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SOCIEDAD DEPORTIVA EIBAR

Por fin, vuelta a Segunda.

La historia de la SD Eibar a partir de los años sesenta hizo pensar a muchos aficionados que sobre este equipo planeaba una maldición. Parecía incomprensible que un año tras otro el Eibar lograra ser campeón o subcampeón de Tercera, y que luego, en las fases de promoción a Segunda, nunca se lograra el ascenso.

La temporada 85/86 serviría para anular los argumentos de los más agoreros y romper el eterno maleficio. No se aspiraba ya, como antaño, a conseguir una plaza en la categoría de plata del fútbol español, pues algunos años atrás se había creado la Segunda B, estadio intermedio entre Segunda y Tercera.

Con los dos 'Arrietas' al frente del Eibar (Javier como presidente y Juanjo como entrenador), el equipo lograría esa temporada el ascenso. Se contó desde el principio con importantes incorporaciones, entre las que destacaban Gómez de Segura, Ribera, Martínez o Artutxa, a quienes había que añadir un conjuntado plantel integrado, entre otros, por Garmendia, Altuna, Roberto, etc.

Al igual que en temporadas anteriores, en la Liga 85/86 el Eibar se sitúa desde el principio en las posiciones de cabeza, ostentando el liderato desde las primeras jornadas. El Barakaldo figuraba como único equipo rival capaz de seguir la estela del Eibar. De hecho, a mitad de la temporada, los vizcaínos consiguieron arrebatar el primer puesto a los eibarreses, aunque tan solo fuera durante dos jornadas.

Las victorias y las goleadas azulgranas se sucedían. Y el fugaz bache de los eibarreses en las postrimerías del campeonato no impidió que el duelo final entre el Eibar y el Barakaldo se saldara a favor de los azulgranas. La victoria en el último encuentro ante el Tolosa dio el título de campeón al Eibar.

De nuevo sumido en la temida fase de promoción de ascenso, el club eibarrés tuvo como primer rival al conjunto sevillano de Coria del Río. Tras la igualada en Ipurua (1-1), el cuadro armero se impuso en terreno andaluz (1-2). El segundo contrario fue el Badajoz. En la ida, en Ipurua, el Eibar consiguió la sustanciosa diferencia de dos goles (2-0). Y el 14 de junio, la capital extremeña se convirtió en una fiesta azulgrana. El resultado fue de 1-1. De esta manera, el club eibarrés lograba el ansiado ascenso a la Segunda B.

La directiva presidida por Javier Arrieta ofreció la renovación a Juanjo Arrieta pero éste la desestimó por motivos profesionales. La búsqueda de un nuevo entrenador se saldó con la llegada de Alfonso Barasoain quien con anterioridad había preparado al Amorebieta y al Barakaldo.

Pronto fue considerado el Eibar como el equipo revelación de la temporada, pues de principio a fin se mantuvo en las primeras posiciones. En la primera vuelta los azulgranas logran situarse en quinta posición. Aunque la segunda vuelta fue algo más floja, se mantuvieron las esperanzas del ascenso hasta los últimos compases de la Liga. El conjunto guipuzcoano terminó la Liga séptimo.

La primera novedad de cara a la campaña 87/88 fue una nueva reestructuración de la Segunda B, que quedó devaluada al formarse cuatro grupos. La segunda novedad fue el relevo en el cargo de presidente. Mediada la temporada, Arrieta deja la dirección del club y es sustituido por Juan Luis Mardaras.

El Eibar partía como candidato al ascenso. Los primeros encuentros no fueron nada prometedores, pues se mantuvo incluso con negativos, en la zona media de la tabla. En noviembre se inicia una fulgurante reacción que da como fruto la consecución del liderato a mediados de febrero. Sólo el Avilés y el Ourense inquietaban a los eibarreses. Pero una segunda vuelta sensacional, sin perder un solo encuentro, dio el campeonato al Eibar a una jornada de la conclusión de la Liga. El ascenso se certificó en Durango en la penúltima jornada.

Un nuevo reto se presentaba para la campaña 88/89: saber si el Eibar era capaz de mantener la categoría en Segunda A. El equipo azulgrana inicia la temporada con la firma de un convenio de colaboración con el Athletic de Bilbao.

Con un presupuesto de 75 millones de pesetas, el club afronta la competición con desbordante ilusión. Aunque el objetivo era la permanencia, el Eibar sorprendió a todos en los primeros compases de la Liga, al situarse de líder durante seis jornadas consecutivas. Pero el tiempo iría situándole en el lugar que le correspondía. Una racha de malos resultados supuso un descenso progresivo en la clasificación. Incluso se llegó a temer por el descenso. Pero al final los eibarreses salvaron dignamente la temporada, quedando en el puesto 16.

Y llegó la campaña 89/90, segunda campaña consecutiva en la categoría de plata, en la que la afición sufrió más de la cuenta para saber si el Eibar era capaz de conservar la categoría. Con Barasoain de nuevo al frente del equipo, los armeros no levantaron cabeza durante prácticamente toda la temporada. Tan solo lo hizo el tiempo suficiente para eludir el descenso. Una serie de carambolas 'in extremis' en las últimas seis jornadas supusieron la salvación. Cuando la permanencia parecía una quimera, se obró el milagro. De nuevo finalizó en la decimosexta posición.