Concepto

Pelota vasca

Hoy no es fácil abrir un periódico sin que, junto al listado de festivales de pelota anunciados con profusión, no figuren fotografías de pelotaris junto a crónicas sobre sus costumbres, aficiones, lesiones o manías, que alimentan las conversaciones diarias en los corrillos del mundo de la pelota.

La emisión a través de la televisión de partidos de pelota a mano en frontón corto y trinquete, ha permitido que los pelotaris sean personajes públicos muy conocidos y con una aureola otorgada por la admiración de los jóvenes de su pueblo, en quienes producen una verdadera conmoción. Esporádicamente, se han emitido también partidos de remonte, cesta punta o pala larga, pero la mayor dimensión de los frontones, la endiablada velocidad que adquiere la pelota y la rapidez y gran variedad de jugadas posibles dificultan su seguimiento con las cámaras y hacen que el resultado visual no sea muy satisfactorio.

La técnica del juego de pelota ha ido evolucionando con el transcurso de los años, sobre todo en los diez últimos. El golpeo de la pelota "a sotamano", que era excepcional y de defensa, se ha convertido en jugada habitual y, además, de ataque; es frecuente ver a los delanteros restar los saques "de aire" y a los zagueros golpear la pelota "de volea" desde el cuadro seis. Es habitual ver cómo un pelotari se tira al suelo en plancha para alcanzar una pelota difícil y se encarama entre los corredores de apuestas y las primeras filas de cancha para volver a la cancha con inmediatez. El golpeo de la pelota al aire (volea o sotamano) hace que, en un partido, los delanteros golpeen la pelota tantas veces como los zagueros. Los actuales pelotaris profesionales, verdaderos atletas con una gran preparación física, técnica e incluso, en algunos casos, psicológica, dedican cada vez más horas a pasear por el monte, a la competición y al entrenamiento continuado en las canchas de los frontones y en los gimnasios.

Los pelotaris, con una concepción menos clásica pero más revolucionaria, vistosa y vibrante, desarrollan el juego a gran velocidad y a un ritmo muy vivo, lo que ha supuesto un mayor gozo y disfrute de los espectadores.

El uniforme oficial de los pelotaris, blanco e inmaculado de otros tiempos, de los pelotaris ha sido totalmente modificado:

  1. Los pantalones, blancos y largos, como los de los antiguos tenistas, están confeccionados con una tela especial, cuya elasticidad permite que las piernas de los pelotaris disfruten de una mayor libertad de movimientos. En los pelotaris delanteros, son frecuentes los refuerzos acolchados en la parte externa de la pierna que amortiguan la contundencia de los golpes contra el suelo.
  2. Las antiguas alpargatas blancas de esparto han sido sustituidas por zapatillas de gruesas suelas y dotadas de grandes plantillas de amortiguación, cuyo fondo blanco queda camuflado por decorados de muchos estilos y colores.
  3. Las amplias camisas blancas de manga corta se han sustituido por ajustadas camisetas sin cuello de color rojo o azul, y con la pechera, los hombros, el dorso y las mangas decorados con logos y anagramas de la empresa de pelota a la que pertenecen los pelotaris, del fabricante de la ropa deportiva y de las empresas patrocinadoras de las competiciones, fundamentalmente entidades de ahorro.
  4. Las muñequeras, cuya única misión es evitar que el sudor no pase del antebrazo a la mano, son blancas y, a veces, del mismo color de la camiseta.
  5. La faja o gerriko, del mismo color que la camisa, ha perdido en la actualidad su valor identificador.
  6. Muchos de los pelotaris, sobre todo los más jóvenes, lucen uno o dos pendientes en cada lóbulo auricular y, casi todos, hermosísimas cadenas de oro de eslabón grueso.
  7. El uso del casco protector se ha hecho obligatorio en muchas especialidades de herramienta.
  8. Las gafas que protegen el globo ocular de una agresión externa son absolutamente obligatorias para jugar a herramienta en trinquete.
  9. Las rodilleras se han puesto de moda para jugar como delantero en los partidos de pelota a mano.

El color blanco sucio de los frontones, se ha sustituido por el verde, y la pelota, que antiguamente era ennegrecida con el negro de humo de las fundiciones, ha pasado a ser blanca.

Como consecuencia del aumento de la pulidez de las canchas y de la pared izquierda, se ha reducido el índice de fricción entre el suelo del frontón y la pelota.

Los logos publicitarios cubren una gran parte de la pared izquierda, la pared del rebote y el espacio situado bajo la chapa inferior de la pared del frontis.

Las apuestas son cruzadas por corredores profesionales debidamente uniformados. Hoy, sin tener necesidad de acudir al frontón, es posible apostar desde casa a través del teléfono móvil, Se ha cambiado el duro por el euro sin que los momios hayan sufrido una modificación significativa.

Durante la celebración de los partidos de profesionales, la pelota que se descose es eliminada del cesto, sin que el canchero tenga, como en épocas pretéritas, la oportunidad de recoserla sobre la marcha.

Los tres jueces del partido (el de delante, el del centro y el de la raya de pasa), que dirigían el juego sentados en una silla y, muchas veces, fumándose un puro, han pasado a dos, y cumplen con su cometido en posición erecta. Excepcionalmente, en los partidos de alta competición, hay un tercer juez encargado de controlar el número y la duración de los descansos de los pelotaris.

Los tanteadores de madera o cartón plastificado, que se manejaban de forma manual, han sido sustituidos por marcadores electrónicos.

La mayoría de las pelotas, elaboradas a máquina y no a mano, al tener un diámetro más reducido y una mayor elasticidad, se hacen más saltarinas, de bote más alto y una mayor salida del frontis y, consecuentemente, más lesivas. Ante los traumatismos mecánicos y el ejercicio progresivo, la piel por su gran capacidad de adaptación, se vuelve más elástica y resistente, pero el carácter continuo y la intensidad del golpeo de la pelota sobrepasan los límites soportables e imposibilitan jugar a pelota a mano con la mano desnuda.

La necesidad de defender la integridad de las manos ha obligado a imaginar, desarrollar y utilizar diferentes formas y materiales de protección con capacidad para dispersar la energía recibida en la palma de la mano al golpear la pelota y evitar o reducir al máximo la aparición de lesiones que pueden dificultar o impedir el normal desarrollo de la práctica deportiva.

Las protecciones deben ser flexibles, para que puedan adecuarse a la forma de las diferentes manos, elásticas, para que puedan recuperar la forma inicial, cómodas, para que den libertad de movimiento a los dedos, y delgadas para que permitan "gozar" la pelota. Además de materiales semi-rígidos como el polietileno o rígidos como el propileno, entre los elementos de protección son frecuentes el esparadrapo, los tacos de goma de diferente grosor, dureza y formas geométricas, planchas de madera, láminas y dediles de plomo, planchas de cartón o silicona, monedas, naipes, etc.

Tras muchos años en los que entre el público del frontón, como en el de las iglesias, se divisaba poco pelo y, además, cano, la juventud, tanto masculina como femenina, ha pasado a ocupar una gran parte de los graderíos de los frontones.

Las cestas de remonte y cesta punta, de mimbre hasta épocas muy recientes, se elaboran actualmente de plástico; resultan más baratas y, como pesan menos, son más manejables, aunque el control de la pelota, al resbalar en su interior a mayor velocidad, es más dificultoso.

Existe una campaña para eliminar el hábito de ingerir alcohol y fumar dentro de los frontones, como recintos cerrados que son.

Las principales lesiones que con una mayor recuencia sufren las manos de los pelotaris son el síndrome de Raynaud o "dedo blanco" y el "clavo".

Además de adoptar nuevas medidas preventivas y evaluar los efectos, en la actualidad, un tratamiento preventivo de las lesiones exige el conocimiento de su incidencia y gravedad, la etiología y los mecanismos que influyen en su aparición.

La aparición de nuevos métodos de diagnóstico: Scanner, Resonancia Magnética Nuclear, AngioResonancia, Ecografía y Eco-doppler y Fotopletismografía digital ha facilitado un mejor conocimiento del alcance de las lesiones.

En las grandes finales de los diferentes torneos, ha desaparecido el toque del "Ángelus", particular e infrecuente rito de nuestro milenario acerbo cultural, insólito, bello, pintoresco, exclusivo de nuestro deporte y capaz de silenciar durante unos instantes el ensordecedor bullicio creado por el vocerío de los corredores de apuestas y apostantes, y el sordo runrún del resto de espectadores que abarrotan los frontones. Imagen que ha inspirado a no pocos pintores de renombre, y que, como decía Miguel Pelay Orozco, además de ser original y llamativo, no hacía daño a nadie.

El eterno conflicto del binomio mano-pelota, que figura en los escritos del siglo XVI, continúa presente en el XXI. Un diálogo permanente abierto entre los profesionales de la salud, los preparadores y los practicantes del juego de pelota ha generado una fuente de conocimientos invalorable que, junto con los hallazgos de los diferentes investigadores, han permitido lograr avances continuados en la preparación y fortalecimiento de la mano, elaboración de una pelota con menos capacidad lesiva, selección de los materiales más adecuados para las protecciones, su adecuada colocación, y en la puesta en marcha de nuevos tratamientos médicos y quirúrgicos.