Concepto

La Formación Profesional en Euskal Herria durante El Franquismo

En el caso concreto de Gipuzkoa, también hay que recordar que este territorio contó desde 1879 con su Escuela de Artes y Oficios, si bien ésta desapareció en 1958 tras su incorporación dos años antes a la Escuela de Maestría Industrial. Gipuzkoa venía experimentando desde comienzos de siglo un importantísimo crecimiento de población producto del proceso de inmigración procedente de otras provincias del Estado, pero también de los dos territorios vascos ya analizados. Por otra parte, en las cabezas de comarca y en la propia capital donostiarra el proceso de industrialización era una realidad que había que afrontar con personal autóctono pero también con esos trabajadores procedentes de otras latitudes que en gran parte llegaban sin una adecuada preparación profesional, por lo que a medida que el índice demográfico crecía, el número de escuelas de formación profesional de la provincia también lo hacía.

Así, en la década de los años cuarenta se crearon centros de formación profesional en localidades como Ordizia, cuyos antecedentes habría que situarlos en la Escuela Profesional de la Compañía Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), la Escuela Profesional Obrera de Zarautz, perteneciente a los Franciscanos, la Escuela Politécnica de Arrasate, de iniciativa privada, la Escuela Profesional "Fundación Legarra Echeveste" de Andoain, con los Hermanos de La Salle detrás de la misma, la Escuela Profesional "Carmelo Labaca" de Hernani, de iniciativa privada, la Escuela "Nuestra Señora del Juncal" de Irun, perteneciente a la Organización Sindical y, por último, la Escuela de Trabajo de Tolosa, posteriormente denominado Instituto Profesional, que estuvo bajo las órdenes de un Patronato. Como vemos, en diez años habían surgido siete centros de formación profesional repartidos por todo el territorio y con cuatro tipos distintos de propietarios: la Iglesia, las entidades privadas, empresas mayoritariamente, la Organización Sindical y los Patronatos. Ahora bien, antes de este periodo, ya existían otros centros de Formación Profesional como la Escuela Agraria de Fraisoro, la Escuela de Armería de Eibar y los Institutos Politécnicos de Donostia y Bergara, así como la Escuela de Aprendices de la Unión Cerrajera de Arrasate.

Llegados a los años cincuenta, se observa que el proceso de creación de centros de estudios de formación profesional continúa su particular trayectoria, con otros once nuevos centros diseminados por todo el territorio guipuzcoano. Así en la comarca del Bidasoa se creó la Escuela Profesional de La Salle, en Donostialdea la Escuela Profesional San Ignacio de los Jesuitas, la Escuela Profesional "San Sebastián Mártir", también de la Iglesia y la Escuela Profesional "Nuestra Señora de la Asunción", perteneciente a la Organización Sindical, en Errenteria. En la comarca del Urola surgieron los centros de Azkoitia, iniciativa privada y "Virgen de Arritokieta" en Zumaia, de la Organización Sindical, en la del Deba se crearon los de Elgoibar, "Eulogio Estarta" y el Instituto de Formación Profesional, así como la Escuela de Iniciación de Deba, y en la zona del Goierri aparecieron la Escuela "San Martín de Loinaz" y la Escuela Profesional Legazpi de Zumarraga, ambas lasalianas.

Este fenómeno de creación de centros de formación profesional iba a continuar a lo largo de los años 60, con otra decena de Escuelas e Institutos, también de diferentes propietarios y con distintos objetivos. Así en estos años surgió en Errenteria la Ciudad Laboral "Don Bosco" de gran importancia por el volumen de alumnado que acogió y por la variedad de Ramas y Especialidades impartidas. Hubo otros centros que destacaron por otras características, como por ejemplo el Centro Cultural Nazaret de Donostia, que se convirtió en uno de los pilares de la Rama Administrativa y Comercial así como del Corte y Confección. Otro centro que acogió a un buen número de alumnos fue la Escuela de Papel de Tolosa, perteneciente a la Organización Sindical, sin olvidarnos de una experiencia piloto que surgió en torno a la Escuela Rural de Zabalegi de la capital donde acudieron numerosos jóvenes procedentes del caserío para recibir una formación de apoyo a las tareas agrícolas y ganaderas.