Concepto

Apellido

Los apellidos vascos aparecen usualmente transcritos en grafías no enteramente adecuadas, lo cual dificulta cualquier consideración etimológica. En los topónimos, al menos en la zona de habla vasca actual y en sus proximidades, queda una posibilidad de control, pues tienen usualmente dos formas: la oficial -la forma escrita- y la popular. Pero en los apellidos, al menos entre nosotros, la pronunciación sigue generalmente a la grafía: Arocena, por ejemplo, se pronuncia Arozena, aunque todos tienen más o menos conciencia de su relación con(h)arotz. El sistema español de trascripción es deficiente en un aspecto. S y z (c)representan tanto sonidos africados (ts, tz) como espirantes (s, z). Esto ocurre ya en documentos medievales. En Lasa s está por ts (vasc. latsa), mientras que en Echenagusia indica una s (vasc. nagusi): sólo en documentos navarros se distinguen parcialmente ambos tipos. En los apellidos vasco-franceses se hace mejor esa distinción. Hay que advertir que en ellos x representa generalmente ts y sólo en apellidos suletinos se lee ch la final - ix (Samacoix, etc.). Por el contrario no se manifiesta siempre la diferencia entre s y z vascas, y es corriente el uso de s (ss entre vocales) para transcribir la última. La razón de esto es que la s vasca corresponde en líneas generales a la s española, mientras que la z vasca se aparta sensiblemente de ella; ésta corresponde, por el contrario, en términos generales a las s francesa, mientras que la s vasca es claramente diferente. De aquí las grafías como Elissague, Elissamburu, etc. Con respecto a las vocales finales, las formas vascofrancesas se apartan mucho más de las vascas.

Dejando aparte particularidades gráficas como la vacilación entre ou y u para transcribir la u vasca, varias vocales finales (a, o, u) se han sustituido por e, sea ésta influencia propiamente francesa o bien gascona, como quería Gavel, la mejor autoridad de la materia: - boure por - buru, - ague por - aga, etc. En formas medievales u entre vocales corresponde a v o b en la escritura posterior. Otras particularidades que no sé hasta qué punto son puramente gráficas -en parte representan sin duda detalles de pronunciación-, son la frecuente sustitución de z por s ante p, t, k (hay también casos bastante abundantes de alternancia entre s y z en otras posiciones) y la desaparición de i consonante entre vocales (Ibaeta de ibai-eta, etc). Es sabido que la acentuación española de estos apellidos no es fija en muchos casos. Así hay una tendencia marcada en Álava y Bizkaia a pronunciar esdrújulos apellidos (o nombres de población) que en Gipuzkoa. y Navarra se pronuncian como graves.