Es una danza mixta en cadena en la que los bailarines van unidos por las manos o por pañuelos formando hilera que presenta un carácter ritual, en parte solemne y en parte festivo. Se conduce en sentido contrario al de las agujas del reloj desde el extremo derecho de la cuerda. Es un baile cuya existencia en la Baja Navarra está documentado desde el siglo XVI. El primer y último lugar de la cadena es reservado a los participantes preferentes que, a modo de símbolo de su potestad, llevan en su mano libre un palo vivamente coloreado de unos sesenta centímetros ramificado en cuatro puntas rematadas con cinco peras - de ahí que se le llame también baile de la pera o madar-jantza-. El resto de bailarines, de ambos sexos, completan la cuerda unidos por pañuelos. El honor de desempeñar tales puestos principales está reglamentado en Luzaide y se respeta que todos los barrios tengan opción a "tirar del jantza luze". El orden, según Sagaseta, es el siguiente: el primer día de fiestas, por la mañana, después de la misa mayor eran los de Gañekoleta los encargados de dirigirlo y por la tarde a los del caso urbano. El segundo día por la mañana lo hacían los de Azoleta y por la tarde los de Gaindola y el tercer día se reservaba para los de Ondarrola.