El convento de Bayona. Favorecidos por la infanta francesa y luego por su marido, el rey de España, no dudaron los capuchinos en solicitar diversas limosnas a María Teresa, mujer de Luis XIV. Ana de Neoburgo, viuda de Carlos II de España, exilada en Bayona por Felipe V, iba todos los sábados a este convento e hizo construir una capilla en honor de San Carlos Borromeo. La corporación de los toneleros celebraba sus reuniones en el claustro del convento que poseyó una buena biblioteca entre cuyos volúmenes se encontró el famoso Misal Gótico de 1543, reeditado por el abad Dubarat.