rada, habría de ser el eficaz colaborador de Legazpi al regresar Urdaneta creando la ruta segura a Nueva España.

Mariano ESTORNÉS LASA