El trabajo era duro y penoso por el ambiente de calor y humo que dominaba el lugar de trabajo, así como por el peso del material que debían manejar, que variaba mucho según el tipo de pieza a forjar, pero que podía variar entre los 200 y 500 kgs. por hora de trabajo y hombre.
A todo ello se unía el ruido derivado del impacto de mazas de hasta 3.000 kgs. al caer y golpear contra la chabota, con una frecuencia que podía oscilar entre los 200 a 1000 golpes por hora.
Por las características de las labores a desarrollar, eran precisos trabajadores con buena fortaleza física y habituados al esfuerzo, lo que dio lugar a que hacia la década de los 80, ya no fuera fácil encontrar gente dispuesta a desarrollar este trabajo, a pesar de que en general estaban remunerados por encima del resto de los trabajadores de calificación profesional similar.
Habitualmente trabajaban a destajo o prima. El establecimiento de la producción a obtener o de la prima para cada pieza era frecuente causa de discusión. Cuando el cronometrador o responsable de producción debía determinarla, era habitual que el horno tardara en calentar el material, se precisaran numerosos golpes, o la pieza se enganchara en las estampas, todo lo cual limitaba el ritmo de trabajo. Sin embargo, una vez determinada la prima, estos inconvenientes desaparecían sorprendentemente, sin que se supieran las causas que lo motivaban. Todo lo cual hacía que las producciones a obtener se determinaran más por negociación y experiencia que por métodos más técnicos.
El aprendizaje, hasta adquirir alguna habilidad, precisaba de varias semanas o meses y mucho más tiempo para llegar a dominar el oficio como los forjadores veteranos.
Actualmente se sigue trabajando en muchos casos de forma parecida, aunque la automatización de los hornos y martillos, la introducción del gas, el control de la combustión y el calentamiento del material por electricidad, han mejorado las condiciones ambientales, aunque sigue manteniéndose el ruido y el elevado peso a transportar, todo lo cual hace que el trabajo siga siendo duro en la mayoría de los casos.