Zerbitzuak

CAJA DE AHORROS VIZCAINA (1921-1990)

La previsión (1921-1942).

La puesta en marcha del seguro obligatorio y de la Caja Vizcaina coincidió con la crisis económica y social que tuvo lugar al finalizar la Primera Guerra Mundial, crisis que llevó aparejada una fuerte conflictividad obrera que, concretamente en Bizkaia, produjo sabotajes en algunas empresas e incluso asesinatos. La concesión de la jornada de ocho horas (3 de abril de 1919), demandada por los obreros desde hacia años, y del seguro obligatorio de vejez, fueron medidas encaminadas a mejorar la condición de los trabajadores y a restar argumentos a los más revolucionarios (no olvidar el triunfo de la Revolución rusa en 1918). Situación que hizo que los empresarios vizcainos no se opusieran a este seguro, como ocurrió en otros lugares. El hecho de que fuera Ramón de la Sota y Aburto el presidente de la ponencia para la implantación en Bizkaia del seguro de vejez, ya es en sí mismo significativo, por sus vinculaciones familiares y personales con empresarios y financieros vizcainos.

El paralelismo entre la implantación del seguro y de la Caja es total. El 19 de enero de 1921 la Caja de Ahorros Vizcaina comienza su vida oficial, el 21 se aprueba por Decreto el Reglamento General del Régimen Obligatorio de los Retiros Obreros, donde se establecía "la colaboración de instituciones regionales o provinciales de carácter social o mercantil; cada región o en su defecto provincia, podrá organizar, mediante las garantías suficientes, una Caja de seguros que sea, en su demarcación un Instituto de Previsión autónomo". Esa era la misión asumida por la Caja. En marzo de ese mismo año fue declarada colaboradora del I.N.P. y, por R. D. de 14 de junio de 1921, entidad similar del I.N.P., lo que le permitió iniciar el régimen obligatorio el 24 de julio de 1921, que fue refrendado en el convenio de relación firmado por ambas instituciones el 23 de abril de 1923.

Aunque no existían cifras fiables, se calculaba que en ese momento debía de haber unas 80.000 personas en Bizkaia posibles beneficiarias del seguro, pues bien, en septiembre de ese mismo año estaban afiliadas 50.000 y a finales de 1922 eran ya 73.870. En 1935 la recaudación en Bizkaia al régimen obligatorio fue de 29.395.778,65 millones de pesetas; al régimen de mejoras, 362.976,57; al de libertad subsidiaria, 2.829.358,10; y otros 2.762.325,10 a las denominadas "dotes infantiles" (Antiguo Archivo del I.N.P., carpeta 17-1, INSALUD). Se ocupó de la gestión y aplicación del Subsidio de Maternidad de 1922 a 1931 y del Seguro de Maternidad a partir de ese último año. Este seguro sufragaba los gastos del parto y las compensaciones económicas durante los periodos de descanso obligatorio. En su primer año, se alcanzó una afiliación de 10.143 mujeres.

El departamento de previsión canalizó la ayuda a los afectados por el "paro forzoso", a los que pagó el traslado junto con su familia a lugares donde pudieran encontrar nuevo trabajo (en 1931, año de fuerte crisis económica, facilitó el viaje a 1.042 personas). Establecida la Caja Nacional contra el paro forzoso, la Caja tramitó la documentación para obtener los beneficios establecidos por la ley para el abono de los subsidios de paro (1932). Lo mismo que el de los subsidios a las familias numerosas (Decreto Ley de 21 de julio de 1926) y la protección a los emigrantes, al ser nombrada esta Caja "Institución Protectora del Emigrante" (28-3-1929).

Otra obra social, en este caso provincial, que apoyó en su instalación y sostenimiento fue la Oficina Provincial de Laboratorio de Orientación Profesional (1929). Igual puede decirse de la colaboración de la Caja con la Diputación para la puesta en marcha del Instituto de Educación y Rehabilitación de Inválidos del Trabajo (1929), cumpliendo así con la legislación socio laboral y con el I.N.P. en la implantación del seguro de accidentes de trabajo (1932).

Además, dentro de la sección de previsión se ocupó del mutualismo infantil, con las llamadas "Mutualidades escolares" -instaladas en las escuelas públicas- y las "catequísticas" -dependientes de las parroquias-. Con ellas se pretendía estimular y promocionar tanto el ahorro como la previsión a más largo plazo entre la población infantil y juvenil. Unos ingresos módicos periódicos daban derecho a recibir un interés preferente, más una bonificación del Estado y de la Caja. Parte de lo ahorrado quedaba en una Sociedad de Socorros Mutuos, para atenciones en caso de enfermedad y seguro en el de fallecimiento del mutualista. La otra mitad se ingresaba en una cartilla del I.N.P. que podía ser de dote (para cobrar a los veinticinco años) o de pensión de jubilación. El mutualismo infantil pretendía enseñar a ahorrar a largo plazo y a prevenir el futuro. Desde que se organizaron en 1923 hasta 1939 se constituyeron 561 mutualidades que agrupaban a 60.000 niños y niñas, que habían ahorrado cerca de seis millones de pesetas en ese periodo. La Caja dedicó para este fin una media de 100.000 pesetas anuales, subvencionando con un interés especial las cuentas de los mutualistas y concediéndoles premios, lo mismo que a los directores de las mutualidades más destacadas.

Los "Homenajes a la Vejez" estaban encaminados a demostrar la importancia del seguro obligatorio. Todos aquellos ancianos y ancianas pobres que habían alcanzado una edad muy superior a la establecida para el retiro obrero, y que no contaban con más ayudas que las de las familias o la beneficencia, eran el mejor ejemplo de la importancia de asegurar la vejez. De 1921 a 1939 se concedieron 1.000 pensiones vitalicias a ancianos de más de 80 años, por un importe de 1.299.608,36 pesetas, de las que 778.473,30 habían sido aportadas por la Caja, 276.045,65 por el I.N.P. y 245.089,41 por la Diputación y los Ayuntamientos.

Promedio de recaudación de la Caja de Ahorros Vizcaína 1930-1935

Retiro obrero
Régimen de mejoras
Libertad subsidiada
Dotes infantiles
Seguro de maternidad
2.063.359,46
39.851,23
322.389,60
316.687,48
150.907,50

En 1940 esta Caja pagaba las pensiones de 452 personas (Archivo INSALUD, I.N.P. carpeta 17-1).

Finalizada la guerra civil y aprobado el subsidio de vejez en 1939, se modificaron las relaciones con el Instituto y se firmó un nuevo convenio en 1940; tras la puesta en marcha del Seguro Obligatorio de Enfermedad (14-12-1942), el I.N.P. informó que iba a abrir sus propias Delegaciones provinciales, terminando el régimen de colaboración con la Caja de Ahorro Vizcaina (véase CAJAS DE AHORRO EN VASCONIA y SEGURIDAD SOCIAL). Esta colaboración, que fue fructífera para ambas partes, produjo un capital humano tan importante como el meramente económico. Hombres muy bien formados en todo lo referente a esa entonces novedosa área social y convencidos de la importancia de los seguros sociales, como José Gainzarain, que de jefe de la Sección de Previsión de la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa pasó a dirigir la Vizcaina hasta 1937; Aniceto Dúo, primer consejero delegado del I.N.P.; el publicista social católico José Possé y Villelga que fue delegado de la Inspección del Retiro Obrero (1921), Jefe del Secretariado Social de la Caja (1926) donde se editaba Vizcaya Social, Inspector General de Seguros Sociales (1935), consejero del I.N.P. y presidente de la Delegación Provincial de Vizcaya (1956); Francisco Greño, director de la Caja de 1937 a 1971, que fue también representante de la Caja en el Consejo del I.N.P., Director General de Previsión (1941), además de ocupar otros cargos públicos a lo largo de su vida.