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VILLAFRANCA

HISTORIA.
Villa romana de Sokorona.
En el paraje de Sokorona, al S. del casco urbano de Villafranca, cerca de la ermita de San Pedro, a los 42º 15' 45''y 1º 56' 40'', se encontraron, en excavaciones efectuadas entre 1920 y 1940, diversos restos romanos bajoimperiales como dos esqueletos de bueyes con vigas calcinadas, conchas de ostras, cerámica negra, "sigillatas" aretina e hispánica, trozos de enlucido y vidrio tosco. En 1970 se hallaron tres magníficos mosaicos, a partir de cuyo descubrimiento se excavaron los alrededores, sacándose numerosos restos y habitaciones de una villa tradoromana de finales del s. III y principios del s. IV y restos de otra casa, debajo, datable a mediados del s. II. La Villa es del tipo de la de Ramalete. Los restos se depositaron en el Museo de Navarra.

Dominación musulmana.
Tras la conquista árabe de Tudela (716), Villafranca fue ocupada por los musulmanes, ya definitivamente asentados en la Ribera en el año 842. Quedó incluida en la Marca Superior, con capital en Zaragoza y el gobierno de la villa fue asignado a los Banu Kasi.

Tenencia Cristiana.
Tomada por Alfonso el Batallador en 1110, en la segunda mitad del s. XII figura como tenencia (distrito fronterizo). En noviembre de 1191 (Tudela), Sancho el Sabio concedió a los pobladores de Villafranca el fuero de Jaca en la versión aplicada poco antes al burgo pamplonés de San Nicolás, eximiéndoles como francos de cargas señoriales. Este es el origen de la denominación de Villafranca, que comenzó a aplicarse paulatinamente a la antigua Alesves.

Confirmaciones y privilegios.
En 1271, Enrique I confirmó su aforamiento, permitiéndoles la aplicación del fuero de Laguardia. En 1416 Carlos III eximió a los habitantes de Villafranca de peajes en todo el reino, excepto en Roncesvalles.

Guerra civil.
Por haber seguido Villafranca el partido agramontés, Juan II les dispensó en 1461 del pago de censos por las casas.

Encomienda sanjuanista.
Plenamente instalada en la Península ibérica la orden de San Juan de Jerusalén, en 1153 consta la existencia del Priorato de Navarra a cuyo frente figura como primer Gran prior Guillermo de Belmes. A mediados del s. XV se reorganizó la orden en dos "lenguas", Castilla-Portugal y Aragón-Navarra. Tras la supresión en 1313 de la orden del Temple y la incorporación de sus bienes a la de San Juan, fue remodelado el mapa de encomiendas en Navarra, constituyéndose la de Villafranca, que subsistió hasta la desamortización de 1836-1839.

Cofradías.
Villafranca tuvo dos cofradías "gemelas", fundadas a la vez, que agruparon a dos grupos sociales diferenciados. Aprobados por Carlos II el 1 de junio de 1355, habían sido constituidas para conmemorar el sitio sufrido por la villa por el ejército castellano en 1335. La cofradía de Santa María del Castellar fue la de los hidalgos e infanzones y tuvo su sede en la iglesia de Santa María del Castillo. La de San Pedro y Santa Eufemia fue a su vez constituida por la población franca. Ambas se fusionaron en 1686. (Ref. Lacarra Yanguas, M. J.: Dos cofradías del siglo XIV en Villafranca, "P. de V.", 138-139 (1975)).

Diferencias con Tudela.
Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, págs. 383 y 384] en el año 1510 se entabló un curioso pleito entre Villafranca y Tudela, sobre el peaje de las almadías del río Aragón a su paso por Villafranca. Los de Villafranca cobraban a todas las almadías una cuota según pasaban por su presa. Alegaban que los maderos producían graves daños. Los de Tudela protestaron, considerando que los ríos Aragón y Ebro eran caudalosos y como tales era libre la navegación por ellos. Una primera sentencia reconocía a los tudelanos el derecho a pasar por la presa de Villafranca, quedando obligado este pueblo a construir una rampa de deslizamiento para poder cobrar un real por almadía, cantidad inferior a la que cobraban anteriormente. Sin embargo, aún siguió el pleito por más tiempo.

Compra de libertades.
En 1529 Villafranca compró a la corona el castillo, y los monopolios reales como el horno, molino, soto y paso del Bergal. En 1543 obtuvo sentencias a su favor para el disfrute de las Bardenas. En 1630 adquirió a la corona los oficios de alcalde y regidor, entre otros municipales, por 3.000 ducados de plata doble. En 1717 hizo lo propio con la jurisdicción criminal por 11.000 reales.

Asiento en Cortes.
Villafranca tenía asiento en las Cortes de Navarra. En el año 1561 surgen disputas sobre el lugar a ocupar en Cortes. A Villafranca le asignaron un puesto, debiendo preceder a Uharte Arakil.

Pleito con Funes.
En el año 1588 se dio un curioso caso entre Villafranca y Funes (Idoate; Rincones... [t. I, págs. 259-261]. Sucedió que las aguas del río Aragón abrieron un nuevo cauce, aislando una parte del soto de la Barca, perteneciente a Villafranca, quedando de esta manera hacia la parte de Funes. La ley establecía que en un caso así el terreno desgajado pertenecería al pueblo de cuyo lado pudieran pasar una gallina y sus polluelos. Los de Funes se apresuraron a hacer la prueba, pero los de Villafranca no reconocían estos derechos. Finalmente el soto en cuestión quedó para Funes, tras hacer la prueba ante el licenciado Caparroso, enviado por la Corte, y numerosos testigos, logrando pasar tranquilamente las aves. Este caso ya tenía antecedentes, pues en el año 1441 Villafranca se apoderó de unos terrenos en el mismo sitio, invocando idénticos derechos.

Guerra de Sucesión española.
Durante la guerra de Sucesión española, Navarra se mantuvo fiel a Felipe V. Sin embargo las tropas del Archiduque Carlos ocuparon en el año 1710 parte del reino y Villafranca se vio también amenazada [Idoate en Rincones..., t. I.]. El 19 de octubre del citado año Villafranca escribe a la Diputación solicitando socorro, manifestando que era el único pueblo de la merindad que no se había rendido aún al enemigo. A finales del mismo año el Conde de Melun expulsa con sus tropas a las del Pretendiente, quedando definitivamente toda Navarra a favor del rey Felipe V.

Francesada.
Durante la guerra antinapoleónica, los franceses fortificaron Villafranca, junto con otras poblaciones navarras, como medida contra las partidas de guerrilleros que actuaban por todo el reino.

Primera guerra carlista.
Durante la primera guerra carlista, el 27 de noviembre de 1834 atacan los carlistas el pueblo, mientras que un grupo de urbanos se hace fuerte en la torre de la iglesia. Los atacantes incendiaron la parroquia y los defensores se rindieron, siendo fusilados 36 de ellos.

Desamortizaciones.
En este municipio, después de promulgado el decreto del conde Toreno, de 3 de Septiembre de 1835, fue incautado por el Estado el convento de los Carmelitas Descalzos. En cumplimiento de la Ley de Desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en 1863, un horno de cocer pan, dos hornos, una tejería, un almacén, una casa posada, el soto de La Higuerilla, tres fincas rústicas, una pieza de cuatro robadas, una casa en la plaza y un bago en la calle Mayor; en 1866, el soto de La Higuerilla; en 1883, un bago. [Ref. R. G. CH. "La D. C. en N."].