Pastoral

Pastoral

Está claro que este género dramático folklórico no se ha podido mantener tal cual desde sus orígenes hasta hoy. Se ha dado pues una necesaria evolución que se puede notar, primeramente, en los temas elegidos para ser representados. Aunque las fechas de los libretos no lo confirmen, hemos de tener también en cuenta que se trata muchas veces de copias de otros manuscritos anteriores, y que los temas reincorporan en distintas épocas el repertorio. Txomin Peillen (Euskera, 1981) propone en este sentido cuatro hitos fundamentales: las obras correspondientes a los ciclos bíblicos y al hagiográfico (siglos XVI y XVII), las provenientes de la difusión de los libros de "colportage", principalmente las novelas o "romans" de aventuras (siglos XVII y XVIII), los temas de la historia de Francia (siglo XIX) y, finalmente, las representaciones de este siglo ("sujets" o temas vascos).

Beñat Oihartzabal, fijándose más en las formas de representación que en los temas y basándose en su estudio sobre la pastoral Charlemagne (Anuario del Seminario Julio de Urquijo, 1988 y ss.), propone el fin del siglo XVIII como época en la que el juego dramático comienza a establecerse y codificarse. No se trataría ya de representar simplemente una historia, sino de aplicar ésta a una forma teatral concreta, respondiendo a una tradición más o menos larga. Así, poco a poco, ciertos elementos (primero las batallas, más tarde la danza y el papel de los satanes etc.) se van haciendo necesarios y van conformando el entramado del código de la pastoral tradicional.

Se pasa también a utilizar un único teatro o escenario en el que se representan todos los lugares dramáticos que exija la historia. Posteriormente se dejan de utilizar las caballerías para las llegadas de los actores y el público pasa a ocupar la parte anterior del teatro, cerrándose éste y tomando la escena el aspecto que tiene actualmente. Más adelante, la duración del espectáculo se acorta y ya tras la Segunda Guerra Mundial no pasará, por lo general, de las tres o cuatro horas. Otras novedades modernas serán la división de la pastoral, por escenas ("jelkhaldiak"), la presencia del rebaño de ovejas aunque nada tenga que ver con el tema, la aparición de la "trapa" o agujero por el que los satanes "mandan al infierno" a los turcos muertos, los cantos de diversa índole que jalonan la representación y la impresión del libreto de la obra para que el público pueda seguirla con más facilidad. Hemos de destacar finalmente el cambio que se ha dado en la figura del autor.

Desde mediados de siglo surgen escritores que elaboran el texto a representar bajo la dirección de otro "errejent" o director de escena. El "koblakari" y "pastoralier" Pierre Bordazaharre "Etxahun" fue el pionero de la modernización y utilización de temas vascos -Etxahun, Matalaz, Bereterretx, Santxo Azkarra, El Conde Treville, Txikito de Kanbo- en la pastoral. Le han seguido Junes Casenave, Jean Louis Davant y otros como Battita Urruty.