Municipios

CAPARROSO

Si identificamos a Firush con Kabbarusho, debido a una mala grafía, el castillo de Caparroso fue tomado por Muhammed I en el 860. En doc. del 921 aparece un tal Fortunio de Caparroso como testigo de la confirmación de los términos del monasterio de Fontfrida por el rey D. Sancho Garcés I, y en uno de 1027, un tal Fortún Sangez de C. sirve de testigo de la donación a San Juan de la Peña de una casa. Para el mencionado año 921 Caparroso había sido reconquistada por los vascones en cuyas manos permaneció tiempo indefinido. El 23 de mayo de 1073, Almutadir Billa, rey musulmán de Zaragoza, canjeó el castillo de Caparroso por el de Tudujen al rey D. Sancho el de Peñalén. La situación que ocupó la fortaleza está delatada por unos gruesos murallones en gran parte allanados y utilizados sus materiales en modernas construcciones. En 1087 era señor o gobernador de Caparroso D. García Fortúñez. El rey D. Pedro Sánchez concedió ingenuidad perpetua a los habitantes de Caparroso en 1102 y que no pagasen galleta ni delgata: que los príncipes, ni sayones, entrasen en sus casas: que no tuviesen juicio de bastón ni hierro: que si alguno hiriere a hombre de Caparroso pagase 300 sueldos y si le matase 500: que la agua del río Zidacos la disfrutasen tomando 8 días Tafalla, otros 8 San Martín, otros 8 Olite y lo mismo Caparroso: que pudiesen hacer molinos libremente: que la yerba fuese la mitad del señor: que las mujeres sin marido no sufriesen hospedaje, y las otras casas sólo tres días: que no saliesen a hueste sino al apellido con pan de tres días. En 1137 era gobernador de Caparroso, D. Fortuño Iñíguez. El rey Alfonso el Batallador cercó de muros a Caparroso: ver ZIDAKOS. Los labradores de Caparroso eran obligados a reedificar el castillo y las torres, palacios y casas unidas a él, mas no los palacios y torre del rey que estaban separados de dicho castillo: así lo declaró por D. Felipe III en 1332. Más adelante, siendo gobernador de Navarra D. Enrique, señor de Sulli, libertó a los vecinos de la villa de trabajar en las obras del castillo y palacio, de dicha servidumbre. Fue también gobernador de este castillo D. Juan García de Bidaurre, en 1198; el mismo a quien hallamos al frente del castillo de Irurita desde 1203 a 1206; en Cadreita el año 1218; y en Puente la Reina el año 1219. En 1214 y 1219, ejerció la alcaidía de aquella imponente fortificación el caballero D. García de Oriz, que en 1212 había concurrido a la jornada de las Navas de Tolosa y en 1201 ejerció el mando del castillo de Miranda de Arga, en relevo del caballero D. Lope Giménez de Cadreita, al cual sustituyó D. Iñigo Martínez en 1902, procedente de Cáseda y que en 1210 volvió a ser alcaide de Caparroso. Recogemos del inventario notarial fechado el 2 de abril de 1329, la partida 580, cuya copia dice así: «Item una carta que humbert abbat de Cancas dió et otorgó una plaça franca que había en Caparroso, con las casas que eran ayllí que solían clamar la abbadía, en la qual el Rey D. Sancho fezo una torr al Rey don Thibalt de Nauarra, et prometió que al más ante que podría faría la dicha donación et otorganza aprovar por letras de su coment. Datum apud Cigor die veneris in Octabis beati Gregorii mense marcii. Anno domini m.° cc.° xl. viij. et el sieyllo es caydo, et esta agora dentro en la dicha carta». En 1365 el rey D. Carlos II asignó a Juan Enexorbues, ujier de armas, todas las rentas, provechos y emolumentos de la vida de Caparroso, como las solía tener Gil de Bontellu, con el bailío, excepto las colonias de sesenta sueldos á suso, homicidios é medios homicidios, los quoales son de la esencia, de la alta jurisdicción real, la qoal en especial (decía el rey) retenemos en Nos. El castillo de Caparroso estuvo a punto de ser entregado a Don Enrique II de Castilla en unión con la fortaleza de Tudela, mediante ciertas inteligencias de ese soberano con Mosen Rodrigo de Uriz, al cual acusó de semejante concertada deslealtad el rey D. Carlos II. Reconocido por Uriz su conducta, el monarca le hizo degollar en marzo de 1377. [Jaurgain: La Vasconie, t. 1.°, pp. 77, 100 y 232, y t. 2.°, pp. 59 y 76]. Se sabe que el castillo, por su estratégica posición, fue dotado de artillería gruesa en el s. XIV. Con referencia a la villa de Caparroso, Madrazo dice que fue una de las más fortificadas e importantes del reino navarro. Cuando el 21 de septiembre de 1386, reinando en Navarra el rey D. Carlos II «el Malo», tomó posesión del castillo de Caparroso el capitán de Lorda, D. Juan de Bearn, encontró entre otras armas «dos arcaces plenos», el uno de artillería gruesa y otro de artillería menuda, «una ballesta de trueno y un gran caynon», amén de otras «herramientas y artificios como paveses cubiertos en verde, medios escudos pintados de bermejo y en medio dellos sendas ballestas de torno y de estribera guarnecidas de cuerdas», etc. Fue asimismo Caparroso prisión de altos reos de Estado. Independientemente de la alcaldía, la defensa de la torre exterior estuvo fiada en el último cuarto del s. XIV al noble D. Corbarán de Bidaurre, cuando cierta correría castellana puso en peligro la seguridad del castillo, la vida y las cuevas de Caparroso. En 1414 el rey D. Carlos II donó a su hijo bastardo Godofre, para él y sus herederos a perpetuo, 50 cahíces de trigo, mesura real, en la pecha de Caparroso con el directo dominio y señorío de todas las casas, bienes, términos, montes y pastos. En 1420 el río Aragón derribó dos arcos del puente de Caparroso (dos piedes e dos arquadas): para su reparación se impuso un derecho de portazgo sobre los que transitaban hasta cierto término; y además las Cortes acordaron un donativo de 750 libras. En 1436 el rey Don Juan II, considerando la gran disminución de gentes que experimentaba Caparroso y que los vecinos que habían quedado no podían pagar la pecha, a fin de que no se despoblase, les perdonó a perpetuo 60 cahices de pan meitadenco por año y además 30 cahíces de trigo y 9 libras y 5 sueldos de la pecha ordinaria que pagaban al abad y convento de la Oliva. En 1447 el príncipe de Viana enajenó todos los bienes y derechos del rey de Caparroso, con la jurisdicción baja y mediana, a favor de D. Juan de Cardona por 8.100 florines. v. CARDONA, Juan de. En 1451 el rey D. Juan II aplicó la villa en Caparroso a la corona real y la hizo realenga, a perpetuo, mandando que jamás pudiera ser apartada, dividida ni separada. Caparroso tomó desde luego partido por los agramonteses en las guerras civiles del s. XV. No se dice cómo el pueblo de Caparroso vino al dominio del rey habiendo sido enajenado cuatro años antes; pero todo esto puede explicarse sabiendo que el comprador era partidario del príncipe de Viana y que las confiscaciones que de continuo se hacían entre los dos bandos, que en la guerra civil de aquellos tiempos afligían a Navarra, ocasionaban alteraciones frecuentes y violentas. Esta misma fue, sin duda, la causa de que la agregación, que ahora acordó el rey, no tuviese efecto, como se verá luego. El 5 de noviembre de 1472, la princesa Doña Leonor agregó de nuevo la villa de Caparroso a la corona real, mandando que jamás pudiera ser enajenada de ella; cuya resolución había tomado de acuerdo con las Cortes que, por punto general, habían resuelto que todas las fortalezas y lugares que estaban en poder de los rebeldes [beaumonteses], y se fuesen conquistando, se aplicasen a la corona para evitar inconvenientes. [Esta última agregación fue confirmada por D. Juan de Labrit en 1486]. En el mismo día 5 de noviembre de 1472, la princesa Doña Leonor, queriendo recompensar a Caparroso de lo que había padecido con los rebeldes, y de lo que habían trabajado sus habitantes para reducirse al servicio del rey, les concedió que pudiesen tomar perpetuamente, en la Bardena, carbón, leña y madera, así para los corrales de los ganados como para cualesquiera otros usos, sin pagar cosa alguna. Sobre la Planieilla de Caparroso: v. BLANCA II. Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, pág. 585], en el año 1505 se entabló un curioso pleito entre Caparroso y Tudela, sobre el peaje de las almadías del río Aragón a su paso por Caparroso. Los de Caparroso alegaban que tradicionalmente todas las almadías pagaban al pasar por su presa un impuesto de tres reales y que los maderos producían daños a su paso por la presa. Los de Tudela argüían que el río Aragón era navegable y como tal era libre la navegación por él. El tribunal falló que los tudelanos podían pasar por la presa de Caparroso, pero que debían pagar un real por almadía. Asimismo obligaba a los de Caparroso a construir un paso en la presa para poder cobrar su tributo. En el año 1534 contaba con el des poblado de Rada, propiedad del señor de Traibuenas, Tristán de Mauleón, que no pagaba cuarteles al Rey. En el año 1800 en el mismo despoblado se encontraban restos de casas, castillo, murallas y una ermita de San Nicolás de Bari teniendo la jurisdicción civil de este despoblado el Duque de Granada. [Ref. Idoate: «P. de V.», núms. 108-109, pp. 325, 327]. Durante los primeros años del s. XVII se autorizó a la villa para que percibiera un impuesto a las almadías que pasaban por el río. Este consistió en 4 maravedis por cada madero que transportaran, en concepto de reparación y mantenimiento del puente. Dice también Idoate en Rincones... [t. II, pág. 385] que los almadieros roncaleses pagaban a su paso por Caparroso tres reales de plata y 18 maravedises de Navarra, como se desprende de un memorial, que elevó el valle del Roncal a las Cortes en el año 1780. Caparroso era patrimonio del monasterio de la Oliva. En el s. XVII pagaba al monasterio una pecha anual de 400 robos de trigo y 50 libras. En el año 1687 una plaga de langosta invadió Navarra, afectando también a Caparroso y causando cuantiosas pérdidas, según refiere Idoate en Rincones... [t. I, pág. 416]. El obispo de Pamplona ordenó a los párrocos que hicieran rogativas y la cabeza de San Gregorio Ostiense, a petición de los pueblos, fue llevada por el reino. Esta villa ha sufrido las consecuencias de varias inundaciones y avenidas del río próximo. A comienzos del s. XVIII una de las crecidas destruyó la basílica de Nuestra Señora del Soto, llamada anteriormente de Chavier, que fue reedificada después al borde del camino real. 1787. Una desastrosa avenida del río Aragón destruye una ermita y el puente de once arcos sit. sobre dicho río que es reedificado en el s. XIX por la Diputación del reino. Durante el otoño del año 1800, en plena guerra antinapoleónica, los franceses fortificaron Caparroso junto con otras poblaciones navarras, para defenderse de los guerrilleros, que pululaban por el país. Hacia noviembre del año 1809, una partida de guerrilleros, mandada por Javier de Mina, atacó en las inmediaciones de Caparroso a una columna francesa de 400 hombres, que conducía un convoy de uniformes. Los franceses, a la vista de los guerrilleros, huyeron, refugiándose en la guarnición fortificada de Caparroso, dejando varios muertos en el campo y el convoy en poder de los guerrilleros. En marzo del año 1810 la partida de guerrilleros de Javier de Mina atacó en las cercanías de Caparroso a 300 soldados franceses, que conducían un convoy. Los franceses huyeron, dejando en poder de los guerrilleros todo el convoy. En cumplimiento de la ley de desamortización del I de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1864, una casa posada, tres corralizas y corral, las corralizas «Sabinar», «cuarto de las Corseras» y «Villaescarpe», corral de la calle Carrera, 22, un horno de pan cocer en la calle del Horno, mitad de un molino harinero; en 1883, las corralizas de la «Cabeza de la Muga», «Longares», «Cascajo» y «Pozo Agudo» [Ref. R.G.CH. «La D.C. en N.»].