Zerbitzuak

CAJA DE AHORROS VIZCAINA (1921-1990)

El Ahorro (1921-1939).

La Diputación, para su puesta en marcha, concedió a la Caja un capital fundacional de tres millones de pesetas (un millón en el momento de su fundación y dos que recibiría en veinte anualidades de 100.000 pesetas). Este capital que fue rápidamente devuelto, gracias al éxito logrado por la nueva institución, cuyos saldos en ahorro y previsión habían alcanzado la cifra de 115.228.000 de pesetas en 1930. Pero ese no fue el único apoyo provincial que recibió la Caja de Ahorros Vizcaina. Hubo una cesión de locales en el Palacio Provincial, actos para la atención al público y para guardar sus depósitos y valores y, lo que fue muy importante en sus primeros años, se autorizó la colaboración de los miñones (véase MIÑONES). Este personal provincial facilitó a la nueva Caja la apertura de sucursales con gran rapidez por toda la provincia, siguiendo el ejemplo que había dado con los miqueletes la Caja de Ahorros Provincial de Guipúzcoa desde su fundación en 1896. La primera que se abrió fue la de Gernika en 1921 y, ese mismo año, se inaugurarían otras catorce en otras tantas localidades vizcainas que llegarían a ser treinta y siete en 1929. Este hecho impulsó la sección de ahorro, pero también sirvió para incrementar la afiliación al seguro obligatorio de vejez, al aproximar los puntos de cobro a las empresas.

AñoSaldos *
1921
1922
1923
1924
1925
1930
1936/1940
9.139.506
11.853.087
14.022.322
20.260.803
32.856.822
91.143.043
140.277.524

*en pesetas
Fuente: Memorias C.A.V.

Lo mismo que sucedió en 1914 con la suspensión de pagos del Crédito de la Unión Minera, que acrecentó el número de clientes de la Caja de Ahorros Municipal de Bilbao, en 1925 su quiebra supuso para ambas Cajas un incremento de sus ingresos y, por lo que a la Vizcaina se refiere, que las gentes se sintieran más atraídas hacia una institución respaldada por la Diputación. Otra consecuencia fue la compra del edificio del Crédito situado en la Plaza de la Estación o Circular para sede de la Caja. La progresión del ahorro fue rápida y permanente. A finales de 1922 el saldo de recursos ajenos se aproximaba a los 12 millones de pesetas; en 1932 superaba los 105 y en 1939, tras el bache de la guerra, los 125 millones.

En 1922, la Cartera de Valores de la C.A.V. estaba compuesta de un amplio porcentaje de Fondos Públicos (estatales, provinciales, locales), obligaciones de ferrocarriles, de minas y navegación, acciones de bancos y, en menor cantidad, de otras empresas nacionales. Capítulo aparte merece el apoyo a las Corporaciones locales, que se hizo a través de créditos. De 1921 a 1925 prestaron a los Ayuntamientos vizcainos 4.512.487 pesetas, cantidad que ascendía ya a los 15 millones en 1939. Dichos préstamos tenían como finalidad: construir escuelas, lavaderos, mercados, y generar las infraestructuras necesarias para el abastecimiento del agua, el saneamiento de las poblaciones, la construcción de caminos, la urbanización, etc...