Historia. Desde los comienzos de la invasión musulmana y, sobre todo, desde la invasión de la cuenca alta del Ebro, comienzan los primeros contactos armados entre vascones y árabes. La línea de montes que desde las cercanías de Sangüesa va bordeando las tierras bajas navarras y continúa en el sur por la sierra de Cantabria, fue el baluarte defensivo de los vascones. La llegada de los árabes ahuyentó a los godos de sus fronteras con los vascos. Se refugiaron en Asturias donde, con el tiempo, habían de formar una pequeña monarquía. Separados de los godos por tierras dominadas por los musulmanes o desiertas, los montañeses vascos quedan convertidos en las avanzadillas del ducado vascón ligado a los aquitanos. La lucha, antes contra godos y francos, se convierte ahora en lucha contra musulmanes y francos. Los árabes presionan y se establecen en las tierras de pueblos grandes y ciudades que son también los de la gran agricultura que en nuestro país está representada por el olivo, la viña y los cereales. La gran zona montañesa de los valles, delimitada por el sur por las sierras de Sarbil, Perdón, Urbasa, Codés y Cantabria, permanece en poder de sus naturales y así la encuentran los asturianos cuando llegan de nuevo a las fronteras vascas en su lucha contra los musulmanes. Así como la pelea contra godos y francos había repercutido en la organización del país dando cohesión al poder del mismo, también ahora, la necesidad defensiva hace que hombres enérgicos como Eneko Arista, funden un pequeño pero vigoroso reino sobre las ruinas del ducado desmembrado en 768 por Carlo Magno. La ocupación musulmana con carácter permanente de toda la zona llana desde Nájera a las cercanías del valle de Aibar y los azares de la reconquista vascona traen un gran número de cambios y novedades en las costumbres y estructura político-social-económica y aun intelectual y estética. Se organizan fortificaciones, pueblos y ciudades fortificados o amurallados, movimientos de población, fundación de villas como Vitoria por Sancho el Sabio, Viana, Sangüesa, etc. La reconquista trae a los gascones y aporta tierras de ambas riberas del Ebro para el reino vasco. No cabe duda que la economía del reino se enriquece, en cierto modo, con las feraces llanuras de la Ribera navarra y de la Rioja. El vascuence desciende desde la línea defensiva que va desde Carcastillo, Tafalla y Estella hacia la llanura. Los rayes organizan las tierras reconquistadas con más libertad que la que les permiten los señores de los valles. Durante la ocupación se han mejorado notablemente las técnicas agrícolas, se han establecido lazos de parentesco y relaciones de todas clases (Banu Kasis y casa real navarra, sultanas vasconas, etc.), consejo de religiones, indumenta, medicamentos, y conocimientos diversos. Sin embargo, en el vascuence no ha dejado casi otra huella el árabe que la palabra alkate "alcalde". Los vascones, que formaban parte de la cristiandad europea, inician la reconquista con el apoyo de los gascones, pero, en cuanto tienen fronteras con los asturianos la vieja lucha goda se reanuda. Los alaveses son los primeros en sufrir el choque. No se sabe otra cosa de estos tiempos que las sucesivas rebeliones vasconas (alavesas) contra los asturianos y las aceifas de los musulmanes.