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CICLISMO

La época de Loroño. Pasaban los años y en Bilbao se proyectaba organizar la Vuelta a España. La Sociedad Ciclista Bilbaína era la agrupación ciclista más antigua y en vísperas de conmemorar sus Bodas de Oro, «El Correo Español-El Pueblo Vasco» cogía las riendas de la ronda hispana en 1946, cuya victoria se adjudicó el Vizcaíno Dalmacio Langarica, que bajo su dirección técnica llevaría a Bahamontes al triunfo en el Tour de Francia de 1959. Fueron estas campañas de gran ambiente y ardor ciclista en el País Vasco como consecuencia de la pugna entre Jesús Loroño y el «Aguila» de Toledo. Sus intervenciones en la Vuelta a España y escaladas como la Subida a Arrate, por ejemplo, movilizaban a millares de aficionados. Incluso hasta el otro lado de los Pirineos cuando se trataba del Tour. Aquella reñida competencia entre estos dos colosos ha sido lo mejorcito que ha tenido últimamente el ciclismo en este lado de los Pirineos. Un Loroño fuerte, valiente y con gran corazón, que a base de pundonor y sufrimiento tenía que luchar frente a un hombre, como Bahamontes, de más clase y mejor escalador. Los dos llegaron a ganar el Premio de la Montaña en el Tour, pero en la Vuelta a España, solamente consiguió la victoria el corredor de Larrabezúa, teniéndose que conformar Bahamontes con el segundo puesto. Jesús Loroño se adjudicó victoria de etapa en el Tour lo mismo que otros corredores vascos como Ezquerra, Otaño y José María Errandonea. Este, además, se vistió de amarillo -aunque sólo fuera en una jornada- en el Tour, al igual que el Vizcaíno Gregorio San Miguel, pues Francisco Gabica -que ganaba la Vuelta a España en 1966- llegó a ser líder durante seis etapas en la primera edición del Tour del Porvenir, quedando segundo en la general, detrás del italiano Guido de Rosso. En esta última década el ciclismo vasco ha estado a la altura de siempre, conquistando varios títulos nacionales en sus diversas especialidades y categorías, destacando los conseguidos por Guipúzcoa, que con sólo un promedio de unas diez licencias profesionales ha alcanzado cinco Campeonatos de España por Regiones con equipos formados con los Otaño, Errandonea, Mendiburu, José Manuel y Miguel Maria Lasa, Perurena, Aranzábal y Lazcano, al margen de los éxitos individuales de «Peru», que ha sido uno de los corredores más brillantes en el último lustro al inscribir su nombre en casi todas las carreras que figuran en el calendario, sobresaliendo su temporada de 1972 en la que obtuvo una treintena de victorias.