Políticos y Cargos Públicos

Madoz e Ibáñez, Pascual (versión de 1989)

Del exilio al Congreso. Al regresar a España, Madoz fija su residencia en Barcelona, donde se encarga de la dirección del Diccionario geográfico universal, que había empezado Bergnes de las Casas y lo continúa él a partir de la letra «R». En este mismo año, Madoz va a llevar a cabo un intenso trabajo de publicaciones: redactor principal de la Colección de causas célebres (Madrid, 1840), director del periódico «El Catalán», edita su Reseña sobre el clero y traduce y anota la Estadística de Moreau de Jonnes. Un aspecto de este trabajo es la toma de postura de Madoz, clarísima a lo largo de las notas adicionales. En ellas se desvela el pensamiento de un hombre de la izquierda liberal; se ha convertido en un intelectual politizado, que pone su pluma al servicio de la causa liberal. Posteriormente, se lanza al periodismo; dirige «El Catalán», diario progresista barcelonés. Los nueve primeros números del diario contienen escritos de Madoz, a los que él mismo calificó como su profesión de fe política. Afirma que el trono de Isabel II tendrá su apoyo más seguro en la voluntad popular. Así pues, sólo un monarca constitucional encaja en sus esquemas. Desecha las teorías presidencialistas, según las cuales se considera al jefe del Estado como un ciudadano distinguido. Para Madoz, la diferencia entre absolutismo y gobierno representativo la establece la justicia. La cuestión religiosa constituye el telón de fondo de las páginas de «El Catalán», dados los acontecimientos que tienen lugar durante los años 1834-1835. «El Gobierno que renuncia a intervenir en la enseñanza del clero, en el nombramiento de sus directores y en la elección de los libros de texto, ese Gobierno -decía Madoz- no es Gobierno». Comienza la sustitución de las autoridades antiguas por las revolucionarias. En este caso y en Barcelona recibe el nombre de «Junta de Autoridades», que se reserva las funciones políticas dejando las administrativas a otra distinta, la «Junta Auxiliar Consultiva». Madoz fue nombrado elector en representación de la Milicia, y simultáneamente a la constitución de la «Junta Auxiliar» era nombrado alcalde mayor de Barcelona. De este modo, ingresa por primera vez en un organismo oficial político. En noviembre de 1835 era nombrado comisario regio con carácter de gobernador militar, juez de primera instancia, subdelegado de rentas y jefe de las fuerzas que operaban en el valle de Arán. El principal objetivo de Madoz fue desalojar a las tropas carlistas, donde se habían asentado en agosto de 1835, lo que logra el 28 de noviembre, vencidos los defensores del pretendiente en el puente de Aubert. El período inmediato contempla la presencia de Madoz en las cortes constituyentes de 1836-1837. El pronunciamiento de los sargentos de La Granja supuso la inclinación de la balanza política hacia el lado progresista, simbolizando en la promulgación de la Constitución del 1812. Semejante anacronismo político exigía una revisión. Este es el trabajo que emprenden las Cortes Constituyentes a finales del año 1836. Sus esfuerzos se verán coronados con la promulgación de la nueva ley fundamental el 18 de junio de 1837. Pascual Madoz estuvo presente en las discusiones parlamentarias. En los debates de las Constituyentes se reveló como un liberal puro. Durante la discusión de la ley de 1839, se manifestó por razones políticas partidario de mantener los fueros municipales y económicos de Navarra y Vascongadas (5 de octubre de 1839). El buen entendimiento entre los distintos grupos liberales en la elaboración de la Constitución de 1837 iba a desaparecer poco a poco. En 1840 la ruptura iba a ser total por culpa de la discusión de la ley de ayuntamientos. Madoz se convirtió en el mes de abril en el portavoz del grupo progresista. Tras la marcha de M.ª Cristina, Madoz fue uno de los primeros en manifestar la urgencia de nombrar una nueva regencia. Y es precisamente este punto el que provocará, a su vez, la división de los progresistas partidarios de la regencia única y los que -éste fue su caso- a preferían triple. Ganaron los primeros, y Espartero consiguió la regencia. Madoz fue jefe político de Navarra en 1841 , durante el alzamiento moderado, y diputado electo. Organizó con éxito la sublevación de la provincia de Lérida contra Espartero en 1843. Desde allí pasó con numerosos efectivos a la de Huesca, obligando a retirarse a Zaragoza a los gubernamentales. Los tres primeros años de la década moderada son una pausa en la vida política de Madoz. En principio se verá apartado de la actividad pública, a causa del proceso que se le instruyó. Tras el juicio, en septiembre de 1844, marcha a París. Y al año siguiente regresará a Madrid para iniciar la impresión del Diccionario que comenzó en mayo de 1845 y concluyó el mismo mes de 1850. En 1834 había iniciado los trabajos previos. Pero las vicisitudes por las que atraviesa el país y sus cargos públicos, así como su permanencia en el Congreso, interrumpen la labor comenzada. Reemprende su estudio en 1839, al comprender que se acercaba el final de la guerra, y es entonces cuando buscó colaboradores en todas las provincias de España que llegaron a sumar la cifra de 1.484, repartidos por la península, Cuba, Puerto Rico y Filipinas. En el verano de 1846 Madoz se retiró a Zarautz para continuar sus trabajos estadísticos. El clima y la acogida de la villa guipuzcoana hicieron de Madoz vecino hasta su muerte y bienhechor de la ciudad.