El cooperativismo empresarial. Estos serios contratiempos, sin embargo, sirvieron para reforzar el criterio de mejora de la gestión y administración empresarial en las cooperativas sin cuestionar para nada la validez del modelo. La renovación interna que en 1975 desplazó a los viejos verticalistas de los puestos de dirección y colocó a una nueva generación de cooperativistas comprometidos con el cambio democrático, reforzó la perspectiva de un cooperativismo fuerte y competitivo en el mercado, sirviendo de soldadura con la renovación emprendida veinte años antes.
Desde entonces y hasta la actualidad el peso cuantitativo del cooperativismo agrario ha seguido siendo muy importante. La Unión de Cooperativas Agrarias de Navarra (U.C.A.N.) contaba con 183 cooperativas asociadas y 41.758 socios en 1986. Cifra destacable si se tiene en cuenta que la población activa agraria era en esos momentos escasamente el 8 % del total de la población activa. A la hora de financiar sus actividades seguía contando con la Caja Rural Navarra, y desde los inicios de la transición política mantuvo muy buenas relaciones tanto con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (U.A.G.N.) como con los distintos titulares del Departamento de Agricultura de la Diputación y Gobierno Foral. Desde 1982 y hasta 1991 se inscribieron 89 nuevas cooperativas, la mayoría de reciente creación (sector hortícola-conservero y cooperativas de suministros), y, lo que es más importante, un buen número del conjunto cooperativo (115) tenía una gestión profesionalizada y empresarial. La producción comercializada por las cooperativas fue en ese último año el 55 % del total del producto agrario comercializado, según datos de la propia U.C.A.N.:
Emilio MAJUELO GIL
Desde entonces y hasta la actualidad el peso cuantitativo del cooperativismo agrario ha seguido siendo muy importante. La Unión de Cooperativas Agrarias de Navarra (U.C.A.N.) contaba con 183 cooperativas asociadas y 41.758 socios en 1986. Cifra destacable si se tiene en cuenta que la población activa agraria era en esos momentos escasamente el 8 % del total de la población activa. A la hora de financiar sus actividades seguía contando con la Caja Rural Navarra, y desde los inicios de la transición política mantuvo muy buenas relaciones tanto con la Unión de Agricultores y Ganaderos de Navarra (U.A.G.N.) como con los distintos titulares del Departamento de Agricultura de la Diputación y Gobierno Foral. Desde 1982 y hasta 1991 se inscribieron 89 nuevas cooperativas, la mayoría de reciente creación (sector hortícola-conservero y cooperativas de suministros), y, lo que es más importante, un buen número del conjunto cooperativo (115) tenía una gestión profesionalizada y empresarial. La producción comercializada por las cooperativas fue en ese último año el 55 % del total del producto agrario comercializado, según datos de la propia U.C.A.N.:
- 56 % del cereal de invierno
- 50 % del de primavera
- 79 % otros cereales
- 39 % del espárrago
- 31 % del tomate
- 34 % del pimiento
- 19 % otras hortalizas
- 53 % del vino
Emilio MAJUELO GIL