Literary Figures

Zaitegi Plazaola, Iokin

Arrasate 26-07-1906; 17-08-1979

Nació el 26 de julio de 1906 en la localidad de Arrasate. Estudió las primeras letras en el colegio de dicha localidad, donde coincidió con Juan Arana "Loramendi". Tal y como señaló el propio Zaitegi en un escrito publicado en la revista Euzko Gogoa, el niño Juan Arana tenía problemas y el maestro le exigía hablar en castellano, pero para entonces conocía a la perfección los nombres de árboles y pájaros (cosa que envidiaba Zaitegi). Iokin, en cambio, y me atengo a la delimitación realizada por "Orixe", más bien parecía un kalekume zango zuri, es decir, vasco sí, pero no tenía ningún problema para poder hablar hábilmente en castellano. Zaitegi, nació en torno a una familia de clase media, característica notable en cada uno de los hijos.

Tocado por la devoción religiosa, tomó el camino jesuítico y en julio de 1920 llegó a Durango para realizar una estancia de un año. Pasó a Loyola, donde pronto se adentra en un círculo en el cual conoce ciertas estrellas que brillarán relucientes en el particular parnaso vasco: Andima Ibiñagabeitia, Esteban Urkiaga "Lauaxeta", Iñaki Goenaga, los hermanos Korta... Crearon entre todos una especie de asociación destinada a impulsar la cultura vasca a través del euskara. Basándose en los clásicos comenzaron la labor de traducir al euskara los escritores griegos y latinos. Recabaron una gran cosecha, en especial si nos atenemos a la obra de Andima y Zaitegi. El de Elantxobe se declinó por Virgilio, mientras que Zaitegi eligió a Sofócles. Desde entonces los caminos de ambos se entrelazaron durante muchos años. Si observamos la bibliografía de Zaitegi, veremos que en 1946 aparecerá el primer fruto de dicha labor, Sopokel'en antzerkiak I (Méjico) y en 1966 aparecerá Sopokel'en antzerkiak II (Bayona).

El verano de 1926 Zaitegi se trasladó de Loyola a Oña. Para entonces había dado los primeros pasos en la poesía y en la revista Deya gestionada por los alumnos vascos del santuario publicó el poema Donokiko Ama (25 de Noviembre de 1926). Fue el primer trabajo reputado de Zaitegi.

Tuvo que pasar tres años en Oña, tiempo en el que desarrolló sus destrezas en euskara a una velocidad exponencial. Trabajador incansable, ahondó diferentes géneros. Se dedicó día y noche a la traducción, y tal y como se puede verificar en ciertos trabajos, además de los clásicos, escogió temas diversos como las ciencias naturales o las matemáticas. Entre los más peculiares, fruto del trabajo realizado en Oña, se encuentra la obra Kizkiña, una traducción en torno a la citología publicada en la revista RIEV de la Sociedad de Estudios Vascos en 1933, en el primer número del libreto XXIV.

Después de obtener en Oña el título de Filosofía, la Compañía los mandó a América "entremezclando los que adorábamos de corazón la temática vasca con otros". Andima Ibinagabeitia, de quien fue amigo íntimo desde que lo conoció en Loyola fue enviado a Bucaramanga (Colombia), mientras que Iokin partió a Mérida (Venezuela). "Éramos hombres de 23 años, no éramos niños, pero puestos a disposición, claro..." Sucedió en 1929. Un año antes el gran amigo de ambos "Lauaxeta" había dejado la Compañía, hecho que inquietó mucho al arrasatearra.

En Mérida (Venezuela) Zaitegi realizó una estancia de tres años, tiempo en el que desarrolló labores de enseñanza. Sin embargo, la llama vascófila no se apagó. Se dedicó a la poesía con mucho ánimo. Su fuente de inspiración en aquellos lares fue el gran monte Bolibar.

En 1932 se trasladó a Marneffe (Bélgica), con la intención de estudiar Teología. Para su alegría se encontró nuevamente con Andima. Y Zaitegi se dedicó a la poesía con gran ahínco, ganando dos años más tarde el premio más valorado de la época. En los Eusko Olerti Egunak que había fundado el difunto "Aitzol", en 1934 Zaitegi obtuvo el primer premio gracias al poema Tori nire edontzia. Zaitegi se sumó a nombres como "Lauaxeta", "Lizardi", "Loramendi" y Patxi Etxebarria, como ganadores de aquel premio.

El 31 de Julio de 1935 ofició su primera misa en Marneffe. Un año más tarde se dirigió a otra ciudad belga (Morialmee) con intención de prepararse en labores para la Compañía. Desde allí la Compañía lo volvió a mandar a América. Esta segunda vez el destino era El Salvador, pero antes de llegar pasó seis meses en Panama aprendiendo inglés. En 1938 estaba en el seminario como maestro, pasando allí 6 años, hasta Junio de 1944. En ese tiempo enseñó infinidad de temas, sobre todo escrituras. Tal y como el propio Zaitegi explica, fruto de esos seis años fue el libro Bidalien Eginak, publicado en 1955 (Zarauz).

En Junio de 1944 dejó la Compañía, debido a la postura que tomaron sus superiores respecto a la cultura vasca. Y partió a Guatemala, donde se dedicó de lleno a la enseñanza libre. En 1945 Zaitegi publicó en Guatemala la versión de euskara del llamado Ebangeline, obra de Longfelow. En 1946, además de las citadas obras teatrales de Sófocles, publicó en Méjico el poemario Goldaketan.

Iokin impartió clases primero en la Universidad San Carlos y a continuación en el Instituto América. Finalmente, en 1951 Zaitegi creó su propio centro con el nombre de Liceo Landibar, gracias al capital que aportó un amigo de San Salvador. Para entonces se relacionaba con "Orixe" y cuando el Liceo estaba a punto de concretarse se puso también en contacto con Andima para que le ayudara en la organización del centro. Además fue más allá y necesitado de su gran amigo, después de tres años de insistencia, en 1954 se lo llevó a Guatemala para que impartiera clases en el Liceo.

Andima y Zaitegi trabajaron juntos durante un año. En 1955 cuando el arrasatearra decidió volver a su localidad natal, rogó a Andima que rindiera cuentas del Liceo, ya que creía que este era más mañoso manejando los números. Andima aceptó la petición, demostrando la mutua lealtad que imperaba en la amistad.

Zaitegi siempre tendrá un lugar privilegiado en la literatura vasca y ello se debe a dos razones fundamentales: primeramente, porque era un gran creador. Pero su labor que desarrolló durante años como promotor de la literatura fue, sin ningún lugar a dudas, el motivo más importante. Hecho que concretóse en la revista Euzko Gogoa fundada en 1950 (Guatemala). Euzko Gogoa debe entenderse como un puente entre dos generaciones. Fue la primera revista publicada en euskara tras la guerra. Y si alguna vez he otorgado a Zaitegi el título de Quijote vasco, es fundamentalmente por el gran trabajo en pro de la literatura vasca que desarrolló mediante la revista.

Iokin invertió gran dineral y gran parte de su salud en dicha tarea. Nadie le tendió una mano para aliviar la carga de una revista que, por lo menos teóricamente, todo vascófilo aceptaba y aplaudía. Dejó claro desde un principio que debía fortalecer su fuente financiera para llevar a cabo ese propósito. Por eso, construyó el antecitado Liceo Landibar, de donde obtuvo los dólares necesarios para sumergirse en el desarrollo de Euzko Gogoa. Publicó la revista en Guatemala durante los años 1950-1955. Intentó involucrar en el mismo tanto escritores de la preguerra como las nuevas corrientes, y hay que decir que el resultado no pudo ser más excepcional. Durante los años 1956-1960, volvió a extender la sombra y contenido de la revista por todo el mundo, esta vez desde Biarritz. Pero en 1960 Zaitegi tuvo que cerrar definitivamente aquella gran aventura que había comenzado una década antes. Los vascófilos no pudieron con el reto, y sin otra alternativa, dejó todo para marchar nuevamente a Guatemala, cansado de sus compatripotas.

Daremos marcha atrás en la historia y nos situaremos en su primera estancia en Guatemala, concretamente en el día en que Zaitegi impartió su primera clase en la Universidad San Carlos. Hemos visto a Zaitegi traduciendo a Sócofles y, tal y como el mismo afirmó, emprendió desde joven la labor de traducir al euskara los clásicos, entre ellos Platón. En 1946 cuando empezó a dar clases en la Universidad de Guatemala, escogió, entre otros, como asignatura a Platón. Y como otra vez hubo de introducirse el los textos griegos, intentó poco a poco traducir el material al euskara. El primer resultado salió a la luz en 1962 (San Sebastián), con el libro denominado Platon'eneko atarian. En 1960 nada más llegar a Guatemala por segunda vez, concretó en un poemario los poemas escitos en Biarritz. Nuevamente en Guatemala y nuevamente con el título Goldaketan. Sin embargo, en su segunda estancia se adentró en la tarea de ayudar a los indígenas, olvidándose de Euskal Herria y su lengua. Parece ser que dolido por el poco reconocimiento que los vascos le otorgaron, rechazó en un principio la labor literaria. Pero ese afán interior, tarde o temprano habría de despertar. No fueron pocas, desde Euskal Herria e incluso desde el exilio, las voces que rogaban que volviera a coger la pluma para escribir en euskara. Y esas voces tuvieron un efecto positivo en la persona de Zaitegi.

Nuevamente, se entregó a la tarea que había comenzado veinte años atrás en la Universidad San Carlos, es decir, a traducir al euskara los diálogos del filósofo Platón. Así, de una en una, concretó las traducciones que a partir de 1975 se publicaron en seis libros: Platón I (1975), Platón II (1977), Platón III (1978), Platón IV (1978), Platón V (1979), todas bajo la dirección de Zaitegi, y finalmente, Platón VI (1989), esta última bajo la dirección de la Academia de la Lengua Vasca, pues para entonces Zaitegi había fallecido.

Zaitegi murió el 17 de Agosto de 1979, y su desaparición ha dejado en la literatura vasca un gran vacio difícil de colmar. Zaitegi se preocupó, desde los años prematuros de Loyola, por los vascos del mañana. Trabajó incesantemente a favor de ellos, tratando todo tipo de temas.