Zuzendariak

Figuerido, Manuel

Al poco tiempo de fundarse la nueva agrupación instrumental dependiente del Ayuntamiento, la Comisión de música instituyó un Reglamento en junio de 1883, según el cual la Banda dependería del Reglamento de la Academia de Música, aprobado el 2 de octubre de 1882. Las disposiciones de dicho Reglamento son muy parecidas a las que regían para la Música marcial de épocas anteriores: así por ejemplo, la función principal de la Banda es "solemnizar las funciones públicas que se celebren en esta villa; y proporcionar un recreo al vecindario los días que determine la Junta Directiva de que habla el citado Reglamento de la Academia", mientras que el régimen de ensayos sigue siendo de dos veces por semana. Sigue prohibiéndose la creación de grupos autónomos dentro de la Banda ni llevar a cabo actuaciones autónomas sin autorización expresa del Director. Se establece asimismo que la Banda actúe dos veces al mes durante cuatro meses (junio a septiembre) y una vez el resto de meses. La Junta directiva es la responsable de imponer sanciones en caso de que se produzcan casos de indisciplina. La pertenencia a la Banda ofrece una triple procedencia: los alumnos de la Academia Municipal de Música, aquellos músicos que aprueben el ingreso y los aficionados. Por último, los miembros de la Banda nombrarán un tesorero "quien efectuará los pagos de acuerdo con la citada Junta Directiva a quien someterá anualmente sus cuentas".

El presupuesto anual con que se va a dotar a la nueva Banda (a la que ocasionalmente se sigue denominando "Música marcial" en la documentación municipal) asciende a 1250 pesetas anuales, al igual que la "Sociedad Filarmónica de la Música Marcial" de Apolinar Gal.

Los primeros años del mandato de Figuerido parecen haber transcurrido con calma, pues apenas se citan en las actas municipales asuntos relacionados con la Banda. En agosto de 1886, sin embargo, Figuerido informa al Consistorio de que, dado que éste no puede costear un nuevo uniforme, una comisión formada por varios vecinos de la villa han iniciado una suscripción popular con el fin de adquirir una nueva indumentaria para los miembros de la Banda. La cuestión sobre uniformar a la Banda fue motivo de discusión entre el vecindario, pues mientras parte de la población era favorable por la mejor imagen que proyectaría, otra parte consideraba que el Ayuntamiento tenía razón en dedicar sus presupuestos a otras cuestiones de mayor calado. Finalmente, los uniformes se abonaron la mayor parte con la suscripción popular a la que anteriormente nos hemos referido y una mínima parte con un fondo común de la Banda.