Monarquía y Nobleza

Felipe V

La invasión de la provincia de Guipúzcoa por las tropas francesas se produce dentro de la guerra que España mantuvo en solitario desde 1718 contra la Cuádruple Alianza. Esta coalición, formada por Inglaterra, el Sacro Imperio Germánico, Holanda y Francia, la anterior aliada de Felipe V, se formó para enfrentarse a España, la cual había iniciado una política exterior para recuperar territorios y se negaba a cumplir las resoluciones del Tratado de Utrecht.

El año 1718 se produce la destrucción de la escuadra española por parte de la armada inglesa en Cabo Passaro (Sicilia) y, en abril del año siguiente, las tropas francesas de la Cuádruple Alianza al mano del mariscal francés, el duque de Berwick, invadieron Guipúzcoa. Las tropas entraron por Vera de Bidasoa y la provincia, tras la larga guerra precedente y la represión que siguió a la matxinada de 1718, se encontraba desarmada. Fuenterrabía y San Sebastián capitularon ante el mariscal Berwick y la provincia fue ocupada.

Felipe V estableció el cuartel real en Navarra, pero posteriormente se retiró a la corte sin haber logrado ningún éxito. Mientras, las tropas de Berwick pensaron en un primer momento poner sitio a Pamplona, pero cambiaron su rumbo hacia Cataluña. Para conseguir la paz Felipe V se vio precisado de separar al cardenal Alberoni de su lado, consejero del monarca que había llevado durante años una política de recuperación de territorios para la monarquía hispánica. En febrero de 1720 el rey firmó un armisticio con la Cuádruple alianza, posteriormente confirmado en la Haya, y el año 1721 España y Francia firmaron el tratado de Madrid, tratado por el que Francia se comprometía a devolver las plazas de Fuenterrabía y San Sebastián.

A los cinco años Felipe V volvería a enfrentarse las potencias europeas por su alianza con los austriacos en el Tratado de Viena (1725).