Desde principios del siglo XX y hasta su fallecimiento, encontramos a Ignacio Díaz Olano volcado en la enseñanza artística formando e instruyendo a las más jóvenes promociones de artistas locales. Desde su estudio particular de la calle del Arca, desde el claustro de profesores de la Escuela de Artes y Oficios (1901-1936), puesto del que no se jubila, y también desde la plaza de profesor de dibujo en el Instituto General y Técnico o de Segunda Enseñanza. Este último cargo lo desempeñará a partir del curso académico 1912-1913 hasta que alcanza la edad de jubilación reglamentaria en la primavera de 1932. Y aunque es verdad que opositó en su momento al Instituto de Huesca capital, allá por el verano de 1906 -nunca antes de esta fecha, como se pensaba-, en realidad jamás llegó a ocupar la plaza.
En las postrimerías de su vida, en agosto de 1934, un número destacado de amigos, compañeros y antiguos alumnos homenajean al maestro vitoriano con la Exposición Díaz Olano y sus discípulos. El acontecimiento que tiene lugar en la Escuela de Artes y Oficios reúne una selección de los trabajos del artista con obras de algunos de sus más distinguidos educandos: Adrián Aldecoa, Félix y Tomás Alfaro Fournier, Fernando de Amárica, Teodoro Dublang, José Luis Gonzalo Bilbao, Juan Bautista de Ibarrondo, Mauro Ortiz de Urbina y Aurelio Vera Fajardo. Nombres de prestigio en el ámbito provincial, que se completan con otros apellidos de alumnos mucho más jóvenes que no figuraron en el homenaje y que también recibieron durante su estancia formativa en la Escuela de Artes y Oficios los consejos del viejo profesor: Miguel Jimeno Martínez de Lahidalga, Obdulio López de Uralde, Jesús Apellániz, Ezequiel Carrera, Ángel Olarte, Ángel Sáenz de Ugarte...