Toponimoak

Basauri

Estuvo enclavada en Basauri la casa-torre banderiza de Ariz, poseedora de varias ferrerías. Basauri, junto con Galdakao, Bedia, Zaratamo y Arrigorriaga, se hallaron, desde la fundación de la villa de Bilbao, sometidas a la influencia de la misma. En la edad media, parte de sus casas pertenecían a la jurisdicción privativa de la villa aunque esta facultad se perdió posteriormente por desentenderse la administración bilbaína del nombramiento de fieles de las casas que de ella dependían. Por tanto, no sólo en lo eclesiástico, sino también en lo civil, quedó supeditada a Arrigorriaga como un barrio o ledanía hasta que, efectuada su separación, sin consentimiento de Arrigorriaga ni del Señorío, perdió todo su derecho cívico a ser representada, con voz y voto, en las Juntas de Guernica. La iglesia parroquial de San Miguel, realenga de origen, fue vinculada luego a la parroquial de Arrigorriaga y quedó por tanto bajo el señorío de los Abendaño, patronos de la misma.

A finales del siglo XV o comienzos del siglo XVI (1510?) se construyó la iglesia y los feligreses, prescindiendo de los Abendaño, eligieron a su párroco y se encargaron de la constitución del cabildo. A finales del siglo XVI, el patrimonio real entabló diligencias para esclarecer la pertenencia del patronato, logrando establecer que éste era realengo, con lo que los Abendaños fueron apartados definitivamente del goce de las rentas eclesiales. La emancipación municipal comenzó a gestarse en Basauri en las Juntas de 26 de mayo de 1551, cuando los oñacinos presentes en las Juntas así como también el síndico saliente, pidieron al representante del Señorío que no se les autorizara a votar a los representantes de Basauri y demás ledanías independentistas, petición que fue denegada por el representante hasta vista del caso. El Señorío, sin embargo, no admitió la demanda de Basauri, que permaneció sin régimen municipal propio hasta la supresión de los fueros. En cuanto al diezmo eclesiástico, el estado lo entregó a los señores de Ariz, marqueses de Vargas, que lo poseían en el siglo XIX.

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