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CLUB ATLÉTICO OSASUNA

Regreso al pozo.

El C.A. Osasuna volvía al pozo de la Tercera División en la temporada 1944-45, es decir después de 14 temporadas entre Segunda y Primera. El conjunto rojillo perdió el brillo de sus figuras, tales como Vergara, Bienzobas y Aranaz. Se hizo cargo del equipo el ex jugador Seve Goiburu, pero no logró terminar la temporada. Fue sustituido por otro ex futbolista, Emilio Urdiroz. Con él, Osasuna alcanzó la fase de ascenso, aunque llegó a la misma sin opción alguna. La mala situación económica obligaba a los trece jugadores convocados, técnico y masajista a desplazarse en dos grandes taxis.

La temporada 1945-46 está marcada por una precaria situación económica que obligó a la Junta Directiva a alquilar el campo de San Juan al Frente de Juventudes por 4.000 pesetas trimestrales. En el aspecto puramente deportivo, Osasuna terminó quinto en la Liga y fue eliminado en la primera ronda de la Copa. La entidad apenas contaba con 200 socios.

Una temporada después comenzó el resurgir rojillo, una vez más, de la mano de Antonio Lizarra. El club pasó a contar con 3.000 abonados, la plantilla sufrió renovaciones importantes y se puso al frente del equipo a Amadeo Labarta. Los resultados y el juego comenzaron a llegar y, aunque el ascenso se escapó en la liguilla, sí que volvió la ilusión con el primer puesto en el campeonato regular de Tercera División. Asimismo, comenzó a profesionalizarse la entidad con la llegada de Ángel Vizcay Martínez, en agosto de 1946, como Secretario General. Se fichó a jugadores como Pedrín y Bidegain, aunque también esa campaña fue la del adiós del goleador Julián Vergara.

La temporada 1947-48 fue un reflejo de la anterior con el campeonato de Tercera y el desengaño en la fase de ascenso. No obstante, la buena marcha deportiva terminó por sanear las cuentas de la entidad. Con la deuda enjuagada, el presidente Antonio Lizarra cedió el testigo a Antonio María Istúriz.

En la temporada 1948-49, y por tercera campaña consecutiva, el C.A. Osasuna se marcó como objetivo el ascenso. Éste finalmente no se consiguió en los terrenos de juego, sino tras la decisión de ampliar el número de equipos de Segunda División y pasar esta categoría a contar con dos grupos. Esta medida dio el ascenso automático a Osasuna, que había terminado primero en la liga regular de Tercera División.

No sin apuros, el equipo rojillo logró mantenerse en la división de plata durante la campaña de 1949-50. Para ello se hizo un esfuerzo económico en nuevas incorporaciones, al tiempo que se amplió en 200 localidades las tribunas de gol y lateral del campo de San Juan. Al final todo ello se dejó sentir en la economía del club y la temporada finalizó con números rojos.