Concepto

Las Escuelas de Artes y Oficios de Gipuzkoa

La distribución de las escuelas por el territorio guipuzcoano coincide con los focos de industrialización y modernización que se venía observando en el desarrollo industrial de la provincia. Así, conocemos la existencia de las Escuelas de Artes y Oficios de la comarca del Alto Deba (Bergara, Oñati, Zumarraga, Arrasate, Elgoibar y la Escuela de Armería de Eibar); las Escuelas de Artes y Oficios de la comarca de Tolosa y Goierri (Tolosa, Ordizia, Beasain); las Escuelas de Artes y Oficios de la comarca de San Sebastián (Irun, Hondarribia, Pasaia y Escuela Nocturna de Dibujo de Errenteria) y las Escuelas de Artes y Oficios del Alto Urola (Azpeitia, Zestoa). Comparado con el caso de Bizkaia, donde se producía una concentración de estas escuelas en la margen izquierda de la ría, en Gipuzkoa esta distribución es mucho más extensa dadas las características del tamaño de población de las diferentes localidades y la ubicación de las industrias, así como el tipo de industria de cada una de las localidades, mucho más variada. Los años de fundación de estas escuelas corresponden a principios del siglo XX, con la excepción de la escuela de Tolosa, que se creó en 1889 y por supuesto la de Donostia en 1880. Estos años son los siguientes: Errenteria (1900), Irun y Bergara (1901), Eibar y Arrasate (1902), Ordizia (1904), Beasain (1908), Oñati y Azpeitia (1911), Zumarraga y Hondarribia (1912), Elgoibar (1916), Pasaia (1917), Zestoa (1930). Es decir, que corresponde al periodo de mayor desarrollo en Gipuzkoa. En la siguiente tabla puede observarse los diferentes tipos de enseñanzas que impartían.

Las Escuelas de Artes y Oficios de Gipuzkoa
PoblacionesPlanes de EstudioObservaciones
Bergara, 1901Enseñanza del obreroEscuela de Grabado, 1906-1914
Eibar, 1902Industrial, Comercial, Artística, MujerSubvención Estado
Eibar, 1915Escuela de ArmeríaSubvención Estado
Oñati, 1911Comercio, Industrial, Agricultura.Hermanos Maristas
Zumarraga, 1914Industrial, Comercial, ArtísticaHermanos Escuelas Cristianas
Arrasate, 1902Industrial, Francés, Enseñanza mujerSubvención Viteri
Elgoibar, 1917Matemáticas, Dibujo, Comercio, MecánicaSubvención Estado
Tolosa, 1885Industrial, Artística, ComercioSubvención Estado
Ordizia, 1904Industrial, Comercial, Enseñanza mujerConferencias. Subvención CAF
Beasain, 1912Artística, Artística-EscolarHermanos Escuelas Cristianas. Subvención de la CAF
Irun, 1901Industrial, Comercial, Enseñanza mujerSegunda Enseñanza
Hondarribia, 1912IndustrialSolfeo, Canto, Religión
Errenteria, 1900Industrial
Pasaia, 1918Escuela de Dibujo
Azpeitia, 1904Industrial, Agricultura, GanaderíaHermanos Maristas
Zestoa, 1930IndustrialHermanos Maristas

Esta enumeración nos aporta escasa información sobre las escuelas, pero nos ofrece algunos datos que muestran la variedad de situaciones en cada una de ellas: desde la diversidad de planes de estudio, hasta el tipo de profesorado. Algunas congregaciones religiosas (La Salle y Maristas) además tenían sus propias escuelas que se ofrecían o aceptaban encargarse de la docencia. También puede observarse otros centros que solicitaban subvenciones al Estado, además de a la Diputación. La oferta de formación industrial y comercial está presente en casi todas ellas. En cambio, menor relevancia tiene la enseñanza para las mujeres o la agricultura.

Por otra parte, no todas estas escuelas tuvieron el mismo desarrollo, importancia y duración. Lo que sí resulta común a todas ellas es la argumentación utilizada por los respectivos ayuntamientos al pedir las subvenciones: atender las necesidades locales y la formación profesional de los obreros o mujeres, ya que, a pesar de que la oferta educativa de estas escuelas se centraba en una ampliación de la primaria, con clases de dibujo o geometría generalmente, tan necesarias apara algunos oficios, lo cierto es que complementaban paliaban una formación deficiente en la primaria y ofrecían clases nocturnas a muchos adultos.

Entre el conjunto de estas escuelas cabe resaltar la importancia de las de Bergara, Tolosa, Eibar e Irun, por la larga permanencia de sus estudios, la calidad y amplitud de la oferta de formación profesional. La escuela de Bergara, recogiendo la tradición de los estudios es esta villa creó una Escuela de Grabado que permaneció abierta desde 1901 hasta 1914, mientras que los otros estudios de artes y oficios permanecieron hasta 1929. En esa fecha se transformó en la denominada Escuela de Trabajo y Profesional Textil, siguiendo la normativa estatal de 1928 con el estatuto de Formación profesional. El número de alumnos, con edades comprendidas entre 14 y 26 años, osciló entre los 45 del primer curso a los 100 en 1913. Por lo que respecta a la escuela de Eibar, también tenía una oferta muy específica a través de la Escuela de Armería. Detrás las gestiones y de la marcha de esta iniciativa profesional estaba el ilustre Fermín Calbetón, diputado y personaje influyente, que en todo momento estuvo interesado en la promoción de este centro. El objetivo de la Escuela de Armería de Eibar era formar obreros capaces y de alta competencia profesional. La organización de la Escuela estaba regida por el Reglamento y estatutos aprobados en enero 1913, tras la propuesta de una Comisión del Ayuntamiento en la cual intervinieron, entre otros, los fabricantes de armas de la villa. A diferencia de las escuelas de artes y oficios, cuyos estudios eran nocturnos, en esta escuela la dedicación de los alumnos al estudio comprendía prácticamente todo el día, teniendo una importancia fundamental el trabajo manual. La subvención del Estado superaba en tres veces a la de la Diputación.

La tercera escuela en importancia es la de Tolosa, que tenía antecedentes más antiguos y ofrecía unas mayores posibilidades de formación profesional. Durante el curso de 1888-1889, los datos referentes a los alumnos matriculados eran los siguientes: 65 alumnos, de los cuales 15 tenían una edad comprendida entre 12 y 15 años, 35 entre 15 y 20 años y los 15 restantes tenían una edad superior a los 20 años. Entre 1902 y 1917, y si nos atenemos a las profesiones de los alumnos, podemos observar que un 23% de ellos corresponde a profesiones relacionadas con la madera (carpintero y ebanista) y un 20% son escolares, el resto corresponde a otras profesiones de menor porcentaje. A partir de 1918 se sistematizan los estudios ofreciendo dos vías de formación para las profesiones ligadas a oficios relacionados con el hierro y otra las relacionadas con la madera y la piedra. Más adelante, y hasta 1930, se amplía con la especialidad de Comercio/francés y de Dibujo. Finalmente, la escuela de Irún cuyos antecedentes se remontan a 1877, con una diversidad de estudios que iba desde las clases para adultos, de dibujo, costura o música, pasará en 1904 a unas clases de "cultura general" y "clases nocturnas" que eran las que se comprendían bajo la rúbrica de artes y oficios. Además ofertaba los estudios de bachillerato, poco indicados para la formación profesional, además de los de comercio. También en Irún, a través de la escuela de San Marcial, dirigida por los Hermanos de La Salle, tenía una oferta profesional interesante, que continuó con la Escuela Profesional.

Las escuelas regidas por las dos congregaciones religiosas que hemos señalado, las de Beasain y Zumarraga, por parte de La Salle, y las de Oñati, Azpeitia y Zestoa, por los Maristas, tienen características diferentes, pues mientras las de La Salle están situadas en poblaciones industriales y a los alumnos antes de entrar se les hacía un examen de conocimiento de la enseñanza primaria, en las regidas por los Maristas, tenían una oferta más amplia de materias incluyendo desde algunas asignaturas del bachillerato a la agricultura. Todas ellas tuvieron gran éxito de alumnos. El resto de escuelas tuvo un éxito importante de alumnado, pues en general se superaba los 50 por curso y año escolar, aunque la asistencia era menor. Así, en la de Ordizia el problema de la no asistencia era el mantenimiento de la "vela nocturna" en muchas fábricas, que hacía bajar la asistencia. En cambio, en las de Hondarribia, Elgoibar y Arrasate tenían una oferta escolar que era más conforme con la enseñanza primaria que con la de artes y oficios, razón por la cual en la inspección de 1927, llevada a cabo por parte de la Diputación, se puso en duda la continuación de la subvención que hasta ese momento recibían.

A la vista de las características y evolución señalada, resulta evidente que los objetivos de estas escuelas eran formar una mano de obra adecuada a las necesidades económicas de las poblaciones y atender las demandas de empresas., que fueron promovidas por los Ayuntamientos, con ayuda económica de la Diputación, para promocionar la educación popular y profesional de los obreros y de las mujeres.