Entre los oficios de joyería y orfebrería destacan los grabadores, artesanos especializados en el grabado de letras, textos e imágenes sobre placas conmemorativas o con dedicatorias, joyas, copas y otros trofeos, relojes, anillos y sortijas, así como sobre cualquier otra pieza similar, generalmente elaboradas con oro, plata y latón. Esta labor la efectúan manualmente, cortando y extrayendo material por medio de buriles de forma que se formen surcos que conforman las figuras cuyos bordes están bien definidos, por lo que el grabado queda bajo relieve.
Estos profesionales trabajan en su mayoría como autónomos y reciben encargos de las joyerías y relojerías que a su vez tratan de atender a sus clientes. Frecuentemente el taller está instalado en su propio domicilio en el que dispone de un banco de trabajo bien iluminado, con numerosas herramientas manuales.
Asimismo y en la zona armera de Gipuzkoa han destacado y son numerosos los artífices especializados en el grabado, pudiendo clasificarse sus actividades en tres grupos: Grabado de adorno sobre armas de fuego (escopetas y pistolas) tanto en incisiones como en relieve, reproduciendo animales o plantas. Damasquinado o grabado mediante la incrustación directa de oro sobre el hierro o el acero, es decir, sin necesidad de abrir surcos y Grabado industrial, en el que se integran los que fabrican, a mano y con acero, punzones manuales de estampación, con numeraciones, abecedarios, anagramas de marcas, troquelaje y matricería. Algunos dedican parte de su actividad a la elaboración de artículos de joyería y de orfebrería.