Concepto

Viruela en Gipuzkoa

Durante el siglo XVIII la viruela fue la enfermedad infecciosa que de forma más agresiva diezmó a la población en Gipuzkoa. (1)

En el siglo XVIII uno de cada siete fallecimientos infantiles eran producidos por la viruela.

Se desconoce el origen de la viruela, pero existen evidencias de su existencia, como mínimo, hace dos mil años. (2)

Ya en tiempos antiguos habían empezado la técnica de inocular la viruela (variolización) infectando deliberadamente a la persona introduciéndole costras de viruela por las vías nasales mediante una cánula. Los que recibían este tratamiento contraían un tipo más benévolo de viruela y desarrollaban una inmunidad de por vida.

El descubrimiento de la vacuna contra la viruela en 1796 supuso un hito importante en la batalla contra la enfermedad que, sin embargo, ni siquiera así se consiguió erradicar hasta bien entrado el siglo XX.

Descripción de la enfermedad

La viruela fue una enfermedad infecciosa grave, contagiosa, propagada por brotes periódicos y con un alto riesgo de letalidad del 25% de los afectados, especialmente entre los bebés. (3)

Era causada por el variola virus y se propagaba a través del contacto de personas sanas con personas contagiadas o mediante el intercambio de objetos contaminados.

El único tratamiento efectivo para la epidemia de viruela era la prevención, la variolización y a partir del siglo XIX la vacunación.

El último caso de contagio natural en el mundo se diagnosticó en octubre de 1977 y en 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) certificó la erradicación de la enfermedad en todo el planeta.

Entre los pacientes que sobrevivían sus principales características eran las cicatrices por todo el cuerpo y en algunos casos la ceguera.

La situación geográfica de Gipuzkoa con una amplia costa con puertos comerciales y la cercanía de la frontera hispano-francesa facilitaron el trasiego de personas que diseminaban la enfermedad.

Por éste motivo, en el siglo XVII los intervalos entre epidemia y epidemia eran de cuatro años y en el siglo XVIII pasaron a ser cada dos años. (4)

La Ilustración y la viruela

A mediados del siglo XVIII se desarrolló en Europa el movimiento denominado "ilustración". Su principal objetivo fue su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la ignorancia de la humanidad mediante las luces del conocimiento y la razón. (5)

Hubo un choque de ideas en todos los ámbitos (filosóficos, culturales, científicos etc.) con las ideas del Antiguo Régimen heredadas del feudalismo y reacias a cualquier cambio cultural, político o incluso científico.

La medicina no fue una excepción y en muchos casos se resistió a la ilustración. Un ejemplo de ello fue la disputa en cuanto a la inoculación de la viruela.

A partir de 1760 la inoculación se convirtió en el campo de batalla de la lucha entre ilustrados y escolásticos lo que hizo que se convirtiera en un símbolo para los más influidos por las ideas tradicionales.

Ya no era una técnica médica a estudiar sino que era un símbolo que había que derribar para defender al país de aquellas modernas ideas que llegaban del extranjero.

En Gipuzkoa, las ideas de la ilustración conglomeraron a una élite intelectual que fundó en 1763 La Sociedad Bascongada de Amigos del País. (6)

En 1769, la R.S.B.A.P. se puso en contacto con médicos nacionales y extranjeros para recabar datos sobre los posibles tratamientos de la viruela. (7)

En 1771, el médico de la Sociedad José Santiago Ruiz de Luzuriaga (8) leyó un escrito sobre su experiencia en la inoculación de la viruela humana a nueve niños en la casa torre de Arancibia en Berriatua. Dos de aquellos niños eran sus propios hijos y otro era hijo del conde de Peñaflorida de 5 años de edad.

Influida por el trabajo de Luzuriaga, la R.S.B.A.P. afirmó "que no podían ser indiferentes al exitoso invento de la inoculación", y decidió aquel año financiar la inoculación en las tres provincias vascas con 500 reales para emplearlos en aquellas personas sin recursos económicos que desearan inocular a sus hijos. Para fomentarla imprimió el trabajo de Luzuriaga de cuya obra se repartió un ejemplar gratuito a todos los médicos de las tres provincias. (7)

De esta forma la RSBAP daba el gran impulso a la inoculación , dando visibilidad a lo que hasta entonces se había hecho de forma muy esporádica y sobre todo clandestina.

Al año siguiente los médicos ilustrados vascos fueron llevando a cabo inoculaciones por todos sus territorios. Sólo en Gipuzkoa se inocularon 1.202 personas en 1772.

El caso de Hondarribia

Hubo municipios que se mantuvieron refractarios a la variolización como Hondarribia.

En 1791 se conoció en Hondarribia que un niño de un caserío había contraído la viruela. El pueblo reaccionó como lo había hecho siempre: enviar al médico titular y aislar al enfermo.

El Diputado General y Alcalde , Pedro Antonio de Zuloaga, (9) miembro de la RSBAP creyó llegado el momento de que la inoculación llegara a su localidad con 20 años de retraso con respecto al resto de Gipuzkoa y decidió inocularlo en sus hijos. (10)

Pedro Antonio de Zuloaga se puso en contacto con el médico titular de Hondarribia , Pedro Cantabrana. Ambos conocían la predisposición negativa de la ciudad con respecto al asunto, así que todo se llevó con la máxima discreción hasta que estuviera terminado.

Decidieron comenzar al día siguiente para evitar filtraciones y que todo el proceso se llevara a cabo en una casa de campo lejos del casco urbano. El médico reconoció a las tres hijas de Pedro Antonio "hallándolas bastante sanas", pero no así al pequeño de ocho meses "por hallarse entonces con una tos convulsiva". (7)

Siguiendo la opinión de Cantabrana pospusieron la inoculación del pequeño para más adelante. La preparación de las tres hermanas con 8, 7 y 2 años se inició inmediatamente.

Siguiendo la tónica de la época, durante siete días estarían sometidas a una dieta vegetal de frutas maduras, baños de agua tibia y lavativa diaria; mientras Pedro Antonio de Zuloaga hacía las gestiones necesarias para conseguir las imprescindibles viruelas en otros puntos de Gipuzkoa.

Pero en aquella ciudad, que tenía una población intramuros de 867 almas en el censo de 1787, todo el mundo lo sabía todo por mucho esfuerzo que uno pusiera en ser discreto.

En la sesión municipal del 1 de junio, Joaquín de Arizaga, síndico personero, alzó la voz quejándose "de que había sabido como el Sr. Diputado del Común Don Pedro Antonio de Zuloaga había marchado a la Villa de Tolosa con intento de traer viruelas para inocular a sus hijos".

Ante esta queja los alcaldes pidieron a Zuloaga que suspendiera esta inoculación, contestando Pedro Antonio que no iba a hacerlo porque contaba con la aprobación de diversos médicos a los que había consultado. Y que en esto la autoridad eran los médicos y no el Ayuntamiento.(4)

Los miembros del concejo eran totalmente conscientes de que la inoculación llevaba ya veinte años avanzando por toda Gipuzkoa, y que no podían prohibir de un plumazo una acción comenzada por persona tan influyente como el conde de Torre Alta. Así que se anunció una sesión extraordinaria municipal para el día siguiente por la tarde, a la que se ordenó asistieran el médico y el cirujano titulares de la ciudad.(4)

Fue una sesión convulsa en la que quedaba cautelarmente prohibida la inoculación hasta que una comisión formada por dos médicos, dos teólogos del convento donostiarra de San Telmo y dos abogados decidieran la forma de proceder.(4)

La decisión fue prohibir la inoculación de viruela mientras no hubiera una epidemia desarrollada en la localidad. El único en votar a favor de la inoculación fue uno de los abogados.(4)

En 1802, con un retraso de treinta años respecto al resto de la provincia, nuevos cambios legislativos hicieron que la inoculación entrara en Hondarribia.

Cambios legislativos y final de la enfermedad

En 1792, la Real Academia de Medicina de Madrid concluyó que "la inoculación era utilísima para la conservación del género humano" y en 1798 el Rey Carlos III ordenaba que se ponga en práctica el método de la inoculación en los Hospitales, Casas de Expósitos, Misericordias, etc.

En 1798 se descubrió la vacuna pero no hizo desaparecer a la inoculación, porque en sus inicios era muy difícil conseguir la vacuna y hubo que seguir durante años con la variolización.

En 1815 se declaró la obligatoriedad de la vacunación en todo el Estado.(11)

Durante todo el siglo XIX se sucedieron los intentos por hacer efectiva la obligatoriedad de la vacunación, pero seguía teniendo un elevado rechazo entre la población, hasta el punto de que los equipos de vacunación en muchas poblaciones tenían que hacer su trabajo protegidos por la fuerza pública.

En 1903 fallecían todavía unas 100 personas al año en Gipuzkoa por la enfermedad y se promulgó un Real Decreto en el que se ordenaba la vacunación obligatoria en todo el Estado a los niños menores de 6 meses.

Tres días después la Diputación provincial insistiendo en "la vacunación y revacunación como medio más eficaz contra la epidemia variolosa", ofrecía "gratificar con veinticinco céntimos de peseta a todas las personas que, mediante certificación facultativa, acrediten haberles prendido la vacuna"

Los focos infecciosos fueron disminuyendo quedando bien documentados el de Irún entre 1869 y 1871 donde fallecieron 169 personas y en 1918 hubo un foco de viruela en Lasarte. En este caso, ante la intención de trasladar a cinco enfermos al hospital de Hernani, los habitantes de éste pueblo apoyados por su ayuntamiento impidieron firmemente éste traslado.(12)

En el País Vasco los últimos casos de viruela se registraron aisladamente en la inmediata postguerra civil. En el Estado el último caso se registró en 1950, en Europa en 1953 y el último caso en el mundo fue en Somalia en 1977.(13)

Referencias

(1) «De la peste al covid». Gipuzkoako Foru Aldundia. Koldo Mitxelena.

http://kmk.gipuzkoakultura.eus/es/component/content/article/2629-de-la-peste-al-covid-19-siguiendo-el-

(2) «Cosas de Alde Zaharra». Ayuntamiento de Hondarribia.

https://www.hondarribia.eus/es/-/cosas-de-alde-zaharra-36

(3) «Viruela». Medline Plus. https://medlineplus.gov/spanish/ency/article/001356.htm

(4) «Pedro Antonio de Zuloaga y la inoculación de las viruelas». Ayuntamiento de Hondarribia.

https://www.hondarribia.eus/documents/124308/19169617/Zuloaga+-+Viruela/f4f4fd79-cd48-836c-5ffd-

(5) «la Ilustración». Enciclopedia de Historia. https://enciclopediadehistoria.com/la-ilustracion/

(6) «Real Sociedad Bascongada de Amigos del País». Auñamendi Eusko Entziklopedia.

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/en/real-sociedad-bascongada-de-amigos-del-pais/ar-124801-

(7) Labaka, Olatz. «Los inicios de la inoculación en el País Vasco». Euskal Herriko Unibertsitatea.

https://addi.ehu.es/bitstream/handle/10810/55780/TFG_Labaka.pdf?sequence=1&isAllowed=y

(8) «Ruiz de Luzuriaga, José Santiago». Auñamendi Eusko Entziklopedia.

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/ruiz-de-luzuriaga-jose-santiago/ar-122510/

(9) «Zuloaga Plaza, Pedro Antonio». Auñamendi Eusko Entziklopedia.

https://aunamendi.eusko-ikaskuntza.eus/es/zuloaga-plaza-pedro-antonio-de/ar-152766/

(10) Múgica Zufiría, Serapio. «Un caso curioso de viruela». Dialnet.

https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3416559

(11) Izaguirre, Juan Carlos. La viruela y su profilaxis.

https://static.errenteria.eus/web/eu/herria/artxiboa/Oarso/oarso1989/090_094-viruela.pdf

(12) «Rebelión por el traslado de la viruela». Noticias de Gipuzkoa.

https://www.noticiasdegipuzkoa.eus/gipuzkoa/2018/06/26/rebelion-traslado-viruela-3914412.html

(13) «Hace 40 años de la erradicación de la viruela». Asociación Española de Pediatría.

https://vacunasaep.org/profesionales/noticias/hace-40-anos-desde-la-erradicacion-de-la-viruela