Concepto

Cantinas Escolares en Donostia-San Sebastián

Las cantinas escolares fueron unas instituciones de tipo benéfico que proporcionaban alimentos gratuitos a los niños necesitados a lo largo del curso escolar.

La iniciativa inicial fue filantrópica y se creó en Europa comenzando en Alemania (1875), Inglaterra (1879) y Francia (1880). (1)

En el Estado español la primera cantina escolar se fundó en Madrid en 1901, y la de Donostia-San Sebastián en 1909. (2)

Periodo anterior a la guerra civil

A finales del siglo XIX y principios del siglo XX existían en el País Vasco (y por extensión en Europa) unas importantes deficiencias en muchos ámbitos sociales.

En términos de salud existían altas tasas de natalidad y de mortalidad, sobre todo en el grupo de menores de cinco años.

Esta situación hizo que los higienistas comenzaran a desarrollar una nueva salud pública.

Estos cambios dieron soporte a un programa de regeneración social donde la cuestión sanitaria y alimentaria se convirtieron en un tema central.

Fue impulsada por el movimiento regeneracionista, de creciente interés por la infancia, la higiene y la sanidad escolar. Sirvió de estímulo para interesar a poderes públicos y movimientos colectivos en la nutrición. (3a)

Las cantinas escolares tuvieron una notable influencia en la mejora de la nutrición infantil.

En las cantinas de Bilbao se comprobó que, durante el año 1924, los comensales de las cantinas escolares obtuvieron una ganancia media de peso de 1,439 kg, un 20% más que la ganancia media anual en el conjunto de los escolares. (4a)

En Donostia-San Sebastián la primera Cantina escolar se inauguró en 1909 en el grupo escolar Amara, fruto de la implicación de Eduardo Vega de Seoane, presidente de la Comisión de Fomento del Municipio. (4b)

Para 1925 el número de Cantinas en Donostia - San Sebastián había aumentado a 6, lo que para una población de 60.000 habitantes fue un éxito, y sirvió de referencia para las de Iruña-Pamplona. (5)

Los Centros estaban situados en Amara, Ensanche oriental, Viteri-Gros, Antiguo, Peñaflorida, Atocha y escuelas rurales, y atendían a 1.100 niños durante los meses de invierno. Los donativos y la solidaridad de la población fue fundamental para su mantenimiento. (6)

Tras esta primera etapa donde la iniciativa filantrópica fue esencial para la creación, mantenimiento y funcionamiento de las cantinas, se produjo su progresiva asunción pública.

Las cantinas modificaron su concepción de instituciones benéficas y en 1931, el Gobierno republicano decidió integrarlas en la obra educativa de la escuela y decretó que los consejos locales de primera enseñanza crearan cantinas en cuantas escuelas fuera posible y se sostuvieran con las subvenciones del Estado y municipios, además de donativos, colectas y suscripciones. (3b)

Para que las subvenciones llegaran al mayor número posible se creó en el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes una Comisión Central de Colonias, Cantinas y Roperos Escolares, encargada de la distribución del presupuesto, de normativizar la concesión de ayudas y de inspeccionar que cumplieran su «alta función educadora». (3c)

En 1935 el Ministerio resolvió que en toda escuela nacional de primera enseñanza habría de existir una comisión protectora y los inspectores de primera enseñanza debían comprobar, no solo la inversión de los fondos, sino también el programa de alimentación y la selección de alumnos beneficiarios. (3d)

En consonancia con el desarrollo que estaba alcanzando la nutrición comunitaria, la supervisión sanitaria de las cantinas recayó en los médicos de asistencia pública domiciliaria en aquellos casos en los que no existía la figura del inspector médico escolar de distrito.

Estas iniciativas encaminadas a conseguir la institucionalización pública del modelo de cantinas se vieron afectadas por la guerra civil, período durante el cual únicamente se otorgaron subvenciones para organización y mantenimiento de servicios básicos, dotación de enseres y menaje imprescindible y para hacer frente a los gastos de alimentación de la infancia evacuada.

Periodo posterior a la guerra civil

La alimentación escolar durante el franquismo tuvo un antes y un después con la promulgación de la Ley de Educación Primaria de 1945.

Durante los primeros años de posguerra se produjo un importante deterioro nutricional de la población. Sin embargo, aunque el Estado continuó subvencionando con cantidades variables las cantinas, el presupuesto asignado disminuyó en relación con el período anterior. (3e)

El 17 de julio de 1945 se promulgó la Ley de Educación Primaria, y en ella se intentó recoger las iniciativas que tenían como objetivo proteger a la infancia. (3f)

Fue a partir de este momento cuando la gestión, coordinación y mantenimiento de las cantinas o comedores pasó a ser asumida plenamente por la iniciativa pública.

Referencias

(1) «Cantinas escolares de Madrid». Revista de https://pap.es/articulo/13283/cantinas-escolares-de-madrid-a-principios-del-siglo-xx-primeros-inicios-de-la-nutricion-comunitaria

(2) Dieta Sana. El Diario Vasco. 2007. 

(3a, 3b, 3c, 3d, 3e, 3f) Grupo Balmis de Investigación en Salud Comunitaria e Historia de la Ciencia. «Nutrición y salud pública». Universidad de Alicante. 

(4a, 4b) Pedro Gorrotxategi y cols.Cantinas escolares de San Sebastián. Revista de la Asociación Española de Pediatría. 

(5) En el centenario de las cantinas escolares de Pamplona

(6) Las Cantinas escolares en Donostia-San Sebastián. Revista San Sebastián.