El affaire de las centrales nucleares vascas data de 1973, año en que Iberduero presenta un plan coercitivo de implantación de sendas centrales nucleares en Lemóniz, Deba e Ispáster-Ea. Dada la alta concentración humana del país y las normas de la Atomic Energy Comission de USA que impone que las centrales nucleares se hallen a más de 50 kms. de las poblaciones que superen el medio millón de habitantes, la oposición popular al proyecto fue total; toda Gipuzkoa y Bizkaia y parte de Álava, Navarra y Santander se hallan incluidos en un radio de acción que sobrepasan el umbral de los 50 kms. El proyecto prevé para Deba la instalación de dos grupos de 1.000 megawatios cada uno en Punta Endala, entre Itxaspe y el barrio de Elorriaga, ocupando una superficie de 300.000 m² y 700 m. de costa. Según el proyecto de Iberduero, una línea saldría hacia Aizarna y otra hacia Elgoibar. A 1 km. de distancia se situaría un embalse. Los preparativos para la consecución del proyecto se llevaron a cabo rápidamente viéndose caseríos tales como Mendata y Zakoneta en la necesidad de malvender los terrenos, pero la movilización de la población y el movimiento general contra el proyecto lograron frenarlo. El 27 de abril de 1976, la Diputación Provincial de Gipuzkoa dio a conocer en sesión plenaria un informe efectuado por la multinacional Daves Moore Iberia por el que quedaba sentado que Deva no era el emplazamiento adecuado para la instalación de la central nuclear proyectada por Iberduero. Dicha declaración actuó como detonante para que se constituyera la "Comisión de Defensa de una Costa Vasca no nuclear" con la participación de Ayuntamientos, asociaciones, colegios profesionales, etc. Los argumentos aducidos por el informe -una excesiva concentración humana de la zona, insuficiencia del estudio hecho por Iberduero, daño irreparable al sistema ecológico marino- son válidos y están siendo utilizados, asimismo, contra la instalación de centrales nucleares en Lemóniz e Ispáster-Ea.
Ainhoa AROZAMENA AYALA.