Arquitectura

Parroquia de San Andrés. Ayesa

La parroquia de San Andrés, es un templo de origen medieval situado en la localidad de Ayesa, en el que se realizaron sucesivas reformas en los siglos XVI y XVII.

Cuenta con nave de tres tramos desiguales más la cabecera recta, abriéndose sendas capillas rectangulares al tramo que la precede. A los pies se levanta un coro de madera apoyado en ménsulas talladas. Una estancia de planta alargada se adosa a la cabecera por el lado de la Epístola. La nave se cubre con bóveda de lunetos barroca, la capilla del lado del Evangelio con bóveda sexpartita y la de la Epístola y la cabecera con bóveda de aristas.

Al exterior el templo presenta un conjunto de sillarejo con aspecto horizontal interrumpido por contrafuertes. Una cornisa moldurada recorre todo el templo bajo el tejado. Una portada de estilo clasicista se abre en el segundo tramo de la nave en el lado de la Epístola, formada por pilastras cajeadas dóricas, friso con triglifos y metopas y frontón recto con cruz. Una pila de agua bendita con taza avenerada fechada en el siglo XVII se sitúa junto a esta puerta de entrada. La torre de forma cúbica se adosa a los pies de la nave y se eleva ligeramente sobre ella.

En el lado del Evangelio se sitúa una pila bautismal, también con taza avenerada que apoya sobre un fuste bulboso, fechada en el siglo XVI. Un retablo preside la capilla con imágenes modernas.

En el presbiterio se sitúa un moderno retablo mayor realizado en el siglo XX con sus figuras modernas salvo el San Miguel del ático que sigue modelos del siglo XVI. No se conserva el retablo contratado en 1711.

En la capilla del lado de la Epístola se encuentra un retablo dedicado al Crucificado de estilo barroco del primer tercio del siglo XVIII con estructura de banco con ménsulas, cuerpo entre estípites y aletones y ático rematado por un frontón. El Crucificado es una talla barroca popular.

En el coro se sitúa una sillería que apoya en el muro; el sitial principal se decora con temas rococó y el resto con un estilo manierista más geométrico. En este mismo lugar se encuentra una talla de San Sebastián muy deteriorada.

En la sacristía se encuentra un aguamanil de piedra, barroco, entre pilastras y tres esculturas: un San Martín barroco del siglo XVII, un Crucificado con dosel también barroco pero del siglo XVIII y una talla de Santa Marina del siglo XVI, que conserva su policromía original y que fue titular de la ermita del mismo nombre ya desaparecida.

En cuanto a las piezas de orfebrería conservadas en esta sacristía destaca un cáliz de plata dorada de estilo barroco con una tipología que recuerda a piezas peruanas como las de Iturgoyen, Lorca y Lezáun. Se conserva también otro cáliz de plata de estilo barroco con nudo e inscripción donde consta la fecha 1725. Es interesante un copón-ostensorio de plata posiblemente del último cuarto del siglo XVI y que tipológicamente conecta con Aragón, región con la que guarda estrecha relación el taller de Sangüesa al que pertenece el platero Pedro de Eslava y cuya marca se graba dos veces en la pieza. El viril es moderno. Destaca la densa decoración cincelada con temas bajo renacentista además de varias figuras como San Mateo y San Marcos entre los Padres de la Iglesia además de niños con cuernos de la abundancia. Para terminar, se conserva una pareja de crismeras fechadas en el siglo XVIII con forma de arqueta sobre patas de garra y cubierta trapezoidal con cruz de remate. Ambas piezas llevan en el reverso la marca de la doble P coronada del taller de Pamplona y una pequeña venera.