Monarquía y Nobleza

La marquesa de Montehermoso, Condesa de Echauz

María del Pilar Acedo y Sarria hija de José Acedo, conde de Echauz y de María Luisa Sarria Villafañe, condesa del Vado, nació en Tolosa el 10 de marzo de 1784.

Tanto su padre como sus tíos se hallaban ligados a la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Desde muy joven, como consecuencia de los desagradables sucesos acontecidos durante la Guerra de la Convención, también llamada de los Pirineos, tuvo que enfrentarse con la realidad de una sociedad fragmentada.

Su primera infancia transcurrió en las calles de su pueblo natal. La Guerra de los Pirineos hizo que su domicilio familiar se trasladara a Vitoria donde casó, en 1800, con un joven que acababa de ser Diputado General y le doblaba en edad. Aunque su familia gozaba de una envidiable posición social, como era habitual entre las familias de su rango, su matrimonio fue consecuencia de un pacto entre su familia y la de su futuro marido, Ortuño María de Aguirre y del Corral, hijo del segundo presidente de la Real Sociedad Bascongada y del que heredaría el título de Marqués de Montehermoso a su muerte.

Dotada de gran sensibilidad y fina inteligencia, gozó de una esmerada educación que cultivó a lo largo de su vida. Hablaba y escribía euskera, como lengua familiar, además del castellano, francés, inglés e italiano. Tocaba el piano y la guitarra y pintaba, con cierta gracia, miniaturas. Apasionada lectora, culta, y comprometida con los ideales de su tiempo, liberal, afrancesada e ilustrada.

En el domicilio familiar de Vitoria, lugar de reunión de los viajeros de importancia de aquella época, reunió una importante biblioteca con gran cantidad de obras, entre ellas todas las de la Ilustración. Era normal que dirigiera las tertulias y su opinión fuera muy respetada entre quienes a ellas concurrían.

Tras la promulgación de la Constitución de Bayona, texto del que su marido fue uno de los firmantes, el rey José Bonaparte y su séquito eligieron su casa para realizar la primera comida oficial tras su llegada a España. Allí se conocieron. Durante el reinado de José, se trasladan a la corte ocupando el Marqués diversos cargos en la misma. María Pilar y el rey mantuvieron un apasionado idilio que nunca se mantuvo en secreto. Fallecido su marido en 1811, la relación se asienta e incluso ejerce de primera dama, lo que le acarreará el odio del pueblo, contrario al Rey José.

Al acabar la Guerra napoleónica, tras la restauración borbónica con el retorno de Fernando VII, fue expulsada de España y sus bienes requisados. No volvió a ver a José tras el regreso de éste a París.

Pasó a residir en Carresse, pueblecito del Bearn por el que discurre el Nive. Muy pronto el lugar se convirtió en centro de reunión de pensadores liberales españoles. Entre ellos se encontraban algunos de sus familiares y su hija María Amalia de las Nieves, a la que se encontraba muy unida, a pesar de que le habían quitado su patria potestad. Estuvo casada con José María de Ezpeleta y fue pintada por Goya, gran amigo de la Marquesa.

En su nueva residencia, en el año 1818, casó con un oficial de los húsares de Napoleón: Jacques Amádée de Caraben. Murió el 27 de febrero de 1867, a la edad de 81 años.