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Censos:

Variables demográficas

En Aretxabaleta desde mediados del siglo XIX la población fue creciendo hasta la década de los setenta del XX, a partir de la cual se produjeron ciertos altibajos. En el año 2000 el número de habitantes era superior a los seis mil. Entre el año 1986 y 1996 se realizó un análisis más exhaustivo de la población, gracias al que podemos señalar que, entre 1986 y 1991, aumentó la misma, mientras que en los cinco años siguientes descendió por debajo de las cifras que había diez años antes. En relación con el género, en todos esos años los hombres fueron más que las mujeres aunque, dentro de los diferentes grupos de edad, se reconoce que las mujeres mayores de 65 años eran mayores a los hombres de esa edad.

A pesar del descenso producido en la población, entre 1991 y 1996, las personas mayores de 65 años aumentaron, del mismo modo que los de entre 20 y 64 años. Sin embargo, los más jóvenes fueron descendiendo con el paso del tiempo. En el año 1996 sabemos que la densidad media de Aretxabaleta era de 204,2 habitantes por kilómetro cuadrado, por debajo de la media en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) en donde la densidad era de 290 habitantes. Respecto a la provincia la diferencia incluso era mayor que en el caso anterior. En relación con la comarca, el Alto Deba, en Aretxabaleta la densidad media resultaba superior a la que se daba en la otra.

Con relación al movimiento natural, conocemos que, en el 2000, nacieron más de sesenta personas, entre las que había algunas mujeres más. Respecto a todos los nacidos resaltaron los primogénitos. También conocemos un dato referente a las madres de esos niños, estando la mayoría casadas. En el año 1999 se produjeron 41 fallecimientos, resaltando el número de los hombres. Entre las principales causas, destacaban las personas que habían sufrido tumores, tras los cuales se situaban los que habían tenido problemas con el aparato circulatorio. En ese momento el crecimiento vegetativo fue positivo en cuatro personas. Una vez estudiado el movimiento natural de la población, podemos aportar otros datos que nos ayudan a conocer más esa realidad. De este modo, conocemos que en el 2000 hubo un número similar de hombres y mujeres que se casaron, la mayor parte de los cuales anteriormente estaban solteros. De la misma manera, sabemos que, entre 1991 y 1996, las familias que había en Aretxabaleta aumentaron, siendo la mayor parte de las mismas, alrededor de un millar, familias nucleares con hijos. A una gran distancia, se situaban las nucleares sin hijos, siendo éstas cerca de cinco veces menos que las anteriores. El tamaño medio de todas ellas era similar al de las familias del resto de la CAV.

Junto al crecimiento natural, es preciso mostrar los movimientos migratorios. A comienzos de los ochenta, por encima de mil trescientos habitantes eran inmigrantes, entre los cuales había una decena de hombres más que mujeres. Tanto entre los hombres como entre las mujeres inmigrantes resaltaban los llegados en la década de los sesenta, tras los que se situaban, a gran distancia, los que aparecieron a partir de 1970. En 1998 el crecimiento vegetativo fue positivo en una persona, mientras los movimientos migratorios resultaron muy importantes por darse un saldo positivo superior al centenar de habitantes. Un año más tarde, en 1999, conocemos que el saldo migratorio externo fue positivo en cuatro personas, mientras que el interno fue negativo en cerca de una decena. Comparando con los datos proporcionados cinco años antes, cuando se produjeron perdidas tanto en las migraciones externas como internas muy negativas, superiores a la veintena de personas, se reconoce una mejora significativa. Junto a esto, conocemos el lugar de procedencia de los habitantes de Aretxabaleta en 1996, momento en el que predominaba la población sedentaria, dentro de la que destacaban los hombres. Por el contrario, entre los migrantes internos, los siguientes en importancia, y los inmigrantes había un mayor número de mujeres.

HAG