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FALCES

Miseria y sufrimiento. A las consecuencias del terrible castigo real se suma, en 1379, el incendio de la villa por los castellanos y la peste que asola el reino. En 1380 perdonó el rey D. Carlos II al concejo de los clérigos, fijosdalgo y labradores de Falces 480 libras carlines que le debían por los cuatro cuarteles de la ayuda de las 40.000 libras que le había otorgado el reino, en atención a que dicha villa había sido damnificada, por causa de la guerra, sobre todas las villas é lugares de nuestro regno (decía el rey) et ha seido mas estruida, et perdida, que ningun otra, tanto por razon que subdosamente, et por escalamiento, fué presa et non habieron espacio de esconder res de lo suyo, como así bien porque los castellanos fincaron grant tiempo en la dicta villa et tomaron et gastaron todas las vituaillas que habla en ella, salvo un poco de pan que non pudieron llevar... Otrosi, que ultra desto llevaron presos á Castilla muchos hombres de la dicta villa de Falces, é los han ranzonado (rescatado) en grandes cuantias de dinero. En 1381 pagaba Falces, con título de pecha, 900 cahices de trigo meita denco y 100 libras en dinero. Sin embargo, en 1383 Carlos II ordenó a su recibidor Juda Leví que exceptuara al concejo de fijosdalgo y labradores de Falces de pagar cuarteles, en consideración a una carta de "sofriença" que le habían enviado. La localidad no sólo había sufrido con la guerra de Castilla sino que había tenido que reparar la iglesia de San Esteban y la fortificación de San Salvador. Por la relación de castillos, torres y cuevas del reino de 1415 se sabe que el castillo de Falces se hallaba en manos de la villa. En l423 el rey D. Carlos III, en consideración a que el pueblo de Falces se había disminuido en tres cuartas partes de su vecindario de 30 años atrás, y a que había cedido al rey perpetuamente el molino llamado Soto, bajo el castillo, le perdonó 7 libras, 18 sueldos y 4 dineros en cada cuartel de los que debería pagar en el espacio de ciento y un años continuos, aunque fuesen para casamiento de infantes. Igualmente le perdonó por el mismo espacio de tiempo, 50 libras de la pecha que pagaba en cada año, y además, por una vez, otras 50 libras y 420 cahices de pan, con la condición de que no fabricase otro molino en su término, y de lo contrario fuese nulo el privilegio. En 1427 la pecha de Falces estaba reducida a 13 cahices y dos robos de trigo y 30 sueldos.