Municipios

ARRASATE/MONDRAGÓN

La depuración del Magisterio. Otro de los aspectos peculiares de la posguerra en Mondragón es el proceso de depuración de la Enseñanza. Esta es una de las principales preocupaciones de las nuevas autoridades, que desde los primeros momentos de la sublevación dictan normas encaminadas a "purificar" la Enseñanza. Para ello se crean las "Juntas Locales de Enseñanza" de las que forman parte las autoridades municipales y eclesiásticas de la localidad. Por encima de ésta, y a nivel provincial, se crea una comisión de depuración -llamada "Comisión D"- que recibe los informes locales (Ayuntamiento, Parroquia, Guardia Civil y F.E.T y de las J.O.N.S.) para, a la vista de los mismos, formular una propuesta de resolución sobre el maestro en cuestión. Como resultado de su actividad la comisión propone que 152 maestros que ejercían en la provincia (es decir el 28% del total) son merecedores de algún tipo de sanción.

Si, al igual que hemos hecho anteriormente, examinamos el proceso en el plano local y comarcal observaremos como es Mondragón (cfr. Cuadro 2) la localidad donde un mayor número de maestros (el 59% del total de la villa) es sancionado y de ellos el 35% separado definitivamente del servicio. Son las cifras de sancionados más altas de la comarca con la excepción de Leintz-Gatzaga/Salinas de Léniz, pero tampoco es comparable el número absoluto de maestros en ambas localidades.

Localidad Total Confirmación Sanción Separación Definitiva
Antzuola
Aretxabaleta
Bergara
Elgeta
Eskoriatza
Mondragón
Oñate
Ssoraluze
Leintz-Gatzaga
2
6
6
2
8
17
7
4
2
1
5
5
2
5
7
7
1
1

1
2
42
1

1

1
6

1
1

Cuadro 2: Depuración del Magisterio en el Alto Deba

Si analizamos más detalladamente la depuración en el ámbito local nos encontraremos una vez más con los sucesos de octubre de 1934, que en gran parte condicionan la depuración de los maestros de Mondragón. Durante los sucesos revolucionarios de 1934 uno de los maestros de la villa -Ángel Iturmendi- fue detenido y encarcelado hasta que en febrero de 1936 fue puesto en libertad tras la victoria electoral del Frente Popular. A su regreso al pueblo se organizó en su honor un banquete al que asistieron o se adhirieron varios maestros de la localidad, circunstancia que fue considerada como un cargo en contra de los asistentes al mismo. Estas circunstancias, unidas al desarrollo de la guerra, hacen que varios de los maestros sancionados opten por huir de Mondragón a medida que se acercan las tropas sublevadas. Tenemos constancia de que al menos tres de los maestros abandonaron Mondragón y dos de ellos formaron parte de las filas del Ejército de la República. El tercero, según el alcalde, fue detenido y conducido a San Sebastián, donde se pierde su pista (AGA- Educación, leg.557) pero al parecer fue fusilado en Gijón en 1938.

El caso de un maestro, de los dos que se unieron al ejército, es interesante porque sirve de modelo ilustrativo de las peripecias por las que pasaron muchas personas durante la Guerra Civil forzadas a abandonar sus hogares, bien por sus convicciones políticas, bien por la movilización o bien por miedo ante el desarrollo del conflicto. En el caso que ahora nos ocupa se trata de maestro afiliado a la U.G.T. que según el párroco de Mondragón "además de no pisar para nada la Iglesia" era un "adicto fervoroso a los gobiernos revolucionarios de Azaña, Prieto, Largo Caballero, etc." (AGA-Educación, leg.191). Al parecer fue hecho prisionero al caer el frente del Norte y conducido al campo de prisioneros improvisado en la Universidad de Deusto en Bilbao. En ella permanece hasta que, en noviembre de 1937, es enviado a un campo de concentración, de donde sale en abril de 1938 para ser enviado a un batallón de trabajadores siendo puesto en libertad definitivamente en mayo de 1939. Su causa fue revisada y en 1941 logró que la separación definitiva del Magisterio que se le impuso se redujera a ser trasladado fuera del País Vasco y a dos años de suspensión que ya se daban por cumplidos.

Pero no es este el único caso singular que se produce en Mondragón. Es destacable el de un militante socialista desde 1934 y el párroco señala que "no se le vio en ninguna de las Iglesias de Mondragón" (AGA-Educación 191). Estas declaraciones eran suficientes para que fuera sancionado pero se da la circunstancia de que el expedientado había ingresado en F.E. y de las J.O.N.S. en noviembre de 1936 y, como Alférez Provisional, se encontraba en el frente. Sin embargo, y según la "Comisión D" esta circunstancia no es atenuante ya que "no es posible a esta Comisión tener en cuenta su situación actual en el frente, defendiendo la Causa Nacional, por tener que apreciar únicamente sus actuaciones anteriores al Movimiento" (AGA-Educación, leg.191). Finalmente, y aunque la "Comisión D" propuso su separación definitiva la sanción se redujo a la suspensión de empleo y sueldo durante 6 meses y al traslado fuera del País Vasco durante cinco años.

Pedro BARRUSO BARÉS
Historiador