Léxico

PLATERÍA

Navarra. El frontal de Aralar, es probablemente por su dimensión, antigüedad, belleza y significado simbólico ante muchos fieles navarros, alaveses y guipuzcoanos la obra más importante del ámbito vasco. Obra muy probablemente lemosina del s. XII (hacia 1175-1185) sufrió cruel expoliación en 1979 de la que se recuperaron gran parte de sus componentes. Se conserva desde hace ocho siglos en el Santuario de San Miguel de Excelsis, en la Sierra de Aralar, Diócesis de Pamplona. La figura central es la Virgen del Sagrario, venerada desde hacía mucho tiempo en la Catedral de Pamplona, y su iconografía es la de la Virgen con el Niño, en imagen de trono-majestad. La realización es en esmalte «champlevé» sobre gruesas chapas de cobre rojo, batido y sobredorado. De esta clase de trabajos anotamos en Navarra la arqueta eucarística (s. XII) procedente de Santa María la Real de Fitero, el pixide (hacia 1200) que perteneció a la parroquia de Esparza de Galar, la Virgen de Irache (finales del s. XII) parcialmente dorada sobre alma de madera (parroquia de los santos Emeterio y Celedonio de Dicastillo). Del estilo gótico, citamos entre otras el maravilloso relicario del Santo Sepulcro, obra francesa de la segunda mitad del s. XIII, la arqueta del Museo de la Colegiata de Roncesvalles (gótico-mudéjar del s. XIV), el relicario del «Lígnum Crucis» de la Catedral de Pamplona (s. XIV), el relicario conocido como «Ajedrez de Carlomagno», también en Roncesvalles, y la custodia procesional de la parroquia de Santa María de Sangüesa (s. XV) con numerosas marcas de localidad de esa misma población en sus diferentes piezas. Del Renacimiento anotamos a plateros como Pedro del Mercado, autor quizá de la Custodia de la Catedral de Pamplona (s. XVI), Juan de Ochovi, autor del busto relicario de Santa Ursula (s. XVI, segundo tercio), que nos recuerdan una cierta afinidad con los gustos aragoneses por estos bustos relicarios. Luis de Suescun, José Velázquez de Medrano, Felipe de Suescun, con otros, son plateros que trabajan en los talleres pamploneses y vecinos, porque a diferencia de las tres provincias vascongadas, hay centros secundarios como Estella, Los Arcos, Tudela y Sangüesa, que utilizan su marca de localidad. Otros como Olite donde trabajó Hernando de Oñate, carecen o no se han encontrado todavía. La calidad de la platería alcanzada en el Renacimiento disminuye con el pasar de los tiempos, aumentando por otra parte las piezas civiles de mucha más modesta tipología. Fernando de Yábar, José Ventura y Juan Antonio de Anzin (Estella), Bartolomé de Echeverría (Los Arcos), trabajan en el s. XVIII. Finalmente, en el s. XIX, vemos abundantes piezas de mesa, cubertería, candeleros, palmatorias, y de servicio religioso como pilas de agua bendita, cálices, con las marcas de Pedro Antonio de Sasa, Francisco de Iturralde, Eugenio Lecunverri, Yturzaeta, Ferreira, etc.

Alejandro FERNÁNDEZ ARANDIA
Rafael MUNOA ROIZ
J. RABASCO