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GANADERÍA (LA NUEVA GANADERÍA)

El ganado porcino y las aves de corral. Se colocan en un segundo puesto compartido en lo que se refiere a rentabilidad económica. Efectivamente, dentro del valor total de la producción, después de la carne y de la leche de vaca aparecen los huevos tanto en Guipúzcoa como en Vizcaya, mientras que las granjas porcinas especializadas revisten gran importancia para Navarra, Guipúzcoa y Alava, fundamentalmente. El censo de porcino no cesa de incrementarse a lo largo de la década de los 70. En 1968 se contabilizaron 282.393 cabezas en el País Vasco Peninsular, mientras que en 1979 éstas eran ya casi 340.000, evaluándose el incremento en más del 16 %. Como puede apreciarse en el censo ganadero de 1978 es Navarra la provincia que cuenta con la mayor cabaña de porcino al superar las 244.000 cabezas. En aportaciones parecidas le siguen Guipúzcoa y Alava, con más de 35.000 cabezas respectivamente. Tampoco es desdeñable el papel que juega esta especie ganadera para el País Vasco Continental, que en 1976 contaba con unas 15.000 cerdas de vientre frente a las 69.123 existentes en la parte Peninsular. Las viejas razas tradicionales han sido totalmente desplazadas por extranjeras que son requeridas para la cría industrial. Estas (Largue-White, Pietrain, York o Landrace) poseen hembras muy fecundas y mejoran notablemente los rendimientos cárnicos al reducir considerablemente el tocino, tan abundante en las viejas. El mantenimiento de esta especie se encuentra inmerso dentro de una elevada tecnología dentro de grandes instalaciones con calefacción, iluminación artificial, desinfecciones periódicas, vacunas y riguroso control. Estas granjas cuentan con sementales propios para la reproducción por sistema de monta natural. La alimentación está basada en piensos compuestos equilibrados de mucha calidad. La cría industrial del cerdo se enfrenta, sin embargo, con dos importantes problemas: la falta de espacio útil para la construcción de las grandes instalaciones requeridas en el caso de las provincias de Guipúzcoa y Vizcaya donde los terrenos llanos escasean; y el elevado precio que alcanzan los piensos compuestos imprescindibles para este tipo de cría. Todavía se mantiene dentro del caserío la cría de uno o varios cerdos destinados al consumo doméstico, pero sin importancia económica ya que son sólo un recuerdo de la vieja estructura autosuficiente. Los ejemplares son normalmente adquiridos a las granjas industriales y engordados según el sistema tradicional: desperdicios, sebo, algún forraje, etc. Según el censo de 1978 se ubican en el País Vasco Peninsular unos 2.000.000 de gallinas ponedoras, de las cuales el 80 % se gestionaban en explotaciones industriales, mientras el resto se vinculaba al caserío. Aproximadamente el 40 % de las mismas pertenecían a Navarra, el 27 % a Vizcaya y un 21 % a Guipúzcoa. El censo, sin embargo, oscila bastante según los años, ya que depende de un movimiento comercial muy intenso. La cría tiene características similares a las estudiadas para el porcino: piensos de calidad, recogida de huevos automatizada, eliminación de deyecciones, desinfecciones, etc. En el capítulo de las aves de corral y del porcino debe incluirse también el reciente incremento de las explotaciones cunícolas, ya que participan también de las características de la cría industrial: razas selectas, alimentación basada en los piensos compuestos, y complementada con heno y vitaminas, selección de especies a través de monta dirigida, etc. El censo de 1978 registraba unos 135.000 conejos para todo el País Vasco Peninsular, que se repartían de la siguiente manera: el 42 % corresponde a Guipúzcoa y Vizcaya, el 38 % a Navarra, y el 20 % restante a Alava. El aumento de los conejos está motivado por un aumento de la demanda, conservándose también la cría doméstica a pequeña escala.

Alejandro CENDRERO IRAOLA